Aportación de Espacio Alternativo a las Tesis de la VII Asamblea Federal de IU

Sábado 18 de octubre de 2003

[b]Contribución al debate de la VII Asamblea Federal de IU. POR UNA IZQUIERDA ALTERNATIVA, ANTICAPITALISTA, FEDERALISTA, PLURALISTA Y RENOVADA[/b]

Por [b]MANUEL COLOMER, OSKAR MATUTE y JAIME PASTOR, miembros de ESPACIO ALTERNATIVO y del Consejo Político Federal de IZQUIERDA UNIDA[/b]

La preparación de la VII Asamblea Federal de IU se está desarrollando en un momento histórico de transición en el que, pese al triunfalismo neoliberal de la década pasada, es ya muy difícil ocultar las consecuencias destructivas y depredadoras que en todos los planos está suponiendo el actual proceso de mundialización del capitalismo y de recurso a la guerra permanente por parte de la principal potencia imperialista. La emergencia del “movimiento de movimientos” abre la esperanza de poder ir superando la cultura del miedo, la inseguridad y el individualismo consumista que predomina en el “Norte”, así como de ir sentando frente a aquélla las bases para volver a poner de actualidad la necesidad y la posibilidad de otro mundo, otra sociedad y otra civilización liberadoras de toda forma de explotación, alienación y dominación y dispuestas a reconciliarse con el planeta Tierra.

No está, por tanto, escrito cuál va a ser el desenlace de esa transición ni cuál va a ser su duración, ya que puede conducir bien a una regresión mayor –como ya está ocurriendo en nuestro propio entorno- respecto a las conquistas que a lo largo de la historia hemos ido logrando hasta el punto de amenazar la supervivencia misma de la Humanidad y del planeta, bien a crisis y a rupturas más o menos profundas que permitan vislumbrar un cambio de rumbo radical que nos ayude a reinventar un proyecto socialista digno de tal nombre y definitivamente liberado del desastre moral y político del mal llamado “socialismo real”. Pensar globalmente, actuar local y globalmente, son tareas ineludibles para una izquierda que quiera asumir los retos de este nuevo siglo sin desnaturalizarse y sin adaptarse a las presiones procedentes del bloque de poder hegemónico. Una izquierda que tiene que ser alternativa (aspirando a articular los distintos colores emancipatorios en un proyecto común, a hacer posible otra política y otra forma de hacerla, radicalmente democráticas), anticapitalista (convencida de que la lucha por demandas parciales debe orientarse hacia la construcción de un bloque social alternativo al actualmente hegemóniico dentro de un horizonte de ruptura y no de mera reforma), federalista (respondiendo así a una diversidad nacional, regional y cultural cada vez más visible a escala estatal, europea y global), pluralista (dispuesta a reconocer su propia diversidad y a buscar el “mestizaje” interno para poder practicarlo simultáneamente en el seno de los movimientos sociales) y renovada (decidida a evitar la autorreproducción de elites en su interior y a mostrar coherencia entre lo que dice y lo que hace). Todas estas ideas han sido expuestas en diferentes documentos de Espacio Alternativo y nos esforzaremos por seguir haciéndolo en nuestras publicaciones y contribuciones futuras, por lo que no nos extenderemos ahora sobre ellas, ya que queremos concentrarnos en unos comentarios generales sobre la próxima Asamblea.

En el Estado español nos encontramos con unos rasgos específicos de esa transición y de la izquierda a construir. El neoliberalismo y el neoconservadurismo sin complejos del PP siguen apoyándose en la cultura del cinismo político y la resignación que, tras la reforma pactada de la dictadura, se fueron consolidando a lo largo de las dos décadas pasadas y a las que el PSOE también hizo una notable contribución durante sus años de gobierno. Izquierda Unida surgió con la voluntad de apoyarse en el estímulo que significaron las movilizaciones contra la entrada en la OTAN y creció luego en el marco de un ciclo de luchas en las que los sindicatos jugaron un papel destacado. Pero a lo largo de la década pasada una serie de circunstancias externas e internas que no es necesario recordar aquí fueron reduciendo su credibilidad como fuerza de izquierda alternativa y pluralista y la abocaron a una crisis que parecía irreversible. El nuevo ciclo de movilizaciones de los dos últimos años (con el 15-F de 2003 como fecha emblemática) y la participación de IU en ellas han contribuido sin duda a frenar ese declive y podrían ayudar a recuperar un nuevo aliento en la apuesta por un proyecto claramente diferenciado del PSOE, pero también de otras izquierdas tendentes a la subalternidad respecto de este partido, así como de aquéllas que siguen basándose en la centralidad de la identidad nacional.

