Francia: Aprovecharse del éxito de la campaña para construir a largo plazo

Martes 8 de mayo de 2007

Armelle PERTUS (miembro de la dirección nacional de la LCR)

Gaël QUIRANTE (militante de la LCR)

Después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, se trata ahora de hacer un principio de balance y de intentar trazar perspectivas para los militantes revolucionarios que somos. Será necesario más tarde afinar en el análisis.

I) NI REÍR, NI LLORAR: COMPRENDER

Con el fin de evitar el impresionismo, hagamos un comparativo entre los resultados electorales del 2002 y del 2007:

Derecha y extrema derecha: (UMP, CPNT, Lepage, Madelin, FN, MNR, MPF): 49,1% en 2002 y 45% en 2007.

UDF : 6,84% en 2002 y 18,57% en 2007.

PS : 23,83% en 2002 y 25,87% en 2007

Reformistas sin el PS : 8,62% en 2002 y 4,87% en 2007

Revolucionarios : 10,44% en 2002 y 5,75% en 2007.

Los resultados del 22 de abril son al igual que la situación política y social: contradictorios. Hay dos escollos que son necesarios evitar si queremos comprender la situación que estamos atravesando así como las potencialidades que ésta abre. El primer escollo consistiría en caer en una admiración boquiabierta reduciendo estas elecciones a nuestro resultado histórico. El segundo sería pensar que la derecha es mayoritaria en el país o entonar la endecha de un resultado históricamente débil de la izquierda “antiliberal” desde hace un decenio.

Hay un deslizamiento de la clase política hacia la derecha. Una mutación se está operando con una izquierda social liberal que gira hacia el centro derecha. El modelo italiano y alemán imponiéndose como referencia. Sin embargo deslizamiento de la clase política no significa modificación fundamental de la relación de fuerzas entre las clases. Cuidado con los atajos, en 2002 el hecho que le Pen y Chirac estuviesen en la segunda vuelta no ha significado que el movimiento obrero estuviese deshecho. Las diferentes movilizaciones de los trabajadores y de la juventud entre 2002 y 2007 lo han demostrado.

El periodo sigue siendo contradictorio: por un lado una burguesía que lleva una política de combate y por otro, resistencias como respuestas. Sea cual sea el resultado la noche de la segunda vuelta, el ciclo de movilizaciones abierto desde 1995 no se cerrará el 7 de mayo por la mañana. Y sea cual sea el resultado, la noche de la segunda vuelta, los revolucionarios deberemos organizar esas resistencias.

A) Las elecciones: un marco que nos ha permitido hacer política

Hemos tenido a veces una concepción poco entusiasta de los periodos electorales prefiriendo y es normal, las movilizaciones sociales. Esta campaña electoral nos ha demostrado que se trata de un momento de politización. La fuerte participación, más del 84%, refleja en parte ese fenómeno. Las elecciones han sido un momento que permite ser escuchado por millones de trabajadores y de jóvenes.

En una palabra era más fácil hablar y hacer política en nuestros diferentes lugares de intervención ya que la disponibilidad era mayor.

Otro hecho importante, mientras que en 2002 el debate político estaba dominado por las cuestiones llamadas abusivamente de seguridad, esta vez las cuestiones sociales lograron con creces invitarse en la campaña: salarios, despidos, vivienda, discriminaciones. Lo cual es aún más interesante ya que las revueltas en las “banlieues” de octubre y noviembre habrían podido poner el acento sobre toda una serie de medidas reaccionarias.

¿Qué ha cambiado entre 2002 y 2007? ¿Qué ha hecho que las cuestiones sociales estén en el corazón de la campaña? Esto nada tiene que ver con el cambio climático pero sí con las modificaciones del clima social. Es la combinación de una deterioración aguda de las condiciones de vida con una acentuación de la combatividad de los trabajadores y de los jóvenes. Entre 2002 y 2007 hemos tenido la lucha por las jubilaciones, las movilizaciones antiguerra, las luchas por la defensa de la seguridad social y de EDF, pero también contra la ley Fillon en los institutos, las revueltas en los barrios populares hasta la victoria contra el CPE.

