¡Alejad vuestros rosarios de nuestros ovarios! ¡Alejad vuestra hipocresía de nuestras calles!

Lunes 23 de noviembre de 2009

Sandra Ezquerra, Izquierda Anticapitalista (Revolta Global-Esquerra Anticapitalista) | Anticapitaliste

El pasado 17 de octubre tuvo lugar en Madrid una manifestación multitudinaria contra la ley de interrupción voluntaria del embarazo que el congreso español aprobará durante los próximos meses. Esta ley viene a reemplazar la regulación vigente desde 1985, la cuál no reconocía bajo ningún concepto el libre derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo y permitía la interrupción voluntaria del embarazo únicamente bajo ciertos supuestos. La nueva legislación introduce la posibilidad de la libre elección durante las primeras 14 semanas del embarazo, durante las cuáles las mujeres no tienen que alegar ninguno de los antiguos supuestos (violación, malformación del feto y peligro para la salud física y psíquica de la madre). A partir de la decimoquinta semana las mujeres han de acogerse a nuevos supuestos para abortar.

El debate en torno a la nueva ley no ha dejado indiferente a nadie. Desde el movimiento feminista y una parte importante de la izquierda se han alzado numerosas voces ante sus carencias. La nueva legislación sigue limitando el derecho de las mujeres a decidir a unos plazos arbitrariamente impuestos por el estado, no regula cuestiones tan importantes como la objeción de conciencia y no garantiza el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo mediante la Sanidad Pública. Además, los nuevos supuestos son más restrictivos que los anteriores, lo que limitará severamente la capacidad de las mujeres de abortar más allá de las primeras catorce semanas.

Nuestras voces, no obstante, no han sido las únicas. La derecha española (tanto su brazo político, encarnado por el Partido Popular  y otros grupos, como el brazo religioso que representa la Iglesia Católica) está llevando a cabo una campaña mediática de importantes dimensiones contra la nueva ley. Hace unos meses la Iglesia se gastó miles de Euros, por ejemplo, en una campaña publicitaria que presentaba a un cachorro de lince ibérico como especie en extinción y lo comparaba, desde una demagogia vergonzosa, con un bebé. La acusación lanzada era que mientras el gobierno se preocupa de proteger al lince le trae sin cuidado la extinción de la vida humana como resultado del aborto. Ni la Iglesia, ni las organizaciones políticas ni los medios de comunicación conservadores se han cansado de repetir durante los últimos meses que la reforma de ley representa un atentado contra el derecho a la vida de los que han de nacer y una amenaza contra la familia y la moral. Grupos católicos, además, se han concentrado durante todo este tiempo en toda la geografía española ante clínicas que practican interrupciones voluntarias del embarazo para celebrar misas por los no nacidos y denunciar el derecho al propio cuerpo como un atentado contra la vida. 

Durante todos estos meses de movilizaciones la derecha no ha hecho otra cosa que ir preparando el ambiente para la que iba a ser LA MOVILIZACIÓN. El fin de semana del 17 de Octubre decenas de autocares provenientes de todo el Estado español se dirigieron a Madrid para participar en la manifestación contra la nueva ley convocada por el Foro Español de la Familia y la Conferencia Episcopal. Mientras que el Partido Popular no figuraba formalmente entre los convocantes, decenas de sus miembros más destacados (entre ellos el ex –Presidente José María Aznar o el Eurodiputado Jaime Mayor Oreja) decidieron acudir a la manifestación. Unas 50.000 personas (2 millones según los organizadores) se concentraron en Madrid para protestar contra el aborto, contra la ley proyectada y por el retroceso que para ellos ésta supone en la protección del derecho a la vida y el “bien común”. Los medios de comunicación controlados por la Derecha interrumpieron su programación para hacer un seguimiento de la manifestación en directo y el conservadurismo más rancio heredero del franquismo se congratuló ante lo que consideraron un triunfo de la vida ante la muerte y la inmoralidad.

Mientras que desde el feminismo y la izquierda anticapitalista reconocemos los pequeños avances que la nueva legislación va a proporcionar, nos encontramos en estos momentos profundamente preocupadas por dos razones. La primera es que la reforma es insuficiente y en algunos casos significa un retroceso. En este sentido, seguiremos batallando y alzando nuestras voces para exigir el derecho de las mujeres del Estado español a decidir sobre nuestro propio cuerpo de manera absolutamente libre y gratuita. Por otro lado, pese a que a muchos y muchas les pueda parecer que la derecha más rancia desapareció con el fin de una de las épocas más oscuras de la historia del Estado español, los últimos meses han venido a demostrar que esa derecha sigue viva y con menos complejos que nunca. Es preocupante el importante peso que sigue teniendo en numerosos medios de comunicación y organizaciones sociales y políticas, pero también es cierto que la lucha continúa y desde el movimiento feminista e Izquierda Anticapitalista seguiremos reivindicando, como ayer, como mañana, como siempre, el derecho de las mujeres a nuestro propio cuerpo, a nuestras propias elecciones y a nuestra propia vida.

¡Alejad vuestros rosarios de nuestros ovarios! ¡Alejad vuestra hipocresía de nuestras calles!

*Artículo a publicar en Anticapitaliste, nº 15 (Suiza).

 

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