Granada. Por un movimiento contra la especulación. Desterremos el sectarismo

Sábado 10 de marzo de 2007

En Granada se ha realizado una manifestación Contra la violencia urbanística la mañana del sábado 10 de marzo. Una red de colectivos ha convocado durante las últimas semanas con un cartel de imprenta firmado por "hart@s de la dictadura del cemento". No aparecía el nombre de los grupos que han trabajado esta convocatoria. No ha habido una asamblea abierta a la población granadina ni al resto de organizaciones, colectivos o movimientos sociales de la ciudad. La convocatoria parecía caída del cielo, "espontánea", del mundo platónico de las ideas. Pero esto chocaba con el nivel de organización de la campaña y con algunos graves sucesos que han ocurrido en la manifestación.

Desde el principio se han vivido momentos tensos. Cabe destacar que un grupo numeroso de personas sin ningún distintivo se ha presentado como el servicio de orden y ha amenazado a dos militantes del El militante que intentaban vender su periódico y distribuir panfletos de un charla que organizan la próxima semana. Se les amenazó físicamente y se les intentó arrancar de las manos los materiales. Y se les intentó expulsar de la manifestación. Hubo una reacción de varias personas en defensa de la libertad de expresión de estos jóvenes, y se produjo una situación tensa que llegó casi al choque físico. El argumento esgrimido contra ellos es el ser "políticos", ser miembros de un partido político, y que no tenían derecho a estar en la manifestación porque no los consideraban afectados por el motivo de la misma.

Por otro lado, un militante del PCPA fue amenazado físicamente cuando intentó desplegar una bandera de su grupo político. Las personas que se le acercaron hablando en nombre de los convocantes dijeron que estaba prohibido en la manifestación portar símbolos "políticos". Y que esta decisión la tomaron los grupos convocantes. Pero no queda claro en qué marcos se han tomado las decisiones de esta convocatoria.

Todo esto concluyó con la lectura de un manifiesto final, siendo el último cántico coreado por el megáfono y el grupo cercano a la pancarta de cabecera: "el pueblo unido funciona sin partido".

El extremo se ha visto cuando desde el grupo de vigilancia de la mani se ha hecho un seguimiento continuo de algunos militantes de grupos de izquierda. El servicio de orden (que no sabemos dónde ha sido elegido) no parecía estar para defender a la manifestación de choques con la policía y provocadores infiltrados por la misma, sino para controlar a militantes de grupos de izquierda.

Un grupo de vigilancia que se ha erigido en guardián de la esencias "autónomas" de la manifestación, con una visión patrimonialista de la misma, que parecía intentar mantener puro al "rebaño" (pues estos iluminados lo han tratado así) que se manifestaba de los "peligrosos" mensajes de los grupos de izquierda por ser mensajes políticos y no comulgantes con su difusa amalgama ideológica.

Al mismo tiempo se han encargado de que el "Partido Autónomo" sea el único que ha podido hacer propaganda en la manifestación, utilizando para fines propios un acto por un tema que afecta a todo el mundo sin tener por ello jurar los principios elementales de ninguna ideología para poder participar.

Nos parece que tenemos que resaltar la gravedad de estos hechos que implican una actitud contraria a la unidad del movimiento social. Por medio de la amenaza física y la amenaza a la libertad de expresión.

También pensamos que más allá de esto, la manifestación ha sido un ejemplo del renacimiento de los movimientos sociales contra la especulación urbanística en la ciudad. Y que se expresa en la participación de vecinos de varios pueblos, algunas asociaciones vecinales de Monachil, la Zubia, Cájar, Gójar y Dilar.

La situación urbanística en Granada es insostenible. Con destrucción de entorno natural, aumento de precios de vivienda, megaproyectos del ayuntamiento, infraestructuras gigantes injustificadas y destructivas de los barrios. Todo ello con un mero interés especulativo. Esta situación explica la toma de conciencia de sectores que se reengachan a la lucha después de décadas de inactividad social y política.

Lo que intentamos denunciar es que este movimiento que tiene potencialidad puede ser destruido en su origen por estas actitudes ultrasectarias que denunciamos y que podían haber derivado en enfrentamientos violentos de fatales consecuencia para este movimento y cualquier otro de la ciudad.

Esta actitud tampoco ha pasado desapercibida para los vecinos de las asociaciones de los barrios y pueblos que se han desplazado hasta la manifestación. Era evidente cómo algunos grupúsculos han intentado apropiársela.

A pesar del uso rutinario que hacen estos grupos vanguardistas de la retórica horizontalista, antiautoritaria y antidirigista, hemos podido asistir a una demostración ejemplar de dirigismo, control férreo de una manifestación y de imposición de algunos lemas ultrasectarios desde la cabecera y el megáfono, lemas que no eran asumidos por la mayoría de los manifestantes.

Pensamos que el ambiente que se ha vivido en la manifestación no debe volver a repetirse en la ciudad por el bien de los movimientos sociales. Y porque crear divisiones artificiales e identitarias es fatal en el momento en que la extrema derecha se está reorganizando y espera momentos como estos para hacerse fuerte en la ciudad.

El modelo de movimiento que necesitamos pensamos que tiene que ser abierto, donde la gente pueda participar desde la base y en asambleas abiertas defendiendo diversas posturas. No creemos un modelo tan abstracto de coordinación de grupos "autónomos" donde se ha visto que unos pocos grupitos vanguardistas y sectarios sin base real se han aprovechado del trabajo de plataformas vecinales de barrios y pueblos. Se han auto rogado la representación de movimientos vecinales de base surgidos en torno a problemáticas concretas de atentados urbanísticos relacionados con la especulación. Y han utilizado el movimiento para intereses de una definida corriente ideológica. Lo peor, poniendo en peligro la posibilidad de desarrollar un necesario movimiento contra los atentados urbanísticos, la especulación y por un acceso digno a la vivienda.

 

(Artículo de opinión sscrito por dos militantes del ERA-Granada)

 

 

 

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