AnticapitalistasPor Miquel Garcia
Las fuerzas de ocupación norteamericanas y aliadas en Irak se encuentran cada vez más metidas en un callejón sin salida. La solución del conflicto iraquí y del Oriente Medio acontecerá solamente cuando Occidente repare los daños económicos y las injusticias infringidas en esta parte del mundo. Y, en primer lugar, todas las tropas de ocupación deben abandonar Irak sin dilación, como ya lo están haciendo las españolas.
La guerra de Vietnam generó una terminología específica que pretendía definir la situación de callejón sin salida en la que se encontraba inmerso el imperialismo norteamericano. Entre las palabras que por entonces se usaron figuran las de "debacle (desastre) y” y “quagmire (atolladero)” que igualmente podrían servir ahora para calificar lo que está aconteciendo en Irak, Palestina y Oriente Medio.
El gobierno de Zapatero ha tomado la muy prudente decisión de retirar de manera inmediata las tropas españolas destacadas en Irak. Es una importante victoria del movimiento pacifista y del conjunto de la ciudadanía española que se ha opuesto a la guerra. Sin embargo, a la vista del giro que están tomando los acontecimientos no solamente en Irak (sublevación y guerra abiertas, secuestros y muerte de rehenes...) sino también en la Palestina ocupada (asesinatos "selectivos" del gobierno Sharon, acuerdos de éste con Bush para mantener los asentamientos en Cisjordania...), todo apunta a que Bush y sus aliados han decidido lanzarse a tumba abierta hacia el "atolladero" y la catástrofe.
Las tropas de ocupación norteamericanas y aliadas enfrentan ya una rebelión en toda la regla en el conjunto del país, que involucra tanto a chiítas como a sunítas y tanto a antiguos partidarios del régimen de Sadam como a aquellos que sufrieron su represión. Paradójicamente el caos generado por la respuesta popular a la ocupación sirve a sus partidarios estadounidenses y a sus voceros del orbe entero como "demostración" de la necesidad de que la ocupación continúe y sea además reforzada. Sería una grave irresponsabilidad, se dice, abandonar ahora a Irak a su propia suerte, ya que el país quedaría inmerso en la anarquía y el caos más absolutos e incluso se autodestruiría a si mismo. Por esto las tropas deben permanecer en él hasta que la situación se haya regularizado y pacificado. Y el llamado incluye por supuesto a todos los países aliados de los EEUU en este conflicto y entre ellos en destacado lugar a España sobre cuyo gobierno caerán sin duda alguna todo tipo de "maldiciones".
Soluciones para el conflicto de Irak
Pero el conflicto de Irak no va a resolverse (como no se resolvió el de Vietnam) con el envío de más tropas o con mayores dotaciones en infraestructura bélica. Tampoco, en el improbable supuesto de que esto se produjese, con el final del mandato estadounidense sobre la ocupación y su suplencia por un mandato de la ONU. Dos son las bases en las que asienta la fuerte contestación popular a la ocupación de Irak: la primera de ellas es la percepción de la propia ocupación en si misma, ofensiva para la población iraquí y del mundo árabe en general, en la medida que es vista como continuidad de las reiteradas ingerencias colonialistas de occidente en el Oriente Medio. En segundo lugar, no hay que olvidar que gran parte del "caos" que ahora reina en Irak y de la pobreza y miseria que en estos momentos padece el país (en una situación muy similar a la de muchos países del África Subsahariana en cuanto a desnutrición de la población y mortalidad infantil, según datos de la FAO) es imputable directamente a las dos guerras lanzadas contra él bajo dirección de los EEUU y al largo bloqueo económico y de suministros básicos propiciado igualmente por el gobierno norteamericano. Y esto lo conoce cualquier hijo de vecino en Irak.
EEUU y Occidente deben reparar los daños infringidos a Irak
La necesaria pacificación y democratización de Irak tiene un lugar obligado de paso por la reparación, por parte de los EEUU y de Occidente, de todos los daños materiales infringidos a la población del país y a su economía. Son ayudas para acabar lo más rápidamente posible con el hambre, con la inasistencia sanitaria, con el desmantelamiento del sistema educativo, con el paro masivo y para reconstruir infraestructuras, las que realmente le hacen falta a Irak en estos momentos. En EEUU y en Occidente existen medios de sobra para proporcionarlas, pero hacerlo es algo que choca frontalmente con uno de los principales objetivos reales de la ocupación de Irak: la rapiña de sus recursos de hidrocarburos y la obtención de superbeneficios por parte de las empresas vinculadas al gobierno de los EEUU.
Con o sin mandato de la ONU, las tropas han de retirarse de Irak y de Oriente Medio
Junto con la puesta en marcha de las imprescindibles medidas de ayuda a Irak, es necesario además que todas las tropas de ocupación, encabezadas por las norteamericanas, abandonen el país sin dilación cediendo el gobierno efectivo de éste a los propios iraquíes. Y de nada serviría desde luego enmascarar la ocupación con un mandato de la ONU.
Pero la pacificación de Oriente Medio exige no solamente el fin de la ocupación militar, política y económica de Irak, sino también de Afganistan, lugar en el cual no hay que olvidar que se encuentran también destacamentos de tropas españolas, y el cese de la política de guerra de exterminio contra la resistencia palestina que el gobierno Sharon ha lanzado con el beneplácito de los EEUU. En resumen, se trata de poner fin a la política de depredación sin escrúpulos lanzada por la administración Bush sobre esta parte del planeta, cuyas consecuencias padecen en primer lugar pueblos como el iraquí, el afgano o el palestino, pero que también golpea de manera cruel- con un aumento de la inseguridad y con restricciones de los derechos democráticos -a la propia ciudadanía de los países imperialistas agresores. El movimiento pacifista del estado español y del mundo entero continuaran indudablemente en pie hasta que lo anterior se haga efectivo.
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