Llamamiento MayDay Madrid

Jueves 26 de abril de 2007

cabecera_may_day_07.jpg Cuando la invisibilidad y el aislamiento son formas de gobierno, darnos un nombre, decir quienes somos, es subversivo. Mucho más si además decimos que somos algo en común.

Necesitamos salir a la calle el 1º de Mayo por eso, porque somos tod@s explotados, porque tod@s contamos en nuestros planes con la incertidumbre, el miedo a la carencia, la incomunicación, la violencia estructural del mando capitalista. Pero necesitamos salir de otra forma, de acuerdo a lo que somos y no a lo que fuimos. Necesitamos dotarnos de un 1º de Mayo no para los empleos de ayer sino para las precariedades de hoy. Algun@s no sabemos bien en qué trabajamos ni mucho menos en qué lo haremos mañana, otr@s no queremos hacerlo, al menos no en estas condiciones; otr@s producimos sin saberlo, regateando la violencia empresarial sobre los espacios comunes y las capacidades públicas.

Tenemos que abrir el 1º de Mayo para las víctimas de la precariedad en Madrid, para quienes no pueden sindicarse o no sabrían dónde, para quienes pisan flexibilidad, para las que tienen los afectos y los cuidados colonizados, para las víctimas de las deslocalizaciones, de los ataques a los servicios públicos, para l@s migrantes hiperexplotados bajo el látigo de la “ilegalidad”, para l@s excluídos y l@s que trabajan en la cuerda floja y a la sombra; también con la solidaridad puesta en los vigorosos ejemplos de resistencias obreras en Telemadrid, en Mercadona, en Telefónica (Atento), en SEAT o en DELPHI, de quienes nos recuerdan que los ricos y poderosos no regalan nada: sólo la lucha sirve.

Lo que compartimos es que el total de nuestras vidas se han vuelto espacios de negocio, y por eso el total de nuestras vidas, de los territorios que habitamos, están sometidos a la tensión entre cooperación y mando, entre la violencia bárbara del capital y nuestras capacidades de autonomía, de colaboración y de producción de vida. Así como el capital pretende invadir hasta el último rincón de nuestra existencia y capturar las múltiples fuentes de comunicación y cooperación que alumbramos en nuestro existir, así la lucha de clases se extiende a campos inéditos y tensiona nuevos espacios sociales. Las luchas laborales contra la precariedad se libran atravesando la ciudad: en el conflicto por la vivienda y contra la conversión de ésta por la coalición de políticos, banqueros y especuladores en una fuente de acumulación de capital en la que nos obligan a participar para tener un sitio donde vivir; en la resistencia de los estudiantes frente a la pretensión de la UE y los estados de convertir las Universidades en fábricas de precariedad o escuelas de élites, sometiendo la producción de conocimiento a criterios mercantiles; en la reemergencia de las redes de colectivos que rompen el silencio de la exclusión con la desobediencia y la acción directa, las respuestas antifascistas a las bandas neonazis y al gobierno fascista del territorio urbano, el aumento de prácticas de okupación de viviendas y centros sociales, de autoorganización en los barrios.

El 1º de Mayo es una hermosa fecha, herencia de las luchas de quienes fueron nosotr@s en el pasado, en la que articular esas luchas y romper la fragmentación a la que nos condena el sistema capitalista. Un día para decir que no somos reducibles a la homogeneidad del capital, pero que nuestra multiplicidad no será renuncia y dispersión, sino hormigueo de resistencias: nuestro destino pasa por nuestra capacidad de caminar junt@s, de trenzar manos y mentes hacia la superación de unas condiciones de vida asfixiantes y en declive, y de un sistema injusto e insostenible, que cambia los beneficios de cada vez menos por el sufrimiento, la explotación y la violencia de cada vez más.

La esperanza no está en otro lugar que en nosotr@s, no está en instancias superiores o exteriores, ni en fuerzas que recuperar, sino en la posibilidad de poner a trabajar nuestras capacidades creativas por encima y contra un poder capitalista crecientemente terrorista por saberse inestable, parasitario, cada vez más innecesario.

La esperanza ya se anuncia en cada lucha y se llama insubordinación, solidaridad y conciencia colectiva.

El 1º de Mayo tiene que volver a ser nuestro: anticapitalista, desobediente, antipatriarcal, construido en la calle y desde los movimientos, rebelde y solidario. A medida de lo que somos hoy y del mañana que ya portamos.

http://maydaymadrid.org/

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