Debates entre José Bové y la LCR

Miércoles 13 de diciembre de 2006

Redacción Viento Sur

Carta de José Bové a los colectivos

Queridos amigos/as, queridos compañeros/as,
Hace seis meses, hice saber que estaba disponible para encarnar, en el boletín de voto de las elecciones presidenciales, nuestro reagrupamiento unitario de la izquierda antiliberal.

Inmediatamente precisé que, para crear las condiciones de una dinámica popular y electoral alrededor de una estrategia y de un programa comunes, convenía llevar a cabo una campaña colectiva que reuniera, en una misma tribuna, a todas las fuerzas que habían contribuido al éxito del “no de izquierdas”, el 29 de mayo de 2005, desde la LCR a los socialistas antiliberales. Y añadí inmediatamente que mi planteamiento no era personal sino que, para garantizar la unidad más amplia posible, no podía ser cuestión de colocarse tras el portavoz de tal o cual componente de nuestro reagrupamiento.

Como otros, en tanto que sindicalista y actor del movimiento social antiliberal, pienso poder servir de acelerador a una dinámica de reagrupamiento que tiene un objetivo más ambicioso que lograr un simple resultado testimonial.

Seis meses más tarde, hay que constatar que las fuerzas de la división han ganado provisionalmente a las fuerzas de la unidad. El Partido Comunista quiere imponer a Marie-George Buffet como candidata y no escatima en los medios para lograrlo. Ha multiplicado la creación de colectivos que no representan, localmente, más que la sensibilidad comunista. Lleva a cabo una campaña de forma autónoma, en paralelo de algunos grandes mítines unitarios. Se dedica a prácticas de otra época rechazando, por ejemplo, validar las actas de una reunión de nuestro colectivo nacional en el curso del cual la aplastante mayoría de los participantes ha hecho saber que Marie-George Buffet no podía encarnar, en el boletín de voto, la riqueza de nuestro reagrupamiento.

La LCR, por su parte, acaba de confirmar su implicación en una campaña autónoma con Olivier Besancenot como candidato. Multiplica los argumentos para justificar un pretendido desacuerdo de fondo sobre nuestra orientación común. Practica la unidad a la carta, un pie dentro, un pie fuera, sin buscar las vías y los medios para una campaña realmente unitaria. Prefiere medirse electoralmente al Partido Comunista más que responder, de forma colectiva, a la esperanza nacida de nuestro éxito común victorioso en el combate contra el proyecto liberal de Constitución europea.

El Partido Comunista y la LCR han tomado la responsabilidad de romper la dinámica unitaria y, como consecuencia, de renunciar a responder a las expectativas de las capas populares más golpeadas por los estragos de la mundialización liberal. Lo lamento profundamente. Actor del movimiento social y del combate altermundialista desde hace muchos años, considero que es el momento de traducir nuestras movilizaciones en el espacio político y electoral. Nuestra responsabilidad fundamental sigue siendo en efecto volver a llevar al campo de la izquierda a los millones de electores y electoras que, desorientados por veinticinco años de alternancia sin cambio fundamental de sus condiciones de existencia, han optado progresivamente por desertar de las urnas o por dispersar sus votos hasta la extrema derecha. El 21 de abril de 2002, la izquierda perdió porque no había sabido responder a las esperanzas de los ciudadanos y ciudadanas más afectados por la precarización social generalizada.

El conjunto de quienes sufren socialmente no esperan sin embargo más que una sola cosa: una perspectiva creíble de cambio que no se resuma en algunos apaños del sistema económico. Sin puesta en cuestión radical de las lógicas económicas liberales que, desde las decisiones de la OMC hasta la vida cotidiana conducen a la mercantilización de los servicios públicos, al dumping social, al crecimiento vertiginoso de las desigualdades, no hay otra salida que la renuncia a cambiar verdaderamente la vida. Entre la simple alternancia y la verdadera alternativa antiliberal, existe un foso que nos separa de una izquierda más inclinada a gestionar el poder que a emprender la transformación social.

Para dar sentido a este combate por una alternativa antiliberal, nos es preciso imperativamente crear las condiciones de una dinámica popular y electoral. La cosa ha empezado mal. Las dificultades para reunir corrientes, sensibilidades, personalidades comprometidas en nuestro combate común son comprensibles. La unidad es un combate. Pero es obligado constatar que el proceso emprendido desemboca hoy en un callejón sin salida. La multiplicación de las candidaturas lleva a desdibujar más que a clarificar nuestra perspectiva, dando pie a críticas irónicas por parte de quienes han apostado desde hace mucho por nuestro fracaso. Cerrándose en el método llamado del “doble consenso”, el colectivo nacional ha tomado el riesgo de dar una imagen más grupuscular que popular de nuestro reagrupamiento. Ha tardado demasiado en decir abiertamente que la candidatura de Marie-George Buffet era incompatible con una lógica unitaria.

He propuesto, sin éxito, que movilizáramos a todas las personas que se reconocen en nuestro planteamiento para elegir el candidato o la candidata más capaz de llevar nuestro mensaje en el marco de una campaña colectiva. No se trataba en ningún caso de designar vencedores o vencidos sino de hacer participar activamente a los ciudadanos y las ciudadanas en la dinámica unitaria. Era, también, una forma de construir una correlación de fuerzas popular. La resistencia a esta proposición que toma sin embargo tanto más sentido en la medida que el partido socialista ha sabido designar, a su manera, su propia candidata muestra una incomprensión de las expectativas ciudadanas en materia de participación activa en las decisiones políticas.