Sin embargo, en los últimos tiempos vemos con mucha preocupación el rumbo que está tomando la dirección federal de IU en aspectos que nos parecen fundamentales y que se reflejan también en los documentos que se presentan a la VII Asamblea Federal. Mucho nos tememos que, de no corregirse, no haya un “Nuevo Comienzo” sino, más bien, un “mal comienzo” en la nueva etapa que se anuncia. Trataremos de mostrar todo esto a lo largo del proceso asambleario y en las enmiendas que presentamos, por lo que nos limitamos ahora a apuntar tan sólo los temas más relevantes:

1. La opción por pactos generalizados con el PSOE en los gobiernos municipales y autonómicos tras las últimas elecciones, sin tener en cuenta las diferencias programáticas, las distintas relaciones de fuerzas y, sobre todo, la opinión en muchos casos del conjunto de la afiliación afectada, ha producido desconcierto ante sectores de la afiliación y simpatizantes significativos (con mayor razón cuando una parte importante de quienes votaron el pasado 25-M eran antiguos abstencionistas y jóvenes en busca de otra izquierda, de otra política y de otra forma de hacerla). Con esto no queremos decir que nos opongamos a todo tipo de pactos de gobierno con el PSOE en los ámbitos antes mencionados, pero sí manifestamos que en casos de mayoría clara de este partido nos parece mejor como opción preferente el voto de investidura a ese partido para impedir que gobierne el PP, pero manteniendo nuestra autonomía ante el nuevo gobierno tanto para apoyar determinadas medidas en las que coincidamos como para oponernos frontalmente a otras. En cualquier caso, consideramos que debe ser el conjunto de la afiliación del ámbito afectado quien debe zanjar la posición a tomar, una vez consultadas también las organizaciones sociales más significativas y afines, y no ha sido esto lo que se ha hecho en muchos lugares.

2. Otra cuestión que conviene resaltar es el hecho de que a la frustración producida por el insuficiente castigo sufrido por el PP en las pasadas elecciones se ha ido sumando una desorientación que no ha hecho más que agravarse tras crisis como la vivida en la Comunidad de Madrid, en donde hemos podido comprobar la vulnerabilidad de la “clase política” ante la imbricación cada vez más estrecha de intereses entre el “mundo de la política” y el “mundo de los negocios”, especialmente el inmobiliario y urbanístico. Si bien no pretendemos atribuir a IU-CM responsabilidad alguna en el caso de “transfuguismo” vivido, no hemos visto que se haya transmitido una posición suficientemente diferenciada a través de propuestas orientadas a la desprofesionalización de la política (como la limitación de permanencia en cargos públicos a dos mandatos, entre otras medidas incluidas en un decálogo que Espacio Alternativo de Madrid ha propuesto en una declaración pública reciente y que se puede consultar en www.espacioalternativo.org) y de un “giro copernicano en política de vivienda” (tal como se prometía en el programa electoral y que sólo ahora se empieza a proclamar con mayor énfasis), mientras que, por desgracia, han salido a la luz conductas poco ejemplares de algunos cargos públicos de IU que no han encontrado la rápida desautorización o rectificación por parte de la dirección correspondiente. Consideramos que todo esto no es una cuestión secundaria y que IU ha de tener una posición abiertamente beligerante tanto contra las tendencias a la consolidación de una elite interna como frente a las influencias de grupos de presión económicos o a comportamientos nada éticos por parte de sus representantes.

3. La ambigüedad de la dirección federal en sus discursos y tomas de posición sobre el conflicto vasco, el derecho de autodeterminación y la defensa de la plurinacionalidad en el conjunto del Estado, si bien nos diferencia de la timidez y contradicciones del PSOE, tampoco nos parece que ayude a responder con firmeza democrática a la estrategia de confrontación abierta del PP, así como a construir fuera de Euskadi un amplio movimiento de defensa del derecho de la sociedad vasca a la libre decisión sobre su futuro, situando en ese marco nuestro proyecto federalista a escala española y europea. Esta es una cuestión central en el período actual, por lo que urge una mayor claridad que permita demostrar que IU apuesta decididamente, junto con EB-IU, por la solución democrática y no violenta de ese conflicto y por un federalismo basado en la libre voluntad de las partes. Encuestas recientes parecen reflejar cierto cambio de tendencia en sectores de la opinión pública a favor del reconocimiento consecuente de la plurinacionalidad y de la necesaria reforma de la Constitución que deberían ser un estímulo para avanzar por ese camino. Por eso no compartimos la actitud tan poco crítica mostrada en el balance presentado por el equipo dirigente actual respecto a la Constitución española de 1977, ya que se ha llegado incluso a expresar la adhesión a la llamada “Declaración de Gredos”, uno de cuyos puntos propone “reconocer el papel insustituible de la Institución monárquica y de su titular, Don Juan Carlos de Borbón, en todo este proceso histórico, primero, como estímulo y ‘motor del cambio’, según la afortunada locución popular; y después, como garante leal del funcionamiento regular de las instituciones, en la democracia ya consolidada”.

