Cómo pedir el Sí a la Constitución alabando la ignorancia

Sábado 12 de febrero de 2005

Víctor Manuel Casco Ruiz *

De un responsable político se puede esperar que defienda, con mayor o menor acierto, sus posiciones, que argumente con contundencia o con mesura, que emplee los recursos de la didáctica o de la pasión razonada, pero desde luego, lo que se tiene que esperar de él es que argumente y que en sus manifestaciones públicas procure el ejemplo.

Lamentablemente nuestro presidente de la Comunidad Autónoma extremeña parece querer caminar por la senda contraria del razonamiento, el sosiego, la calma y la información.

Podemos estar de acuerdo o no en la Constitución Europea, pero cuando los partidarios del sí acuden a expresiones del tipo "no hace falta leerse la constitución europea, pues pocos se han leído la constitución española y estamos de acuerdo mayoritariamente con ella" (Josep Borrell, presidente del Parlamento Europeo), "no nos hemos leído la constitución pero votamos el sí porque lo hace la mayoría" (Los del Río, intelectuales) o el colmo, las últimas declaraciones de Rodríguez Ibarra: "no sea usted como Ibarretxe, vote sí" y "me he quedado - en la lectura del texto constitucional - en el punto 1.8 que es el que garantiza la integridad territorial", cuando se acuden a esos argumentos, sencillamente se carecen de razones de peso para fundamentar un voto afirmativo al Tratado y se manipula burdamente al objeto de convencer sin argumentos al ciudadano. Porque no es sostenible que este Tratado esté concebido para frenar el Plan de Ibarretxe, máxime cuando el Presidente de Euskadi y su partido, el Partido Nacionalista Vasco, están a favor del Tratado Constitucional y piden por tanto el sí. Extraña estrategia la del PNV que pide el Sí a un texto que supuestamente le impedirá desarrollar su idea nacionalista. ¿Podemos contrariar con el sí a los nacionalistas? ¿A cuáles? ¿También a CiU y PNV, firmes defensores del documento?

Pero este no es lo más grave, lo más terrible en boca de un responsable político son los llamamientos a la ignorancia (no se lea usted el Tratado, pero vote sí) o confesar públicamente, el Presidente de una Región, que sólo se ha leído hasta el artículo 1.8, es decir ¡Una página del documento!¡ocho artículos de los 448 que componen el texto que debemos votar el 20 de febrero!

El gobierno de ZP que ganó las elecciones prometiendo la democracia deliberativa podía haber arbitrado los medios para generar un auténtico debate sobre Europa, nuestra integración, los valores que existían y los que hoy se abren camino... No ha sido así, no hay debates, sólo propaganda, únicamente slóganes, apelación al miedo cuando se argumenta que el NO sería el caos, consignas viscerales frente a la reflexión serena. Ni siquiera se han editado 34 millones de ejemplares - para los 34 millones de electores españoles - de un documento que afectará a 450 millones de europeos. Sólo el 14% de los votantes disponen de la Constitución, al haberse distribuido 5 millones de ésta.

¿Qué campañas públicas le explican al ciudadano los contenidos del Título III del Tratado? Por ejemplo, que el artículo 148 indica que los Estados miembros se esforzarán por proceder a una liberalización de los servicios más amplias, es decir, que hay que privatizar más servicios; que el 166 prohibe a los Estados conceder derechos especiales a las empresas públicas; que el 207 prohibe armonizar las disposiciones legales de los Estados, es decir, dotar a Europa de un Estatuto de los Trabajadores Común; que el 227 indica que para incrementar la productividad agrícola hay que hacer un uso eficiente de los factores producción, "en particular de la mano de obra"... Los trabajadores convertidos en mercancía, en cosa, en factor cuyo único objetivo es la productividad... ¿Quién le dice a los votantes las competencias del parlamento, convertido en cámara consultiva que ni siquiera tiene plenas competencias para legislar, o que el proclamado derecho a la vida y abolición de la pena de muerte del título II se corrige en el Protocolo nº 6, un anexo que no acompaña a las ediciones del Tratado, donde se proclama que un Estado podrá prever en su legislación la pena de muerte por actos cometidos en tiempo de guerra o de peligro inminente de guerra y para reprimir una revuelta o insurrección, según el apartado 2.2 del CEDH?

Por favor,argumenten, expliquen, empiezen por entregar a los votantes, a todos, el documento que deben ratificar o no, documéntense, den ejemplo... pero no manipulen al único objeto de asegurarle al Presidente del Gobierno Central un referéndum cómodo y triunfante.

* Víctor Manuel Casco Ruiz es coordinador General de IU Extremadura. ** Publicado en Rebelión.

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