Gracias, Majestad

Viernes 27 de julio de 2007

Pepe Gutiérrez-Álvarez / Kaos en la Red

Por lo visto tenemos un rey que no lo merecemos. Nunca ha descansado en sus esfuerzos por ampliar las libertades, y por el bien común, por lo cual nada más natural que los medias se arrodillen a su paso, y que el pueblo llano se aglomere para besar su mano.

Observando con atención como los medias tratan a los cada vez más numerosos componentes de la monarquía española, parece como si no pudieran ser citados sin emitir alguna forma de realce y elogio. El pueblo que aparece normalmente tras unas vallas protectores, son la imagen misma de la gente agradecida. Hay un tono de superioridad, una necesidad de marcar la diferencia -ellos, nosotros-, que me recuerda una escena cinematográfica de apología monárquica situada en uno de los momentos álgidos de aquella “grandiosa” película llamada Locura de amor, cumbre del llamado cine histórico de Cifesa. El escenario es una catedral o un descomunal palacio de manera que el chambelán se sitúa con sus oropeles como alguien que tiene que estar a la altura de la ocasión cuando bajo los sones de una música exaltada, el veterano actor Juan Espantaleón, de voz clara y contundente, comienza a dar cuenta de todos los títulos que esmaltaban la infeliz señora: reina de las Indias, reina de España, princesa de allá, condesa de acá, mandamás en los Países Bajos, en Portugal, etcétera, etcétera, así hasta el agobio. Cuando acaba, ya no hay duda, la Reina es todo. Y nosotros, los plebeyos, los súbditos ni siquiera salimos en la película, a no ser para agradecer a la Reina sus favores, victoreando con guirnaldas en las calles.

Quizás este chambelán quede hoy un tanto desenfocado, ahora se hace de otra manera más sutil, por ejemplo utilizando un tono a lo David Hamilton en un lejano programa televisivo sobre las monarquías europeas, una historia de bodas deslumbrantes y de reyes dignos, sin manchas dignas de mención, no se dice que muchos tuvieron sus más y sus menos con las dictaduras (ni media palabra sobre Constantino y el golpe de los coroneles en Grecia, tan importante para situarnos ante nuestra propia historia, ni la menor indicación sobre la actuación de su mamá durante la ocupación nazi), pero si se cuenta que los daneses dijeron que si los judíos llevaban la estrella de David, ellos también, una leyenda que no parece cierta, pero que queda bien. No esperen que cuenten las otras partes, las de las connivencias.

Aquí nos hemos modernizado mucho, tanto es así que hasta vamos más allá de la modernidad para llegar cuando han acabado los postres. Pero parece que ni la modernidad ni las post desplazan los viejos fastos, aunque ahora se les suele añadir unas notas de vidas alegres, propia de los protagonistas de la prensa llamada del corazón que consuela a tantas vidas vacías. Ahora una enumeración de títulos como la de la película de Cifesa resultaría un tanto grotesco, pero eso no significa que no haya que rendir pleitesía, que agradecer los talantes y los gestos.

Ya no son pues chambelanes, no hay tanto protocolo, todo es más burgués y los cortesanos son gente de fraseología “liberal”, por más fueran los franquistas de ayer, (una reconversión que el neoliberalismo ha hecho de maravilla), más antiguos "liberales reprimidos" que medraron bajo la dictadura y que, como no, siguen en los pasillos del poder y viejos republicanos a los cuales ha beneficiado la apertura y reedistribución de poderes políticos y administrativos que ha conllevado la democracia, esta democracia, la mejor porque es la única posible porque limita en los cuatro puntos cardinales con los permite la derecha, la derecha real. En realidad, estos son mucho menos sinceros que en los tiempos de Juana la Loca, pero también más inteligentes. De ahí que ofrezcan sus genuflexiones con un lenguaje mucho más al día.

