Francia: La calle se lanza contra el gobierno

Jueves 6 de octubre de 2005

Vanessa SCHNEIDER y François WENZ-DUMAS (Liberation)

Las cerca de 150 manifestaciones organizadas en las principales ciudades de Francia han juntado un total de más de un millón de personas. Exactamente 1.147.290 según los sindicatos y alrededor de 470.000 según la policía. Poco importa la cifra: la movilización es ampliamente comparable a la del 10 de marzo en la cual más de 700.000 personas salieron a la calle. Y si el movimiento de huelga parece haber sido un poco menos seguido en el sector público que el del 10 de marzo, la gente asalariada del sector privado estaba notoriamente mejor representada en los cortejos, lo cual es bastante raro tratándose de una jornada de lucha entre semana. Pero ahora se plantea una doble cuestión: ¿qué salidas dar y qué respuestas puede aportar el gobierno?

«No se trata de una jornada de acción aislada, sino de una movilización que se agranda», observa el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, en cabeza del cortejo parisino con sus homólogos François Chérèque (CFDT), Jean-Claude Mailly (FO), Jacques Voisin (CFTC), Jean-Louis Walter (CGC), Gérard Aschieri (FSU), Alain Olive (Unsa) y Annick Coupé (Solidaires). Justo detrás de ellos se habían puesto los Hewlett-Packard (HP), símbolos de esta manifestación. En Grenoble, donde los 2.100 asalariad@s de la sucursal HP d’Eybens temen verse afectados, eran entre 15.000 según la policía, 30.000 según los sindicatos. En la capital, el desfile es impresionante. Y si la cifra de 150.000 adelantada por los organizadores es sin duda exagerada, la de 30.000 dada por la polícía no corresponde evidentemente a la realidad (1)

"Responder". Para el líder de la CGT, el después se encuentra claramente en terreno gubernamental. «La CGT está ya dispuesta a prever salidas si las respuestas apropiadas no llegan, y los sindicatos han dado plazo en este sentido. Pedimos la retirada del contrato de nuevas contrataciones. El gobierno debe responder a las demandas de los funcionarios pues es responsable y no puede mantener un canto de sirena l a la negociación sectorial de la evolución salarial.» François Chérèque espera "respuestas muy claras sobre el empleo y el poder de compra. En los sectores profesionales, se quieren acuerdos para que no haya más mínimos bajo el Smic. "Habrá de todas formas una continuación",no le vamos a dejar quince días, explica el líder de FO. No pido una obligatoriamente una respuesta esta tarde; pero, en los próximos días, es preciso que haya respuestas".

El riesgo de ver este movimiento de protesta crecer ha llevado a Dominique Villespin a manifestar que el tomaba nota muy seriamente. Hecho muy atípico, el Primer Ministro ha respondido no a menos de cinco interpelaciones en la sesión de preguntas al gobierno en la Asamblea Nacional. Pero ello no ha satisfecho a los huelguistas y manifestantes. El jefe del gobierno ha ha declarado que él "escucha el mensaje" de los franceses y que "luchará por el empleo" y el "poder de compra", las dos principales reivindicaciones de los huelguistas. "El gobierno se moviliza en el conjunto de frentes", ha remarcado en tono decidido, tanto si se trata de las "deslocalizaciones" como del dosier de la SNCM, y que no se abandonaba a la "ineficiencia pública". En el conflicto de la SNCM, otro símbolo junto con HP de los cortejos de ayer, se podría buscar una salida proponiendo aumentar la participación de la gente asalariada en el capital del 5 al 8%, y permitiendo también ejercer, con el 25% estatal, una monoría de bloqueo en torno al 33%.

Después de que el presidente del grupo socialista, Jean-Marc Ayrault, le preguntara sobre "la Francia colérica", el jefe del gobierno ha intentado implicar a todo el mundo: "El mensaje que nos mandan los franceses se dirige a todos: a ustedes como a nosotros, al centro, a la derecha, a la izquierda, al estado y a las empresas. "Me acuerdo de otros gobiernos que ustedes han apoyado, en los cuales la respuesta no era la de la cita de la acción, sino más bien una constante, la de la ineficiencia pública", ha lanzado al comunista Alain Bocquet que le acusaba de haber "fracasado" en su promesa de restaurar en "cien días" la confianza de los franceses. Pero en lugar de avanzar propuestas (lo hará posiblemente mañana por la tarde en France 2, Dominique Villespin se ha contentado con ufanarse de sus buenos resultados en materia de descenso del paro y con hacer acopio de optimismo y de voluntarismo: "Estaremos en la cita del crecimiento (con una previsión del 2,25% en 2006, nota de la redacción), porque ponemos toda nuestra energía y todos los medios para llegar".

"Utopía". Pinzado entre las reivindicaciones sindicales y los neoliberales de su campo, Nicolas Sarkozy en cabeza, que esperan verlo ir más lejos en materia de reformas, Villespin ha escogido no moverse de su terreno. Ayer, ante los diputados de UMP, ha puesto en guardia contra "la utopía" de la "ruptura", explicando que la ruptura no ha sido posible más que una sola vez en la Historia, fue en la Revolución. Las rupturas terminan siempre en un baño de sangre", según las observaciones de Villespin informadas por el diputado de Deux-Sévres Dominique Paille, Nicolas Sarkozy lo ha escuchado sin inmutarse.

(1) Los cortejos han reunido efectivos impresionantes: más de 30.000 personas en Burdeos, 30.000 en Toulouse, entre 15.000 y 25.000 en Lyon, Nantes, Rennes y en Mans, al menso 12.000 en Montpellier y Rouen.

Traducción al castellano de Miquel Garcia

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