Crónicas desde el Sáhara, parte 2

Viernes 28 de marzo de 2008

Nuria Álvarez*

Crónica número 2. Martes 18: primer día con la familia de Leila

Hemos llegado sobre las dos y media a Tinduf, donde hay que pasar el control, y luego nos llevan a la wilaya de Smara en autobuses donados por los amigos del pueblo saharaui. Al llegar aún es de noche. Nos repartimos en grupos de 4 ó 5; entre murmullos y risas nos esperan los guías que nos llevan a las familias. Son alrededor de las cinco de la mañana y quieren invitarnos a té, pero preferimos dormir.

Cuando despertamos nuestra familia ya está preparando el té y el desayuno para nosotros. La madre, que se llama Leyla, y el padre –Malainín- hablan español, y nos dicen con bromas lo mucho que hemos dormido. Después del té, y del desayuno, nos reunimos todos en el ayuntamiento de la wilaya con el secretario general de la juventud del Polisario (UJSARIO) que nos habla del muro marroquí, de la voluntad de crear la República Árabe Saharaui Democrática sobre los valores de la libertad y de la dignidad humana, y de que el futuro está en la movilización de la juventud.

Tras las actividades volvemos con las familias. La familia que nos ha acogido escucha en silencio las noticias de la cuarta ronda de negociaciones que retransmite una vieja tele en blanco y negro. Tras un momento de tensión, sacuden la cabeza con cansancio y comentan que habrá una quinta ronda de negociaciones. Que les prometieron que la segunda sería la última, ya van por la cuarta, y se sigue posponiendo la solución. Malainín canta algo a su hijita de dos años mientras prepara el té.

La ceremonia del té es muy importante para los saharauis. En cuanto tienen ocasión la explican a los visitantes: “el primer té es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor, y el tercero es suave como la muerte”. Mohammed (el hermano de Leyla), que ha estudiado en Cuba, nos comenta entre risas que una vez un cubano le dijo que cómo podía saber que la muerte es suave sin haber muerto, y que el amor es dulce sin haber estado enamorado... Entre té y té queman el tiempo los saharauis, en una espera interminable de promesas incumplidas. Desde que las Naciones Unidas hicieron público el plan para la organización del referéndum en 1990 y comenzó el alto el fuego (1991), los esfuerzos de Marruecos y los intereses occidentales han impedido que la consulta se llevara a cabo. Mientras tanto, Marruecos continúa vendiendo fosfatos a España y Francia, otorgando licencias para pescar en aguas saharauis, comprando armas a España y torturando y “desapareciendo” a cientos de personas en los territorios ocupados.

Por la noche, Al-Jazeera pone programación infantil. Y, si mis ojos no me engañan, estoy viendo una secuela de Shrek doblada en árabe.

 


 

*Redacción - Presentamos en diferido las crónicas de una de las participantes en la Columna de los 1000, una columna humana de solidaridad con el pueblo saharaui, que denunció en los pasados días el muro que mantiene dividido a este pueblo.

 

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