Todas esas movilizaciones sociales han de hecho permitido asegurar la victoria electoral y por lo tanto política del No al tratado Constitucional Europeo, victoria ampliamente dominada por las preocupaciones sociales.

Esto demuestra también que aún cuando las movilizaciones no son victoriosas, como en 2003 o con las de la seguridad social, el movimiento obrero no se ve obligatoriamente deshecho y que sobretodo éste acumula poco a poco experiencias.

Esa acumulación es aún más significativa en la juventud, en esa nueva generación ya sea ésta escolarizada o trabajadora.

B) Sarkozy en posición de ganar… ¿De quién la culpa?

En efecto, ¿cómo es posible que la derecha esté a punto de ganar estas elecciones? La victoria parecía sin embargo prometida al PS. Bajo la derecha son: 5 años de luchas parciales. Victorias electorales durante las elecciones regionales y las europeas para el partido de Segolène. La victoria contra el CPE. Escándalos de Estado con el caso Clearstream, se hablaba incluso de crisis del régimen a finales de junio del 2006. Difícil de soñar con un balance más desastroso para un gobierno de derecha cuando uno se encuentra en una oposición de izquierda.

Puede que la pregunta esté ahí: ¿se ve el PS como una oposición y aún más como de izquierdas?

Si Sarkozy está a punto de ganar: es sin duda la culpa de aquellos que son incapaces de contestar a la injusticia social que sufren las clases populares. Para la dirección del PS, no se trata de una incapacidad sino de una falta de voluntad política.

La naturaleza de clase del PS es ella también contradictoria, con una integración cada vez más profunda en el aparato del Estado Burgués. La dirección del PS defiende cada vez más claramente los intereses de las clases dominantes. Para él, ya no es ni necesario crear ilusiones con propuestas con un mínimo de componente social (como Zapatero en el Estado Español con la retirada de las tropas de Irak). ¿Cómo comprender de otro modo este terrible desprecio de cara a los trabajadores y a la juventud cuando el PS propone, después de la lucha contra el CPE, el Contrato Primera Oportunidad (CPC)[1]?.

El conjunto del campo político está arrastrado hacia la derecha. Sarkozy hace de Le Pen, Segolène hace de centro derecha. Es por ello que más que nunca es necesario una organización independiente del PS que defienda los intereses del mundo del trabajo y de la juventud. Una organización capaz de ser una herramienta para la reconstrucción de una conciencia de clase.

C) Los reformistas sin contar el PS

Es precisamente lo que no han comprendido la dicha « izquierda del PS », que se trate del PCF, de los Verdes o del los Bovetistas. Esas tres corrientes han aguantado menos la presión del voto útil porque no han logrado aparecer con suficiente independencia al PS. Los electores lo vieron claro: toda esa gente acabaría por apoyar al PS en el gobierno, en el parlamento o en las municipalidades. La política odia el vacío, pero prefiere también y siempre el original a la copia.

Sería atrevido hablar de muerte del PCF y eso más aún cuando se la llevamos anunciando desde hace al menos 10 años. Pero parece claro que el “partido” va a vivir una crisis sin precedentes. Debemos por consiguiente llevar una política ofensiva hacia éste tanto a nivel político como en las luchas. Sin olvidar que es nuestro resultado electoral del 2002 y el de hoy el que nos permite pesar con fuerza a cerca de sus militantes. En definitiva es la demostración que se puede llevar una política anticapitalista que logre recibir un eco de masas y todo esto siendo independiente del PS lo que hace dudar a los militantes comunistas. Esto parece evidente hoy, es por ello que es fundamental romper definitivamente con esa vieja política de interpelación fundada en base a sabios cálculos sobre hipotéticas recomposiciones con no menos hipotéticos interlocutores de sectores disidentes.