Queridos amigos y amigas, queridos compañeros y compañeras,

Por ahora, y bajo reserva de acontecimientos que cambiarían profundamente la situación actual, he decidido retirar mi proposición de encarnar nuestro reagrupamiento en el boletín de voto de la elección presidencial. No quiero, en efecto, continuar sirviendo de coartada unitaria a otras intenciones, partidarias o personales. No quiero tampoco sembrar ilusiones entre amigos y compañeros que vienen, muy numerosos, a apoyar el planteamiento de reagrupamiento en los mítines. No quiero comprometerme en otra cosa que un planteamiento unitario y popular para modificar de forma duradera, con ocasión de las elecciones presidenciales, la situación electoral en la izquierda.

Proseguiré naturalmente el combate con todos vosotros, sobre nuestras bases estratégicas y programáticas. La creación de los colectivos unitarios es el signo de una voluntad de construir un espacio político nuevo, tras la victoria de los colectivos del “no”, hace diez y ocho meses. Encontraremos juntos, estoy seguro de ello, las vías más adecuadas para participar activamente en las próximas citas electorales legislativas, municipales y cantonales, en ocasión de las cuales esperamos llevar alto y fuerte el mensaje de la izquierda antiliberal.

Fraternalmente, José
Montredon, 23 de noviembre de 2006
http://www.collectifdu29mai.org/

 


 

Respuesta a José Bové de la dirección de la LCR

A José Bové

Querido compañero,

Como todas las demás componentes, hemos recibido tu carta anunciando la retirada provisional de tu candidatura al reagrupamiento de los antiliberales.

Si entendemos bien un cierto número de tus argumentos sobre los métodos del PCF para imponer su candidata, en cambio, queremos evidentemente responder con precisión a las críticas que tu expresas hacia nosotros.

Nosotros no hemos “multiplicado los argumentos para justificar un pretendido desacuerdo”. Desde el mes de mayo de 2006 hemos precisado que una candidatura unitaria, por tanto común con el PCF, suponía clarificar las relaciones respecto al PS y comprometerse claramente a no participar en un gobierno o en una mayoría parlamentaria con el PS. El 10 de septiembre, la reunión nacional de los colectivos no ha querido introducir esta clarificación en el texto “ambición y estrategia”. Hemos decidido no ratificarlo. Este texto deja abierta la posibilidad para el PCF, principal socio organizado en el seno de los colectivos, de integrarse en una mayoría parlamentaria dominada por el PS.

No hemos cambiado de opinión. Bien al contrario, la designación de Ségolène Royal, subraya hasta qué punto no hay que colaborar ni gubernamental ni parlamentariamente con el PS. Ninguna de las rupturas con el liberalismo que son necesarias para responder a las expectativas populares podrán hacerse en un tal marco de alianza. Y es lógico por otra parte, en caso contrario, cómo explicar que los dirigentes socialistas hayan llamado a votar “si” en el referéndum del 29 de mayo mientras que llevábamos conjuntamente una batalla ejemplar y victoriosa por el “no”. Las declaraciones de Marie George Buffet a favor del reagrupamiento de toda la izquierda sobre una orientación antiliberal se multiplican. La dirección del PCF, muy lógicamente, ha explicado en numerosas ocasiones que había una divergencia estratégica mayor con la dirección de la LCR. No hay pues “pretendido” desacuerdo con la dirección del PCF sino un desacuerdo, desgraciadamente, negado o minimizado por la mayor parte de los miembros del colectivo nacional.

El problema para nosotros no es pues “medirnos electoralmente con el PCF”, competencia bien ridícula en comparación con lo que está en juego. Es claramente trabajar por el reagrupamiento. Pero un reagrupamiento claro. Todo el mundo sabe que hemos indicado desde el comienzo que estábamos dispuestos a retirar la candidatura de Olivier Besancenot si era encontrado un acuerdo. Contrariamente al PCF, no hemos propuesto una sola vez que nuestro portavoz fuera el candidato que permitiera el reagrupamiento de todas y todos y como a tí, no nos gustan mucho los métodos que reprochas al PCF practicar. Hay que recordar que para nosotros la cuestión no era una cuestión de casting. No estamos de acuerdo con la orientación estratégica que defiende Marie George Buffet y lamentamos que no digas nada de ello en tu carta. En tus declaraciones, principalmente en el mitin de Le Mans, sin embargo, refiriéndote al PS, habías utilizado formulaciones más cercanas de nuestra posición que de la del PCF, lo que nuestra ultima reunión de la Dirección Nacional no había dejado de constatar.

Lo que lamentamos, es que hayamos estados muy aislados para llevar a cabo esta discusión de fondo con el PCF, el 10 de septiembre y después. Pues es claramente esta discusión sobre el fondo la que habría permitido hacer legibles los debates sobre el nombre del candidato. Si no, se da a escala de masas un espectáculo poco alentador: el de las querellas de personas.

Estamos disponibles para proseguir la discusión. Antes, así como durante y después de las presidenciales, porque queremos que se reúnan las fuerzas anticapitalistas que, hombro con hombro, organizan cotidianamente la resistencia a las políticas liberales y quieren cambiar la sociedad. El reagrupamiento de las fuerzas anticapitalistas, feministas, ecologistas, internacionalistas es claramente una necesidad. Pero para que sea efectivo y duradero, debe ser claro, radical y sordo a las sirenas del atascamiento institucional, de un autodenominado realismo que prepara siempre las más crueles desilusiones.

Fraternalmente,
La dirección de la LCR.

Paris, 24 de noviembre de 2006.

Traducción: Alberto Nadal

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