Naval Gijón readmite a Morala después de cuatro años

Viernes 4 de septiembre de 2009

Miguel Ángel Llana | Rebelión

Naval Gijón envía, el 03-09-2009, un burofax a Juan Manuel Martínez Moral anunciándole que en cumplimiento de la sentencia 371/09 queda readmitido dándole de alta en la Seguridad Social con fecha 02-09-2009. El astillero recurrió la sentencia, aunque por otros motivos lo mismo que Morala, ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) y, mientras se resuelve este Recurso de Suplicación, la Empresa opta por “prescindir de sus servicios efectivos”, si bien se le seguirá abonando su salario. Firma la notificación el Administrador Único de Naval Gijón, García Sanz.

La reacción inmediata de Morala ha sido recurrir ante el TSJA por entender que esta decisión es un atentado contra la tutela de los derechos fundamentales en el sentido de que el astillero niega al trabajador la ocupación efectiva al puesto de trabajo, de modo que, a su juicio, sigue siendo una discriminación flagrante.

Demasiadas cosas se han dicho y escrito sobre las irregularidades del astillero, pero seguramente son muchas más las que cabría decir de la actuación y aplicación de la “justicia” a lo largo de estos cuatro años del despido de un trabajador que en aquel momento era representante sindical de los trabajadores en Naval Gijón y, además, Secretario General la CSI (Corriente Sindical de Izquierda)

Conviene recordar que el astillero está tutelado y pertenece al PYMAR (Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión) empresa pública dependiente del Ministerio de Industria y de la Consejería de Industria de Asturias de la que Graciano Torre es el Consejero, como también lo es de PYMAR.

No es posible ganar más juicios, todos, pero por encima de jueces y tribunales queda la palabra, la última palabra, para el astillero quien es el que en definitiva decide hasta donde cumple o no las sentencias.

Primero fue la Dirección General de Trabajo, después el Tribunal de lo Social de Gijón, el TSJA, el Tribunal Supremo, el UMAC (Unidad de Mediación, Arbitraje y Conciliación) y ahora, de nuevo, ante el TSJA.

En el medio quedaron las regulaciones de empleo desde el 2005 hasta la última, la definitiva, en diciembre de 2008, que culminó con el cierre del astillero en mayo de 2009. Ahora están vendiendo los pocos activos que quedan y desguazando el resto para mejor disponer de la venta de los solares y con ello obtener fondos para la financiación de la ampliación del puerto de El Musel, que es el fin buscado desde hace años, aunque para ello se haya destruido la experiencia de un siglo de construcción naval y miles de puestos de trabajo.

Queda por resolver ahora la paradoja de la ampliación de El Musel a costa de la destrucción los astilleros en donde, precisamente, se hacen los barcos. Aunque la solución es bien sencilla: la especulación de unos enormes solares ambicionados por el poder político y económico de Gijón, de Asturias, que es lo que ahora está en el centro de las conversaciones de ambos poderes.

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