Para los Verdes su débil implantación social ha aún más subrayado su dependencia de cara al PS.

Bové ha sufrido a causa de la misma falta de claridad de cara al PS. Pero sobretodo no ha conseguido aparecer sobre las preocupaciones de las clases populares. Su campaña no ha abierto el camino de ninguna dinámica y ahí está el resultado para demostrarlo. Esta candidatura solo habrá permitido finalmente debilitar el campo de los revolucionarios sin construir por ello una alternativa. Si algo de positivo tiene como expresión en las elecciones es que nos ha permitido medir la eficacia de la llamada « nueva política » y de las reagrupaciones movimentistas e incluso antipartido.

D) « LO » y el « PT[2] »

En primer lugar, subrayar que Francia es el único país donde los revolucionarios tienen una realidad tan importante, y eso tanto a nivel electoral como a nivel de militantes. Esto conlleva para nosotros una responsabilidades particulares e incluso al otro lado de nuestras fronteras.

El PT se ha encerrado en una campaña centrada en la denuncia de la Europa de Bruselas desde el referéndum de Maastricht en 1992, en defensa de las 36 000 comunas y de la “República una e indivisible”. Su campaña podía en ciertos aspectos hacer eco con las sirenas nacionalistas entonadas por Royal y Sarkozy.

En cuanto a LO, su resultado conoce una disminución importante. Esto se explica por la combinación de varios factores: su consigna de voto a favor de la abstención en el 2002, su apreciación pesimista de la situación que no les permite ver las mutaciones en curso en la clase obrera: (desarrollo de la precaridad, altermundialización…)

Sin embargo, el resultado de LO no es para nada el reflejo de su influencia, sobretodo en las empresas. La campaña de LO era la más cercana a la nuestra en términos de reivindicaciones y de puntos de acción. No debemos pues perder de vista que se trata de un interlocutor privilegiado. La peor cosa que nos podría pasar sería hacer como si esos militantes ya no existiesen. Más aún, cuando nuestras consignas de voto no parecen ya ser un obstáculo.

Tenemos, LO y nosotros, realidades en parte complementarias. La importancia del eco que ha tomado en la campaña la lucha en PSA Aulnay muestra lo que podemos llegar a hacer cuando nuestras dos corrientes avanzan juntas.

 

II) UNA CAMPAÑA BAJO EL SIGNO DEL ANTICAPITALISMO, DE LA INDEPENDENCIA DE CLASE Y DEL CAMBIO DE SOCIEDAD

A) El éxito de la campaña de la LCR

Nuestra organización política ha tenido durante mucho tiempo dificultades para hacerse ver en las elecciones bajo sus propios colores. Es por cierto, una de las cosas que nos ha enseñado LO. Muchos años de debates para saber si tal o cual alianza con tal o cual corriente o si tal o cual nombre podría mejor permitirnos de ser oídos y comprendidos por los jóvenes y por los trabajadores. Primera constatación que parece hoy dejar claro viejos fantasmas: podemos llevar una campaña de masas e incluso hacer un resultado que se contabiliza en millones de votos con un candidato perteneciente a una organización cuyas iniciales son Liga, Comunista, Revolucionaria.

Por supuesto que todos los que han votado por nosotros están lejos de ser ni comunistas, ni revolucionarios, pero esto no es un obstáculo para llegar a ellos.

Y es que lo que ha hecho el éxito de la campaña es nuestro programa: la capacidad de contestar a la urgencia social en base a medidas concretas adelantando como cuestión central la repartición de las riquezas y su control, hacer creíble nuestra independencia de cara al PS y de querer por lo tanto cambiar el mundo. Siendo llevados la combinación de esos tres factores de la mejor de las maneras posibles por nuestro cartero.

