En el
ayuntamiento de Albalat dels Tarongers de Valencia se aprobó
en noviembre del 2006 un Proyecto de Actuación Integrada
(PAI), que ya venía gestándose con anterioridad y que
suponía la apropiación de 2.700.000 m2, la construcción
de 4300 viviendas y la utilización de recursos hídricos
para éstas y para una extensa zona dedicada a campo de golf.
Como suele ser práctica habitual al hacerse uso de este
instrumento de planeamiento existente en el País Valencià,
la aprobación del PAI se hizo sin contar para nada con la
voluntad de la mayoría de los propietarios afectados. Se
produjo una situación dual en la que una parte de la propiedad
(propiedad de terrenos rústicos) parecía salir
beneficiada desde el punto de vista crematístico y otra
(propietarios de casas) salía ampliamente perjudicada. Todo
ello, evidentemente, dejando de lado los aspectos antiecológicos
del diseño del PAI.
Los
propietarios se organizaron constituyendo una Asociación de
Afectados y han mantenido una actitud de resistencia durante dos años
a los proyectos del ayuntamiento y de la empresa promotora del PAI.
Durante la resistencia se han venido realizando de manera sistemática
asambleas, concentraciones e incluso manifestaciones en protesta
contra el PAI. La actitud de la alcaldía durante todo este
tiempo ha sido muy cerrada a cualquier posible diálogo. El
caso llegó a plantear un problema político a la
coalición “Compromís pel País Valencia” ya
que el alcalde, Filiberto Prats, pertenece al Bloc Nacionalista
Valencià, uno de los componentes de la alianza impulsada por
EUPV en las últimas elecciones autonómicas.
Ante
la celebración de elecciones la Asamblea de Afectados decidió
impulsar una candidatura independiente - Albalat pel Territori
centrada en la exigencia de derogación del actual PAI y
buscando negociar una alternativa no expoliadora de la pequeña
propiedad y respetuosa con el medio ambiente. La presentación
de la candidatura dio lugar a la utilización de todo tipo de
malas artes desde la alcaldía encaminadas a impedir el derecho
de voto a una serie de personas que previsiblemente iban a votar a
APT. Sorteando muchas de dificultades la candidatura de APT logró
finalmente el 27-M convertirse en la segunda fuerza más votada
del ayuntamiento de Albalat dels Tarongers con 2 concejales, por 3 el
Bloc Nacionalista, 1 el PSOE y 1 el PP.
Sin
embargo la amplia victoria del PP en el ámbito autonómico
en el País Valencià y las dificultades para poder
conseguir acuerdos que puedan llevar a la paralización del PAI
sitúa a la Asamblea de Afectados y a los dos concejales de la
APT ante nuevos retos.
Hay que significar que esta experiencia, a pesar de desarrollarse en un pequeño municipio, ha sido ejemplar en el País Valencià por cantidad de gente organizada, la duración de la movilización y la capacidad para hacer frente a un PAI que, de ordinario suele pasar como un rodillo sobre la gente afectada.