Avances y limitaciones de la Reforma Constitucional venezolana

Martes 25 de septiembre de 2007

Yannick Lacoste (desde Caracas)

El miércoles 15 de agosto, Hugo Chávez presentó ante la Asamblea Nacional su proyecto de reforma de la Constitución Bolivariana de Venezuela.

No solo lo hizo frente a los diputados venezolanos sino también, frente a 10.000 personas que se habían reunido delante de las pantallas gigantes, instaladas en el exterior de la Asamblea Nacional. Con un discurso de seis horas de duración, Hugo Chávez explicó su propuesta de reforma de la Constitución Bolivariana, votada en 1999, después de su primera elección como presidente de la Republica.

Si analizamos en profundidad la propuesta de Chávez, vemos que esta aporta indiscutibles avances hacia una sociedad más justa. Por ejemplo, el articulo 70 permitirá el reconocimiento de la participación popular a través de consejos de poder popular (por ejemplo, consejos de estudiantes, de campesinos, etc.), de asociaciones de trabajadores, de cooperativas, de empresas comunitarias, etc.

El artículo 87 supone un fortalecimiento en materia laboral al incluir la creación de un fondo de estabilidad social para los trabajadores. Este les permitiría, con la ayuda del Estado, beneficiarse de derechos tales como jubilaciones, pensiones, vacaciones pagadas etc. El artículo 90 reduce la jornada de trabajo de 8 a 6 horas diarias y de 40 a 36 horas semanales. Este mismo artículo puntualiza que se tendrán que crear infraestructuras que faciliten el acceso de los trabajadores a actividades deportivas, culturales y educativas.

El artículo 100 se refiere a las diferentes culturas que conforman Venezuela. Chávez propone el reconocimiento de la especificidad de los grupos indígenas y de los grupos descendientes de la inmigración esclava africana. Les garantiza una atención particular en materia legislativa. Estos grupos se beneficiaran de un trato especial, sobretodo los grupos de origen africano que no estaban reconocidos en la actual constitución.

El artículo 112 también es importante ya que establece las pautas de comportamiento del Estado en relación al desarrollo económico del país. Propone la creación de un modelo económico de producción estatal, basado en valores humanitarios, de cooperación y de supeditación del interés común sobre el interés particular. Así mismo, el Estado organizará, promoverá y desarrollará formas de empresas y unidades económicas de propiedad social, comunitarias o estatales, de producción y de distribución social, de status mixto (estado y sector privado). 

Siguiendo esta misma línea, el articulo 113 prohíbe los monopolios, reservando al Estado la propiedad de las empresas de interés nacional, sobretodo las energéticas y las sociales. El artículo 115 define diferentes tipos de propiedad y permite al Estado expropiar legalmente (a cambio de una indemnización) siempre y cuando se declare previamente que esta es una acción que responde a un interés público. De todas formas existe un problema mayor: esta reforma no ataca de raíz la estructura de propiedad de las grandes empresas, de las grandes propiedades terratenientes y del capital. Son necesarios una serie de artículos que garanticen y fortalezcan el poder popular. 

Bonapartismo

Ante tales propuestas, no podemos hacer otra cosa que aplaudir y apoyar esta reforma. Pero en ella existe un peligro latente: la reforma del poder ejecutivo. El artículo 225, por poner un ejemplo, propone que el presidente pueda designar no solo al primer vicepresidente sino a todos los vicepresidentes que estime necesarios. Pero el problema central no reside en este punto sino en el artículo 230. Este último trata sobre el periodo presidencial y propone un periodo de siete años con una reelección inmediata e indefinida (tal y como sucede en el sistema francés donde el presidente puede volverse a presentar todas las veces que quiera por un periodo de cinco años) Es en este punto donde vemos un fortalecimiento del poder ejecutivo, el cual otorga al chavismo aires bonapartistas. 

Este sentimiento se ve reforzado por la propuesta según la cual el presidente de la Republica presidirá el Consejo de estado (actualmente esta función recae en el vicepresidente) Dicha institución fue constituida por el presidente y no establece limite de miembros. Al parecer, esta propuesta de Chávez (el cual asume que gobernará hasta el 2021) de presentarse indefinidamente a elecciones presidenciales no está obteniendo la aceptación de una mayoría de venezolanos. En un país donde tradicionalmente el pueblo cambia de régimen cada 40 años, la voluntad de Chávez de quedarse en el poder genera controversia. La derecha venezolana esta segura que los venezolanos no firmaran un cheque en blanco “al comandante” y piden que la propuesta de reforma sea votada punto por punto. Todo esto pone en jaque a un movimiento social que ha sufrido divisiones y situaciones complejas a lo largo de todos los debates internos relacionados con la construcción del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV). No obstante, existe un sector que se siente capaz de imponer un debate a fondo sobre la reforma constitucional, debate que, hasta el momento, no se ha realizado.

Por tanto, no nos equivoquemos. No existe, en la propuesta de Chávez, la intención de implantar una dictadura militar (tal y como insinúan medios de comunicación franceses –con Liberation y le Monde a la cabeza) Pero, al poner tantos poderes en manos de la presidencia, se le esta quitando poder a los movimientos de masas. 