Hay y eso es innegable, una parte de personalismo en la campaña. Pero lo que es nuevo en comparación con 2002 es que el grado de simpatía ha sobrepasado el marco de Olivier Besancenot para llegar a hacer visible la organización a la que él pertenece: La LCR. El éxito de nuestro resultado electoral modifica por otro lado en parte la relación de fuerzas en el seno de las organizaciones tradicionales del movimiento obrero y en particular con el PCF.

B) Nuestro posicionamiento en relación al PS y la consigna de voto.

Es cierto que la cuestión del voto es una cuestión táctica. Cuestión táctica pero no menos crucial ya que ésta ilustra nuestro análisis sobre la naturaleza del PS así como nuestra apreciación de la relación de fuerzas entre las clases. Hemos, a lo largo de la campaña, tenido un posicionamiento en dirección del PS que hacía la diferencia entre la izquierda y la derecha pero que mostraba con claridad nuestra independencia de cara a una izquierda que retrocede. La resumíamos por formulas como: « Votad como lucháis » o « contra la arrogancia de la derecha, de cara a una izquierda que acepta el liberalismo » o incluso comparando las profesiones de fe del PS y del UMP en los mítines.

Sin embargo la consigna de voto dada la noche de la primera vuelta no sigue esa lógica, ya que llama a derrotar a la derecha en la calle y en las urnas y por lo tanto a votar a Royal. Es la primera vez que empleábamos esos términos en la campaña: “derrotar a la derecha”, “derrotar a Sarkozy” y es normal ya que eso habría sido interpretado como un apoyo al voto útil.

Es cierto que nuestra consigna de voto ha aparecido claramente como un voto contra Sarkozy sin dar un cheque en blanco al PS. En eso nos diferenciamos, y afortunadamente, de la del PCF, de los Verdes, de Bové pero sobretodo de LO que ha dado un giro de 180º. Una vez dicho esto, otras formulaciones podrían haber sido utilizadas sin que esto nos hubiese cortado de nuestros simpatizantes que votarán por Royal. En efecto, era posible permanecer en la lógica de la campaña de Olivier, el cual dijo varias cosas: “es a Segolène de ir a buscar sus votos”, “no haremos la política de lo peor”, “hacemos la diferencia entre la derecha y la izquierda”.

C) Una formulación que no diera una consigna de voto...sin que esto nos desvinculase de nuestros votantes

¿En que se basa la presión del voto Royal?

Esencialmente en el miedo. Intentan hacernos miedo con la ecuación Le Pen es Hitler y como Sarkozy es como Le Pen, Sarkozy es como Hitler. Esto sirve para orientar la segunda vuelta bajo el ángulo de un referéndum contra Sarkozy y por lo tanto de no debatir sobre las reivindicaciones sociales y de cómo las imponemos.

El otro aspecto que es complementario con el primero: Royal es menos malo que Sarkozy.

Pero ¿para quién?

Y es que, fundamentalmente, la dirección del PS y del UMP, tienen el mismo objetivo: golpear a la clase obrera y a la juventud. Sí, fundamentalmente la dirección del PS y el UMP han llevado, cuando gobernaban, la misma política.

Una política imperialista en África, privatizaciones, pérdida de poder adquisitivo o expulsiones de sin papeles de Francia. Por lo tanto la opción parece ser elegir luchar por defender el derecho de huelga contra Sarkozy u oponerse al Contrato Primera Oportunidad de Royal. Si una cosa es segura hoy y después del 7 de mayo es que sólo podremos contar sobre nuestras propias fuerzas. Es de eso que tenemos que convencer a nuestros compañeros de trabajo, de estudios o a nuestros vecinos. Ya que sino irán de desilusión en desilusión. 

El objetivo de una cuestión táctica es de saber si ésta ayuda a hacer avanzar la reconstrucción de una conciencia de clase, en el caso que estamos hablando el llamar a votar Royal nos aleja de esa perspectiva. Pero sobretodo desarma a los trabajadores para las futuras luchas que deberán de librar contra uno o contra otro: participando en propagar la idea que el PS puede ser su aliado ya que es “menos peor” que el UMP.

