Manifestación "Konponbide garaia da". Bilbao 1 de abril

Lunes 3 de abril de 2006

mani bilbo 1 abril

Mikel Labeaga

La manifestación del sábado 1 de abril en Bilbao ha sido una de las mas grandes que hemos conocido en los últimos años por estas tierras. Se dan cifras de entre 60.000 y 80.000 personas. Esta manifestación pone encima de la mesa algunas cuestiones importantes del proceso abierto con "el alto el fuego" de ETA, que van mas allá de la alegría e ilusión que éste provoca.

Por un lado se visualiza claramente el apoyo que la izquierda abertzale mantiene, apoyo que se amplia cuando las armas dejan de ser su argumente político. También se evidencia la sensibilidad favorable de dicha corriente hacia un proceso político en el cual la violencia haya desaparecido.

Por otro, aparece la posición de un amplio sector de ciudadanos y ciudadanas vascas que desean la apertura de la negociación sobre el contencioso vasco y que reclaman la soberanía como instrumento para solventarlo. La voluntad de amplios sectores de la sociedad vasca es la de querer ser parte del proceso abierto y comprometerse en su desarrollo. Esto se podía constatar incluso en los rostros de los/as manifestantes, caras conocidas de ELA, LAB, EHNE, ELB, ESK, STEE-EILAS e HIRU y de los casi 50 colectivos que apoyaban la manifestación, además de los partidos políticos del Foro de Debate Nacional.

En cuanto a los no convocantes PP, PSE, EB y PNV, entre la gente manifestante era fácil distinguir a sectores no poco representativos del PNV y sobre todo de sus juventudes EGI que hacían gala de estar allí, mas allá del comunicado de apoyo. Bastantes compañeros y compañeras de Ezker Batua se mezclaban en la marea humana. Esta presencia pone de manifiesto los problemas que las direcciones de estos partidos van a tener para explicar a su militancia las razones para su no convocatoria y la relación que existe entre su defensa de "El derecho de decisión" y su no participación en la manifestación.

Por ultimo, desde nuestro punto de vista, esta manifestación puede ser el inicio, si se hace sin sectarismos ni hegemonismos, de un movimiento amplio "por el derecho a decidir" que incorpore el objetivo de lograr un acuerdo amplio «que reúna los diferentes puntos de vista», y en el cual la participación de observadores internacionales «contribuirá a proteger el proceso de posibles rivalidades políticas y del día a día del conflicto». Así se subrayó en la lectura del manifiesto. Los retos están servidos y el inicio parece alentador

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