4. El debate que se ha iniciado dentro de IU sobre el proyecto de Constitución Europa es otro ejemplo del temor por parte de la dirección federal a adoptar la posición firme -antagónica y no moderamente crítica- que se está abriendo paso en amplios sectores de la izquierda social y política europea y, en particular, dentro del movimiento “antiglobalización”. No nos parece una cuestión menor mantener una actitud tan “blanda” frente a una “ley de leyes” que no ha nacido de un poder constituyente y que pretende, además, constitucionalizar todas las políticas e ideas-fuerza en las que se basa un neoliberalismo dispuesto a seguir avanzando en el proyecto de una Europa que sólo quiere, en el mejor de los casos, reequilibrar sus relaciones con el “amigo americano” en el plano económico-comercial y frenar su “unilateralismo” militarista, pero sin cuestionar su profunda solidaridad de intereses transatlánticos. Eso es lo importante y no los posibles progresos en una arquitectura institucional que, pese a las ilusiones generadas, va a seguir dejando en los gobiernos y en el Consejo un amplio margen de decisión sobre materias fundamentales, tal como hemos tratado de explicar en algunas contribuciones que se pueden encontrar en el sitio web de IU-Federal. Si queremos participar en el proceso de construcción de una nueva formación política de la izquierda alternativa europea, sería un mal punto de partida hacerlo a favor de las posiciones menos críticas de un proyecto de Constitución que, de aprobarse, se convertirá en una verdadera muralla frente a esa otra Europa por la que luchamos.

5. Pero quizás lo que más nos preocupa es el creciente deterioro de la vida interna y democrática de IU. La implicación en las movilizaciones de los últimos años por parte de IU es innegable, aunque muchas veces se haya desarrollado de forma fraccionada a través de sus distintas sensibilidades y corrientes; también lo es que los resultados electorales permitieron frenar su caída. Pero ninguno de ambos factores ha sido suficiente para ayudar a revitalizar las asambleas y permitir evitar las ausencias y las “salidas en silencio” que se producen en muchos lugares. Tampoco los métodos de la dirección federal han contribuido a contrarrestar los riesgos de que IU se convierta en un partido electoral-profesional en el que, además, la pluralidad política sea cada vez peor vista. Tuvimos una desgraciada prueba de ello en el método empleado para la aprobación de los documentos de la VII Asamblea en la reunión del pasado 28 de septiembre y en la que se nos obligó a votar en bloque todos ellos, no permitiendo así que se expresara la pluralidad de posiciones posibles ante cada uno: el miedo al debate abierto y orgánico, la obsesión por la “homogeneidad” y la tendencia a marginar a las minorías no marcan un buen camino si se quiere realmente confluir con nuevos sectores y corrientes que hoy se encuentran fuera de IU. Por eso mismo es en el plano de la organización y de los Estatutos de IU-Federal en donde tenemos divergencias especialmente importantes de cara a la posibilidad una futura convivencia interna, ya que, si se aprueban los que ahora se nos presentan, mucho nos tememos que la “renovación” será una palabra hueca al no ir acompañada, como decíamos antes, de medidas radicales contra la profesionalización de la política y en defensa de una democracia participativa y de garantías claras para los derechos de las minorías, incluidos los relacionados con su presencia en las listas electorales.

Estas son sólo unas consideraciones generales que no impiden mostrar nuestro acuerdo con partes también importantes de los documentos presentados, especialmente con las Tesis, en cuya elaboración final hemos tratado de participar de forma constructiva, pese a que seguimos viendo en ellas –además de las observaciones expuestas antes- lagunas significativas y también preocupantes en el análisis y la orientación a proponer en el movimiento obrero y sindical así como una articulación todavía insuficientemente lograda entre lo “rojo”, lo “verde” y lo “violeta”. Nuestra intención con esta contribución ha sido, en cualquier caso, la de explicitar los puntos en los que hemos comprobado diferencias sustanciales con el fin de que el diálogo entre las distintas posiciones sea más claro.

11 de octubre de 2003

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