Deslocalizaciones: Algunas ideas para hacerles frente

Jueves 23 de septiembre de 2004

Javier Navascués Chivite

Las deslocalizaciones aparecen como el último frente de la gran guerra laboral que patronos y asalariados libran desde finales de los años 70. Reconversiones, precarización del empleo, privatizaciones, segregaciones productivas han sido los frentes anteriores y tienen mucho en común en su secuela de paro precariedad y agresión a los derechos laborales. Su principal novedad es la del descaro con que empresas, que en muchos casos se han instalado hace pocos años, que habían recibido por ello importantes ayudas públicas (como es el caso de Samsung, pero no sólo), y que siguen realizando beneficios, deciden cerrar porque han encontrado un mercado laboral mas barato. Conviene recordar que antes vinieron aquí por lo mismo.

El fenómeno está provocando un enorme revuelo, en el Estado español y en toda la UE, no solo entre los asalariados (afectados directamente o amenazados con el ejemplo de los afectados) sino también entre los gobiernos que se sienten burlados por multinacionales desagradecidas. Sin embargo, su credo neoliberal les impide aprender y continúan con la lógica de las subvenciones al capital, reducciones de impuestos, recomendaciones de flexibilidad sindical para con los patronos, eso si a partir de ahora no se podrán ir al día siguiente sino que tendrán que esperar algo si no quieren devolver las subvenciones. Aquí el gobierno PSOE añade el requisito de inversiones que necesiten de empleo cualificado, como si las descolocaciones de empresas tecnológicamente avanzadas no le estuvieran afectando a Alemania, por ejemplo.

Respuesta de izquierda alternativa

Una respuesta de izquierda alternativa a las deslocalizaciones debe basarse en las experiencias y propuestas mas avanzadas del movimiento obrero y por ello las líneas que se avanzan a continuación lo hacen. Condensan debates realizados en el 2º FSE de París, reivindicaciones de la Red Solidaria contra el Cierre de empresas de Catalunya y muy particularmente del llamamiento del colectivo francés Resistance 20041 constituido por iniciativa de los asalariados de ST Microelectronics y de Thomson para coordinar las luchas contra los despidos y por el derecho al empleo.

Una de la líneas de acción debe ser la exigencia de la ilegalización de los despidos y la de dotar de capacidad a la representación de los asalariados para su declaración. El llamamiento Resistance 2004 plantea dotar a la representación del personal de derecho de veto para contestar las razones de despido invocadas por el patrón y exige que la ley prohíba a las empresas o grupos los despidos por ventajas de costes. En el Estado español esto supone revisar la legislación del despido colectivo, pero sobre todo acabar con la situación de que los despidos que no cumplen los requisitos establecidos por la ley, pueden ser ejecutados por el patrón con la indemnización del despido improcedente.

Otra de las líneas de acción es la de asegurar, a cargo de la patronal, el salario a los despedidos mientras no encuentren un nuevo empleo equivalente en salario y calidad; con ese fin exigir la devolución de las ayudas otorgadas a las empresas. El llamamiento Resistance 2004 plantea el control de los fondos públicos donados como ayudas con intervención de los asalariados, el reembolso de las ayudas y la exigencia de la continuidad del salario a cargo exclusivo de la patronal, que debería constituir un fondo obligatorio para ello.

La última línea de acción que se propone es la de la coordinación de los asalariados en lucha contra los despidos, sean del tipo que sean, y en defensa del derecho al empleo sin conformarse con la lucha local. Esta coordinación se debe extender de la forma mas amplia posible para evitar el objetivo patronal de poner a competir a los asalariados entre si a lo largo de todo el mundo. Las redes citadas de Catalunya y Francia son un ejemplo que camina en esa dirección.

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