La tortura es parte de la política de EEUU en Irak

Miércoles 5 de mayo de 2004

De Gara, 05-05-04

Investigadores militares estadounidenses han concluido que existen problemas «sistémicos» que llevaron al abuso, tortura y humillación de prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, cerca de Bagdad, por parte de soldados estadounidenses, contratistas privados y agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quienes, según averiguación castrense secreta, «cometieron actos atroces y violaciones del derecho internacional» como parte de una política perfectamente planificada. Nada que ver con las «conductas individuales» de las que habla el general ocupante Kimmit.

WASHINGTON - NUEVA YORK Funcionarios del Pentágono y comandantes estadounidenses en Irak han reconocido que las fotos explícitas del abuso y humillación de prisioneros iraquíes por fuerzas estadounidenses han tenido un impacto «devastador» en Medio Oriente, pero insisten en que estos casos sólo ilustran el fracaso de «conducta individual» en incidentes aislados y no representan un fracaso institucional.

Pero esta justificación está plenamente descartada por el aún secreto informe de la investigación interna militar, copia de la cual fue obtenida por la revista "The New Yorker" y el diario "Los Angeles Times". Ese informe de 56 cuartillas, según segmentos publicados, declara tajantemente que la tortura fue resultado de una política deliberada de los interrogadores de la inteligencia militar y de la CIA para «ablandar» a los prisioneros y lograr mayor cooperación.

«Esto no es un caso aislado», argumentó Beth Ann Toupin, especialista para Irak de Amnistía Internacional-Estados Unidos (AI). En una entrevista con "La Jornada", Toupin agregó: «Desde el inicio de la guerra ha habido un flujo continuo de informes sobre el maltrato y tortura realizado por (las fuerzas de) Estados Unidos y el Reino Unido».

Aunque Toupin subrayó que AI no está declarando que la tortura es parte de la política estadounidense en Irak, indicó que el fracaso en establecer salvaguardas para asegurar la prevención de este tipo de abuso representa una falla de la doctrina castrense.

«Este abuso sistémico e ilegal de los detenidos fue realizado intencionalmente por varios miembros de la fuerza de la guardia de la policía militar... Las acusaciones de abuso fueron sustentadas con declaraciones detalladas de testigos y el descubrimiento de pruebas fotográficas».

Gran parte del abuso fue de carácter sexual. Mujeres y hombres detenidos fueron forzados a desnudarse, mantener posiciones explícitamente sexuales, obligados a masturbarse mientras eran fotografiados o videograbados y algunas mujeres detenidas fueron violadas, confirman los investigadores militares. Los reos masculinos fueron golpeados, se les practicó sodomía con palos de escoba y fueron obligados a ponerse ropa íntima de mujeres durante días.

Los soldados responsables de algunos de estos actos provenían en gran parte de los batallones 320 y 372 de la Policía Militar, la mayoría de los cuales no había recibido capacitación sobre las reglas de la Convención de Ginebra relativas al tratamiento de prisioneros de guerra y otros detenidos. Además, el informe oficial declara que otros responsables eran algunos contratistas civiles estadounidenses de la Titan Corporation y la CACI Corporation que no eran supervisados por ninguna autoridad.

El informe confidencial también revela parte de la capa que cubre en secreto las operaciones de la CIA en Irak. En particular, señala que muchas de las instalaciones de detención en Irak, incluyendo Abu Gharib, también alojan de manera rutinaria a prisioneros para lo que se describe misteriosamente como «otras agencias gubernamentales» o en clave: de la CIA.

Los soldados en Abu Gharib llamaban a estos «detenidos fantasmas» e informaron a los investigadores militares que eran colocados en diversas partes de la instalación cuando llegaban equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja para inspeccionar las cárceles. «Esta maniobra era engañosa, contraria a la doctrina del Ejército y en violación al derecho internacional», concluyen los investigadores militares en su informe.

El general Richard Myers reconoció esta semana que intentó convencer a la cadena de televisión CBS de no transmitir las imágenes explícitas que han dado la vuelta al mundo, con el argumento de que llevaría a empeorar las tensiones en Irak. Y, una vez más, uno de los comandantes estadounidenses en Irak, el general Mark Kimmit, insistió en que el enfoque debería ser sobre la «conducta individual» de quienes cometieron los abusos, y no sobre algún fracaso de las fuerzas militares en su conjunto ni unidades particulares.

En una carta enviada a la Casa Blanca, la organización Human Rights Watch dijo que los soldados estadounidenses en Irak podrían haber cometido «crímenes de guerra». El director ejecutivo de la organización Kenneth Roth agrega en la misiva que la forma descarada de las acciones de soldados en Abu Gharib, combinado con informes de otros abusos cometidos por militares estadounidenses en Afganistán «sugiere un problema mucho más amplio que debe ser abordado».

Colin Powell dice que se hará «justicia»

El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell afirmó ayer que «se hará justicia» en

el caso de los ocupantes torturadores. El jefe de la diplomacia estadounidense dijo que las fotos de las violaciones de derechos humanos mostradas por

la televisión «han dejado atónitos a los estadounidenses» y están «totalmente fuera de lugar» para los militares de EEUU. «No quedará piedra sin remover para asegurarnos de que se haga justicia, para

asegurarnos de que no vuelva a suceder nada parecido», dijo Powell en rueda de prensa. Por su parte, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, calificó de «inaceptable» el comportamiento de los torturadores.

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