...Y ahora, manifestación de la ultraderecha en Tenerife

Jueves 12 de octubre de 2006

Marco Lojo

Con un clima de absoluta hostilidad y alarmismo en toda Europa (ley ultra-represiva en Suiza, ascenso de la ultraderecha en Bélgica, ascenso de Sarkozy y Le Pen en Francia, "checkpoints" para barriadas de inmigrantes en Italia...) ha cundido el mensaje en la "frontera sur" de la Unión Europea. El 15 del presente mes Democracia Nacional tiene prevista manifestaciones en Tenerife, el 12 de octubre, día de la Hispanidad, España 2000 moviliza a sus militantes para una concentración en Valencia... pero, ¿por qué ocurre esto?

Medios de comunicación de masas, tanto de carácter local, como de carácter estatal, tienen montado un escenario absolutamente fascista de "caza" al inmigrante. Diferenciando dos inmigraciones (la legal y la ilegal) que realmente obedece a un mismo fenómeno (el hambre causado por el robo sistemático de sus recursos por parte del capitalismo europeo y estadounidense), se llenan la boca hablando de "avalancha"; relacionan inmigración con mafia y delincuencia organizada (eso sí, sin dejar de publicar anuncios de prostitutas extranjeras con chulo español en sus periódicos ni los anuncios de las inmobiliarias que blanquean capitales de todo el mundo) e incluso siguiendo con la práctica absolutamente inconstitucional de insistir en la nacionalidad de las personas que cometen delitos (cosa que no ocurre, sin embargo, con los españoles o canarios: ningún medio escribe "lagunero o valenciano o vasco mata a su esposa").

Las prácticas de los partidos mayoritarios en las Islas y en el resto del Estado español también inducen a ese fenómeno: desde la hipocresía absolutamente deleznable del PP, que pretende expulsar a los inmigrantes sin papeles y seguir con la práctica de los centros de internamientos a la vez que "respeten sus derechos (!)", pasando por Coalición Canaria que acusa al Estado de no protegerlo (lo que evidencia cuál es el auténtico "nacionalismo" de ese partido: rendir pleitesía al Ejército español) o el mismo PSOE, que se pliega a la voluntad de la política europea de Schengen de ser el perro guardián de fronteras y el gendarme de los pobres (las declaraciones de José Blanco o Fernández de la Vega de "no cabe más regularizaciones" se suma al coro europeo del Frontex).

Sin embargo, este "coro" que canta las alabanzas del capital y mata a los pobres (recordemos que la omisión del deber de socorro es delito en el Código Penal español) tiene la desvergüenza de decir que la "regularización es la que provoca el ascenso de la ultraderecha". ¿No será que con ánimo de tapar la precariedad laboral (que aumenta con la reforma en curso), las políticas especulativas de la vivienda que comenzó a despuntar con el caso Marbella, las privatizaciones masivas conducidas por González y finiquitadas por Aznar y ZP, la subida de los tipos de interés... no importa poner la soga en el cuello del sector de población más indefenso? ¿no será acaso para seguir manteniendo la bajada de salarios al tener a trabajadores extranjeros absolutamente defenestrados y perseguidos?

Y surge la pregunta: ¿hasta cuándo permitir esto? Hoy son los inmigrantes, mañana serán nuestras cabezas las que pongan los poderes fácticos establecidos bajo la bota militar del fascismo español y europeo.

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