En una de aquellas ocasiones en las que, con pretexto de tal o cual aniversario del año catapún, se le rindió homenaje, El Periódico de Cataluña, de afinidades “socialistas” o sea más o menos de acuerdo con lo que hacen los “socialistas” que no llegan ni a republicanos, preguntó a diversas personalidades de la vida pública, y se estableció una dura competencia sobre quien la decía más gruesa y mejor dicha, nos obsequiaron con perlas majoricas como las que siguen: “El Rey reúne todas las virtudes de la raza y de esta democracia; Tiene una gran "capacidad" para llegar al pueblo (Manuel Chávez, socialista); "es consciente de su papel de equilibrio" (Jordi Solé Tura, excomunista, exmaoísta); “representa la esperanza de una nueva etapa para España" (Gutiérrez Mellado, a sus órdenes); "es un espíritu integrador para todos los españoles" (Abel Matutes, media Mallorca es suya); "posee un gran conocimiento de Euzkadi” (José Mª Bandrés, excomunista); "es la principal garantía para las libertades" (Pujol, Banca banca); "fue el ’impulso’ del cambio" (Calvo Sotelo, ya estaba allí con Franco); "representa el Estado más moderno y perfeccionado de las monarquías parlamentarías" (Peces Barba, socialista humanista); “es natural y sencillo" (Gerardo Iglesias, comunista); "posee un gran olfato político. para abrir paso a los cambios’" (Santiago Carrillo, pues eso); "tiene un amplio sentido de lo popular" (Oscar Alzaga, popular); "es prudente y es un hombre total, mente entregado a la tarea patria" (Fernando Morán, exmarxista); "sencillo y simpático" (José Prat, republicano arrepentido); “su tenacidad le llevó a no cejar hasta convertirse en el Rey de todos los españoles” (José Mª Calviño, teleevidente); su conducta ejemplar "ha hecho que la vinculación efectiva de los intelectuales españoles a la nueva monarquía no tenga par desde los años de Carlos III" (Pedro Laín Entralgo, exfalangista, socialista, humanista)...

Estas loanzas estaban tan consagradas, que un día que Julio Anguita dijo algo distinto, lo llamaron nada menos que desde la Casa Real para recordarle lo que Carrillo había firmado y besado en la Transición. Con Llamazares seguro que la Casa Real no tendrá que intervenir, y ahorrar de esta manera de sus apretados presupuestos, fruto como todo el mundo sabe de las cotizaciones de los monárquicos de a pie, gente que lo da todo por nada.

La lista de cualidades no acaban aquí, así por ejemplo, Juan Antonio Vallejo-Nájera (de estirpe psiquiátrica), famoso autor ganador de un olvidado pero flamante Premio Planeta con un título megalómano, Yo, el rey, fue antes que eso el célebre galeno que investigó muy seriamente en la inmediata postguerra una terrible enfermedad llamada “virus subversivo”, sentencia con autoridad que reinar es una misión señalada por el destino que ha de cumplirse con vocación, arte y oficio...Se trata de un oficio muy difícil, llene de "renuncias" y que exige grandes cualidades como la memoria para no olvidarse de tanta gente como la que ha de tratar. Está claro que sería una tragedia que un día su Majestad no recordara a Carrillo, Felipe González o algún otro señor de estos de los que van a rendir sus servicios a una Corona que sólo ha de responder ante Dios y la Historia pero no al pueblo ni a ninguna Constitución.

Evidentemente, solo gente muy mal pensada puede creer que Juan Carlos l° es una “circunstancia impuesta por la “imposibilidad” de la ruptura. Nada de eso. Todo el arco constitucional lo acepta como una persona providencial, por encima de cualquier consideración crítica Ni tan siquiera nuestros intelectuales más presuntamente “enragés" se han atrevido a decir lo contrario, así pro ejemplo el soberbio Fernando Savater se atrevía a jugar a lo churchill, poniendo peros a la corona pero escupiendo sobre las posibles alternativas. Este consenso monárquico se fundamenta en una hermoso leyenda que es conocida por todos. El rey estuvo prácticamente secuestrado por Franco, bajo cuyos dominios fue también -faltaba más- un “liberal reprimido", hasta circula aquellas Crónicas de la Transición, una inolvidable serie televisiva dirigida por la insigne Victoria Prego en la que se demuestra como su majestad nos trajo la democracia. Cuando accedió al trono se convirtió en "el motor del cambio", "desmanteló" el aparato político franquista, neutralizó a los "poderes fácticos" y estableció las bases de la monarquía parlamentaria. Evitó la posibilidad de una nueva guerra civil, se enfrentó a pecho descubierto con los golpistas del 23-F y ha seguido mostrando una actuación democrática intachachableblebleble.

La señora Prego nunca dirá que -entre otras cosas-, su majestad sabía que siguiendo el camino de su cuñado Constantino que apoyó el golpe de los coroneles en Grecia, el porvenir de los Borbones podría ser el del exilio.

Por lo demás -nos dicen-, se trata de un monarca más barato que el Presidente de una República (ya me dirán como hacen las cuentas), y Zapatero y Maragall tienen una canción favorita que se llama “El rey es el primer republicano”, que además es un hombre risueño; sencillo, culto, chistoso, guapo, valiente, etc. Claro es que siempre quedan los resentidos de siempre. Hay gente que deforma la historia y nos recuerda lo que fueron los Borbones, que hasta escriben que el abuelo amamantó el glorioso ejército que después de ocupar Marruecos ocupó su propio país, e incluso existen desleales que quieren fiscalizar sus cuentas, y para colmo estuvieron los que se hicieron preguntas sobre aquel flamante yate ganado con el sudor de su frente...Para confirmarlo tenemos una bonita historia oficial sin preguntas capciosas, que realzan la resistencia de Juan Carlos I° bajo el franquismo, y su luchas contra las actitudes del gobierno Arias, su jugada con Suárez, y su magníficas relaciones con los Estados Unidos, esa gran potencia amiga que se mantuvo al margen el 23-F, porque como todo el mundo sabe, jamás se entrometen en los asuntos de otros países. Jamás.