La consigna de voto que a continuación aparece habría tenido varias ventajas:

"Es porque hacemos la diferencia entre la derecha y la izquierda, aunque sea social liberal, que no haremos la “política de lo peor”. En efecto, no nos opondremos a la victoria electoral de Royal. Sin embargo si la izquierda quiere hoy ganar contra una derecha de combate y ultra reaccionaria, deberá de ir a buscar sus votos a cerca de los que supuestamente debe representar: es decir los trabajadores y la juventud, o sea la mayoría de la población. Para ello Royal debe revisar su programa social liberal y demostrar que no defiende al fin y al cabo los mismos objetivos que el UMP: es decir los intereses de las clases dominantes. La mejor manera es de responder a la urgencia social con medidas como el SMIC a 1500 euros netos de seguida o instaurando contratos indefinidos para todos…” 

Esta formulación habría podido jugar un papel de interpelación de cara la PS para que éste se pronunciase sobre medidas de urgencia social y hacer, del mismo modo, militar nuestro entorno en esa misma dirección. A lo mejor esto habría permitido evitar un cara a cara entre el UDF y el PS entre las dos vueltas. Al mismo tiempo que permitiría no cortarse de nuestra gente sin dar sin embargo ilusiones sobre el PS o sobre las elecciones como si éstas pudiesen servir de barrera a las políticas antisociales llevadas a cabo desde hace 30 años por la izquierda o por la derecha.

¿Por qué preguntarán algunos camaradas? Porque el PS no habría accedido jamás al más mínimo compromiso sobre esas medidas… y esto era demostrable en dos semanas.

El simple hecho de desarrollar esa política de interpelación ofensiva es ya una demostración que hacemos una diferencia entre el PS y el UMP y por lo tanto entre la izquierda y la derecha. Ya que no llevamos ese tipo de política en dirección de las organizaciones que defienden y estructuran a los intereses de la burguesía, simplemente porque esto no tiene ninguna utilidad de cara a las clases populares. En efecto, es inútil poner en contradicción la dirección de la burguesía de cara a un burgués, sin embargo es diferente en lo que se refiere a las direcciones reformistas de cara a los trabajadores.

 

III) CONSTRUIR A LARGO PLAZO

A) Construir la LCR

Este texto empezaba con esas palabras: ni reír, ni llorar: comprender. Pero precisamente si no queremos pasar de la risa (presidenciales) a las lagrimas (legislativas) es necesario comprender que en esa situación contradictoria es importante aprovechar las ocasiones para construir a largo plazo. Ya que la tarea central de los revolucionarios sigue siendo la reconstrucción de una conciencia de clase así como de participar en la emergencia de herramientas capaces de contribuir a ello.

Y no hay herramientas capaces de contribuir a ello, sin revolucionarios capaces de animarlas. La primera de las tareas es pues de recibir y de formar toda esta oleada de nuevos allegados. Por ello, hay que organizar reuniones locales de balance de las elecciones así como de presentación de nuestra corriente política. Por otro lado, hay que animar a que militen, entre las dos vueltas, el máximo de nuevos camaradas y simpatizantes.

Además de eso, debemos revitalizar las instancias de base que son las células. Es por supuesto un reto democrático ya que es necesario hacer posible que la organización esté controlada por aquellos que militan en su seno. Pero es sobretodo la mejor garantía de formar y de hacer intervenir a diario los camaradas.

Teniendo en cuenta la juventud de los que se acercan pero sobretodo el papel desempeñado por las JCR en esta campaña, confirmando de ese modo su intervencion en el movimiento contre el CPE, debemos lo más rápidamente posible (en coordinación con la dirección de las JCR, la comisión nacional joven de la DN) organizar reuniones específicas de jóvenes y formalizar, allí donde no plantee ningún problema, una intervención autónoma en el marco de las JCR.