Problema de metodología

Sin duda, el verdadero peligro viene del método empleado por el presidente Chávez más que de la propuesta en si. Ya que Chávez promete tres meses de debate antes de adoptar la nueva constitución, seria necesario también debatir sobre la manera en que esta se gestó. Se constata entonces que, en este punto, Chávez cometió un grave error de metodología.

El error fue crear un grupo cerrado de amigos escogidos por él para trabajar sobre el tema de la reforma constitucional. Más allá de las propuestas de la reforma, Chávez corre el riesgo de hacer desaparecer, por decreto, la formula original de esta revolución: la del proceso popular, revolucionario, democrático, de carácter constituyente. Lo máximo que se ha podido obtener es un espacio de discusión abierto en torno a la Asamblea constituyente de 1999. En un momento donde el contexto ofrecía la posibilidad de ir mas lejos, de iniciar una reforma estructurando espacios de intercambio y de poder en todo el país, esta propuesta supone un peligro real para el proceso actual. De hecho, Chávez pone entre la espada y la pared a todo el movimiento bolivariano y revolucionario al imponerle la disyuntiva de estar con él o contra él.

Movimiento social dividido

Por todo esto, es importante que los movimientos sociales venezolanos participen en los debates. Bajo este punto de vista, no podemos decir que la propuesta de Chávez haya llegado en buen momento. El debate sobre la participación en el PSUV ha acentuado las diferencias entre los movimientos sociales. Varios grupos tales como “Proyecto nuestra América”, el “Movimiento 13 de abril”, el “Frente Nacional campesino Ezequiel Zamora-FNCEZ”, la “Asociación nacional de los medias comunitarios libres y alternativos-ANMCLA” y nuestros camaradas de “C-Cura” (insertos en la “Unión Nacional de Trabajadores-UNT” la cual fue la primera confederación sindical del país) comparten un mismo análisis de la situación. 

Todos ellos coinciden en que, actualmente, existe una tendencia bonapartista dentro del chavismo. Pero entre estos grupos existen diferentes posiciones en relación al tema del PSUV. Algunos piensan que es importante estar dentro y formar un sector más radical que pueda influenciar en futuras orientaciones. Entre los que defienden esta postura podemos encontrar a nuestro camarada Stalin Pérez de “C-Cura”. Otros piensan que entrar en el PSUV supone un desgaste de energía que, a la larga, provocará la perdida de las bases. Entre los defensores de esta posición encontramos a Orlando Chirino, otro camarada de “C-Cura”.

Esta división afecta a todo el movimiento social haciendo que la relación de fuerzas fluctúe. Pero, sobretodo, lo debilita considerablemente. Con este panorama, la reforma constitucional es como una prueba para valorar si el movimiento social venezolano se ve capaz de imponer, a posteriori, un dialogo que Chávez ha rechazado anteriormente. 

Es un deber defender los puntos de la nueva Constitución que apoyen la obtención de nuevos derechos sociales y políticos. Pero también es necesario destacar los peligros que se gestan en el actual proceso. También es necesario confiar en el movimiento social venezolano el cual tiene la capacidad para luchar contra la acumulación de poder en manos de la nueva burguesía bolivariana, la cual es muy cercana al Presidente. 

* Traducción del francés al castellano: Ana Montero
 
 
 



 

La Cuarta Internacional en Caracas

Yannick Lacoste

Se convocó una reunión en Caracas para debatir y mejorar el trabajo realizado en continente latino americano. A dicho encuentro asistieron veinticuatro miembros de la Cuarta Internacional procedentes de diferentes países latinoamericanos (Brasil, Puerto Rico, Ecuador, Bolivia, Colombia, México, Perú, Chile y Argentina) y europeos (Inglaterra, Cataluña, Francia y Bélgica) 

Este encuentro se realizó en el Centro Internacional Miranda el cual fue puesto a disposición por su presidente Luis Bonilla. 

Durante el primer día del encuentro se reflexionó y se debatió sobre dos temas: “El socialismo del siglo XXI en América Latina” y “La situación actual venezolana”. Fue la ocasión para que las diferentes fuerzas de la izquierda radical venezolana confluyesen en un mismo espacio (Stalin Pérez de “C-Cura”, Roland Denis del “Movimiento 13 de Abril”, Carlos Lanz de “Proyecto Nuestra América”, Haiman el Troudi del “Centro Internacional Miranda”, Gonzalo Gomez de « Aporrea » , Ricardo Navarro de la « Asociación nacional de los medios de comunicación libres y alternativos » y Simon Urzategui del « Frente nacional campesino Ezequiel Zamora » ) Más allá de la discusión sobre la adesion o no al Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), lo que realmente estuvo en el centro del debate fué la caracterización del proceso bolivariano. 

Al día siguiente se realizó una reunión más interna con el objetivo de reflexionar sobre la situación latinoamericana así como sobre la difusión de nuestro material propagandistico en America Latina y, particularmente, en Venezuela. En los siguientes dos días se efectuaron reuniones diversas con diferentes grupos como el « Movimiento de mujeres Manuelita Saénz » (MOMUMAS) o el colectivo « Calle y Media » con la finalidad de reforzar las cooperaciones alternativas. 


* Traducción del francés al castellano : Ana Montero

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