El aborto, un derecho

Lunes 25 de febrero de 2008

imgMariana Violet

Antes de la próxima Convocatoria sobre el Aborto, el viernes, 29 de Febrero de 2008, en Madrid, quería aportar unas líneas, a las que estoy obligada, con la que introducirnos en el Debate. Tengo que hacer un inciso y declarar, bajo mi total responsabilidad y punto de vista femenino, que en los 7 años de Aznar y los 4 de Zapatero, hemos pasado del debate y el diálogo a la “bronca”.

Si nos fijamos en los medios, televisión se introdujo con un nefasto programa de más de 4 horas, “Tómbola” que creó escuela y en el que el insulto y la descalificación corrieron desde el folklore hasta la política, después surgieron en cada cadena sus magazines con más o menos “mala leche”, llegando en algunos casos, mezclándolo todo, hasta ser críticos con el franquismo. Esto se propagó con la política de crispación del PP a programas de corte político, apareciendo programas repugnantes en radio, TV, y llevándolo a todo tipo de prensa, sin concebir que el debate no sólo no es eso, sino que además es necesario entre las personas e instituciones maduras , para llegar a propuestas civilizadas aunque resulten imperfectas para las partes.

Por ello, mirando a un Debate conflictivo, que topará con las opiniones más reaccionarias, intransigentes e intolerantes de este país, es necesario matizar y andarse con zapato de tacón plano, para no resbalar.

Lanzo mi primera opción: El aborto es un derecho. Y como tantos derechos, no es una obligación. Se puede utilizar o no. No hay que presentarlo como una obligación para todas, como pretenden los tergiversadores. No se obliga a nadie, o al menos no se debe obligar a nadie a hacer uso de este derecho. Es un derecho de la mujer, que tiene derecho a su propio cuerpo. Esto es un gran punto de debate, ya que algunos hombres, que también los hay responsables, tienen algo que decir por la implicación directa del espermatozoide sobre el óvulo. Lo que realmente ocurre es que la decisión última es de la mujer y es sobre su cuerpo, sobre el que se implica el derecho.

No quisiera dejar de citar, que el machismo existente, suele ser determinante en variados casos. El macho dominante, que o bien por violación, o bien por causas sociales no quiera que un embarazo siga adelante, siendo en este caso la mujer la que se encuentre en estado de duda, sobre la solución a tomar. Verdaderamente abrir aquí el debate será muy interesante.

Una de las cosas que tienen que quedar claras, es que ni por mi experiencia, ni por las de las personas que he observado, nadie quiere acceder a un aborto alegremente. Esto para aquell@s que piensen que no hay responsabilidad en el acto sexual, porque teniendo el aborto, “se resuelve después”. Aún en el caso de jóvenes, incluso con minoría de edad, que o bien por falta de educación sexual, o por dedicarse al sexo alegremente, no piensen ni recapaciten en las consecuencias, naturales, por supuesto.

Me comentaba hace poco, una amiga muy querida, que reside en Buenos Aires, que se deben de poner, responsablemente hablando, los medios anticonceptivos necesarios y suficientes, para no llegar al hecho traumático del aborto, ya que ella conocía a livianos jóvenes que teniendo en cuenta lo expuesto en el párrafo anterior, se lanzaban a no protegerse debidamente de un posible embarazo no deseado. Pero aún en estos casos, el Derecho no debe dejar de proteger al más débil, que en este caso evidente, es la joven que no sabe dónde se está metiendo.

Otra opción de debate es establecer claramente (hace años leí un artículo de un teólogo, Miret Magdalena, que hablando de Santo Tomás ya admitían que la persona se formaba en el cuerpo de la mujer cuando completaba el desarrollo, dejando la forma de feto) que el feto que existe, no es en ningún caso una persona, un ser humano. Lo mismo que los verdes prados que come la vaca, no son la leche y que la leche no es el queso, y que el queso no es el requesón. Todo en la naturaleza pasa por una evolución, y sería tan estúpido, y lo es ciertamente, decir que un aborto es un asesinato de un bebé, como que matar un chimpacé es matar un hombre/mujer en potencia, porque evolutivamente procedemos del mismo.

El establecer esas hipócritas manifestaciones que predican ciertas religiones, o que defienden ciertas iglesias, alegando que se atenta contra el derecho natural, y que luego matizan que la píldora anticonceptiva si, pero que la píldora del día siguiente no, porque es abortiva, es entrar a medir que si el espermatozoide no llega no hay pecado, y si fecunda el óvulo es “pecadito mortal”. Esta doble moral, de aquellos que no dudan en cargar con palos y cadenas en “defensa de la vida”, que ¡vaya contradición!, es más inquietante, que una mujer se acoja a un derecho por el que pueda elegir una opción que puede cambiarle toda la vida futura.

Otro punto de debate es la obligatoriedad legal de atender a una persona que hace opción de un derecho. Porque se dá el caso, unas veces por activa y otras por pasiva de no atender a la paciente que lo solicite. La activa, acogiéndose a una ideología, que no duda en enviar a sus hijas al extranjero dónde abortan, en Paris, Londres, Suiza, etc., para que aquí no se conozca, por provenir ellos mismos de los que aquí atacan ese derecho. Y la pasiva, por el qué dirán: “si aquél médico no lo hace, yo tampoco,” por corporativismo, por amiguismo o por otras distintas causas, incluso políticas.

Y es que con la dificultad que existe de llegar a legislar una ley que acoja el aborto libre y gratuito, después empezamos con las excepciones y la ley se queda en nada.

Y por último, pero no por ello menos importante, el aborto no está en el mercado. Acostumbrados a la perversa mentalidad neoliberal que todo lo utiliza desde el punto de vista del mercado, en unas “magnificas declaraciones electoralistas” de la Vicepresidenta actual del Gobierno, en diario de gran tirada, recoge que “No hay gran demanda para modificar la ley” (del aborto). Dos cosas, primera que el programa de Zapatero recogía modificar la ley, a la vista de que no se estaba aplicando en todas sus posibilidades, y ese planteamiento se ha dejado hasta el final de la legislatura, para finalmente no tratarlo.

Incumplimiento de promesa y ahora a prometer otra vez, que para eso estamos en campaña. Y el otro comentario, es desear que ¡nunca, nunca, haya una demanda de abortos tal que sean necesarias leyes para regularlos! ¡Sólo faltaba eso, que dependiera del número!. Es decir, somos conscientes que el aborto es un derecho general, pero que sólo se aplica a minorías. Desde este punto neoliberal de razonar, nunca habrá carril bici, porque son minorías los que van en bicicleta, ni habría, como así ha sido, una ley que protegiese a los 100.000 desaparecidos de la dictadura, porque “mire usted, son pocos y además la demanda es mínima”.

Así razonan los que se denominan socialistas, ¡Imagínense ustedes los que a capa y espada, con el dogma como arma arrojadiza, pretenden tener la razón de siglos, no dudando en asesinar a madres para apoderarse de sus hijos recién nacidos, para entregarlos a hijos de la Oligarquía, cómo sucedió en España (después de la Guerra Civil y en la Dictadura franquista), Argentina (dictadura de Videla y cia), Chile (dictadura de Pinochet), casualmente dictadores todos católicos y bendecidos por la Santa Iglesia de Roma.

Madrid, 24 de Febrero de 2008.
 

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