En ese contexto los campamentos de la IV internacional, que se desarrollarán este año en Francia pueden ser un enorme éxito. El objetivo que es además realista debe ser de 250 jóvenes para la delegación francesa. Si queremos que este campamento sea un éxito, es necesario que el conjunto de las ciudades de la LCR milite para ello y eso tanto a nivel político como financiero. Un punto que debería de ser tratado en la DN de los días 12 y 13.

Siempre manteniendo el mismo espíritu, la formación de los nuevos compañeros debe ser una prioridad. De nuevo ahí la universidad de verano es una ocasión que no debemos desaprovechar. Pero esto no debe impedir poner en marcha lo más rápidamente posible escuelas de formación de base. Incitar el gusto a la lectura a través de textos fundamentales (manifiesto, programa de Transición, introducción al Marxismo, El Estado y la Revolución…) es una tarea central.

 

B) Nuevas responsabilidades

A la vista de los resultados electorales, somos la secunda fuerza electoral a la izquierda. Las cosas son evidentemente un poco más complejas. Sin embargo esas elecciones modificarán de manera duradera nuestra influencia acerca de los trabajadores y de la juventud. Nuevo resultado, nueva influencia y por lo tanto nuevas responsabilidades. Esas nuevas responsabilidades no pueden limitarse a las instituciones, es decir a las elecciones, sino que deben repercutir en el terreno de la lucha de clases, es decir en la movilizaciones.

Por ello, nuestra organización debe estar capacitada para impulsar como organización política una serie de respuestas sociales haciendo suya reivindicaciones del programa de urgencia. En ese sentido nuestros contactos con las demás fuerzas a la izquierda del PS no pueden limitarse a una discusión sobre las elecciones sino que éstas deben también abordar la cuestión de la prohibición de los despidos, de los 1500 euros netos y de la necesaria respuesta para poder imponerlas.

Debemos proponer al conjunto de las corrientes políticas y sindicales, por ejemplo, una fecha de manifestación nacional, a la vuelta del curso 2007, sobre la cuestión de los salarios y del empleo.

En esas condiciones cuando LO nos dice que se presentará sola a las próximas elecciones legislativas debemos contestarle inmediatamente en el campo de la contra ofensiva social y del necesario trabajo en común.

C) Una nueva fuerza para la revolución: ¿qué actualidad?

El resultado de la campaña, nuestro nuevo lugar en la vida política a la izquierda del PS, nos hace creer que la situación en Francia sigue siendo particular para los revolucionarios en general y para la LCR en particular. En ese contexto, decimos a menudo que no podemos ser un antiliberal consecuente sin ser anticapitalista, y por otro lado que es difícil ser un anticapitalista consecuente sin ser revolucionario. Sin embargo: ¿existen en Francia otras corrientes constituidas que sean anticapitalistas sin ser revolucionarias? No existen realmente, hoy en día, interlocutores potenciales o disponibles para la construcción de esa nueva fuerza. Por lo tanto, ¿por qué reducir los contornos de esta nueva fuerza al anticapitalismo? Cuando tenemos el debate sobre esos contornos, hay que hacerlo a la luz de la relación de fuerzas entre la izquierda revolucionaria y los reformistas fuera del PS. Podemos y debemos estar a la ofensiva y plantear la necesidad de una nueva fuerza capaz de ser tan fiel a los intereses de los trabajadores como el Medef lo es con la patronal, una nueva fuerza en ruptura con el orden existente, que sabe que mundo no desea. En definitiva, un partido anticapitalista y revolucionario: una nueva fuerza para hacer la revolución.

París 01/05/07

 Notas

[1] El CPC no es otra cosa que un CPE de “Izquierda”, ya que en vez de proponer una periodo de prueba de 2 años propone un periodo de prueba de 1 año. Además durante ese año la empresa no paga ni un euro, puesto que el Estado es el que paga el salario al 100%

[2] Lucha obrera y el Partido de los Trabajadores : dos organizaciones Trotskistas francesas.

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