En esta historia sagrada que es la que enseña en las escuelas (no esperaran que se hable de la República, no hay margen para las otras voces que puedan hacernos creer que las conquistas democráticas fueron fruto de una larga y terrible lucha de muchos y muchas, de grandes movilizaciones sociales, amén de situaciones próximas como la abierta en Portugal... Y desde los medias se suele afirmar que tales opiniones son maniobras demagógicas que ocultan la verdad (oficial) de los hechos. También se nos dice que Juan Carlos la estuvo ya en estrecha relación con muchos demócratas de pura cepa bajo Franco. Y se podría citar el trilateroso Nelson Rockefeller (tutor de la Trilateral que tanto ha contribuido a la consolidación de la democracia en América Latina y en el mundo, y a la que, al parecer también pertenecen actualmente Felipe González y Trinidad Jiménez), o el mismísimo Giscard d’Estaing, cuyos a servicios al gran dinero
- sobre todo en África- no pueden ser discutidos.

Los tiempos han demostrado que con la Monarquía se ha establecido la modernidad como en Europa. EI propio Rey explicó que "la nueva burguesía es un factor de estabilidad esencial y seguridad para la monarquía" aunque sin la contribución de los líderes de las dos principales corrientes del movimiento obrero dicha estabilidad no hubiera sido igual. Pero el Rey está “por encima de las clases" es "un árbitro”, un “moderador", fuera de los conflictos sociales. Como; él mismo ha dicho: "Quiero ser un paraguas para todos”, lo que no ha impedido que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, por otro lado, el paraguas no llegaba hasta los sin papeles que se puede traducir por extranjeros sin dinero. También en el ámbito de la política internacional nuestro Monarca. ha sabido dar sus lecciones de libre empresa, de compañero de viaje de las multinacionales mientras que su señora lo era de las obras caritativas, siguiendo una división del trabajo elemental. No, ha tenido ningún inconveniente en rendir sus honores a presidentes de Repúblicas como la norteamericana. Entre sus audiencias más emocionantes se encuentra la que concedió al general Suharto que supo solventar, el problema del ’totalitarismo comunista” en unos días allá por 1965 También resultó muy emocionante su viaje a la Argentina de Videla cuando nuestra prensa "comprendía" muy bien las exigencias de la “guerra antisubversiva".

Pero seguramente, su misión real más prolongada ha pasado por garantizar a su amigo el rey de Marruecos el apoyo más o menos encubierto de España a sus planes sobre el POLISARIO. Ya antes de morir, su padre efectuó unas importantes gestiones para que el PSOE cambiara de posición al respecto, y claro está, el PSOE no iba a desatender una petición así por una gente que no tiene más que dignidad.

Nos aseguran todos los días que e monarca siempre defendió los derechos humanos, y si, pro citar un ejemplo, no concedió audiencia a las "Madres de Mayo", debe ser porque no la pidieron, tampoco se las concedió Wotyla que nada dejar este mundo subió al cielo según nos contaron en directo desde TVE. Entre mis buenos recuerdos registro un elogioso recibimiento; a Napoleón Duarte, un hombre de Washington durante la crisis social de EI Salvador, y en la que el ejército mataba todo los días “terroristas”, o sea gente que pasaba a ser tal desde el momento en que los mataba el ejército. Actitudes como éstas son las que le Ilevarían a conseguir diversos "honoris causa’" de muchas universidades, y le convirtieron de un ser serio aspirante al Nobel de la paz, aunque igual le conceden el Príncipe de Asturias por tener muchos nietos.

Aunque Oscar Wilde nos decía en relación a la monarquía que no debíamos imitar a nuestros inferiores, aunque para algunos extal excual, la máxima aspiración de su vida parece ser tener en su comedor un sonriente retrato de grupo con su Majestad. Se han colmado como súbditos por las obligaciones impuestas por lo que Felipe González llamaba elípticamente “el régimen anterior”. Un régimen ilegal de pies a cabeza que proyectó una sombra de terror y muerte por la historia peninsular, y que llevaría a los prudentes a olvidar cualquier valor republicano. Así ha sido y así es, la cuestión es preguntarse si lo será por mucho tiempo ya que cada vez son más que se perciben, que por más que digan los medios, el rey está desnudo. Desnudo de verdad.

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