Ante el Consejo informal de energía y medio ambiente de la Unión Europea en Sevilla

Sábado 16 de enero de 2010

Comunicado de Izquierda Anticapitalista - Andalucía

Entre los días del 14 de Enero al 17 de Enero se celebra una reunión informal de ministros de Energía y Medio Ambiente de la Unión Europea enmarcada en el semestre de presidencia del Estado español. La agenda del consejo es debatir la aplicación de los acuerdos de Copenhagen, con el objetivo de dilucidar los compromisos de la UE en la reducción de los gases de efecto invernadero, y analizar los elementos básicos del Plan de Acción Energético 2010-2014 para Europa, documento que recogerá las orientaciones de la política energética de la UE para los próximos años con la pretensión de “buscar una mayor eficiencia energética, asegurar el suministro de energía y aplicar las técnicas más innovadoras y eficientes en tecnologías de generación energética bajas en emisiones de dióxido de carbono (CO2)”
 
Izquierda Anticapitalista denuncia la falsedad de los objetivos con la que los gobernantes del Gobierno español y andaluz nos venden esta cumbre de ministros: aduciendo que buscarán soluciones sólo vienen a dar continuidad y a justificar el fracaso de la cumbre sobre cambio climático realizada en el mes de Diciembre del pasado año en Copenhagen. Así mismo IA crítica los verdaderos objetivos de la cumbre porque no resolverán el problema de fondo: la búsqueda de las técnicas más innovadoras en energía bajas en emisiones en CO2, aún siendo necesarias, no suponen un cambio real del modelo energético ya que seguirán en la lógica del capitalismo “verde” que no ponen en cuestión la economía de mercado que busca una ilimitada producción de bienes de consumo para satisfacer un modelo de vida derrochador, que trae como consecuencia seguir extrayendo más recursos de los necesarios, esquilmando los pueblos del planeta, en una carrera suicida que nos lleva a la destrucción del planeta. Así mismo, denunciamos el descontrolado aumento de las fuerzas de seguridad, policía y guardia civil, en la ciudad que trae las consabidas molestias de atascos, retenciones de tráfico, controles absurdos… Este despliegue policial que militariza la ciudad está justificado según ellos por la falacia de la seguridad ciudadana, cuando de fondo es una medida que trata de reprimir la movilización ciudadana en contra de esta reunión.

La realidad del Cambio Climático

En la cumbre de Copenhagen, los grandes líderes mundiales, con Obama y China a la cabeza, reiteraron la imperiosa necesidad de actuar ya ante las evidencias del cambio climático. El Gobierno español, con Zapatero como portavoz, se puso el traje ecologista con aquello de “la tierra no pertenece nadie, sino al viento” pero sólo fue una de las bonitas declaraciones de la cumbre porque fue incapaz de exigir un acuerdo vinculante. El Acuerdo de Copenhagen sobre Cambio Climático ha sido sólo una simple declaración de intenciones que no obliga a establecer ningún cambio en el sistema. Este acuerdo muestra la incapacidad de los gobernantes de Occidente para comprometerse realmente en solucionar uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad. 

Desde que el IPCC (Panel Internacional Sobre Cambio climático) emitió su primer informe a principios de los 90, era evidente que la comunidad científica señalaba un grave problema ambiental que exigía una respuesta política proporcionada y urgente. Tras la publicación de su 4º informe, en 2007, las evidencias acumuladas son tan clamorosas que hoy, la táctica del gran capital y de los gobiernos no es ya desprestigiar las evidencias científicas, sino tomar la iniciativa, capitalismo verde, y hacer del cambio climático un nuevo negocio y pasarle la factura a las víctimas de siempre: el planeta, los pueblos del Sur, las clases trabajadoras del Norte y las generaciones futuras. El último informe del IPCC, fechado en 2007 es concluyente al respecto. Once de los doce años más cálidos desde 1850 se han registrado entre 1995 y 2006. La temperatura media global ha aumentado 0,74 ºC de 1906 a 2005. Al tiempo que la tendencia al aumento de la temperatura de los últimos cincuenta años prácticamente dobla la de los cien anteriores. El incremento de gases de efecto invernadero, lejos de reducirse, sigue creciendo y lo hace a velocidad mayor de la prevista. Se estima que en 50 años la temperatura de la tierra habrá crecido en 2ºC por efecto de la concentración de 450 partes por millón de CO2 en la atmósfera, lo que desencadenaría procesos de efectos devastadores en el clima: huracanes, tormentas y desertificación.

El fiasco de la cumbre de Copenhagen: acuerdos no vinculantes

Ante este escenario la Cumbre de Copenhagen suponía un buen momento para llegar a compromisos reales por parte de los países contaminantes que supusieran la bajada de emisiones de CO2 a la atmósfera en un 40% para el 2020. Pero para que esto ocurriera tenían que tomarse medidas muy claras para cambiar el modelo de energías basados en los hidrocarburos fósiles, medidas que están obligados a tomar porque estas energías se agotan. Pero, por contra de lo esperable, no se tomó ninguna decisión en este camino. Tan sólo una declaración de intenciones de doce puntos y una hoja en blanco a entregar a la ONU en al que cada país estipulará, según su criterio, las reducciones de gases contaminantes de aquí a 2020. Pero claro, sin adoptar ninguna política que obligue a los países a cumplirlo, ni fijar ningún plazo para la evaluación de este cumplimiento. A cambio de seguir contaminando y como forma de limpiar la conciencia, los países ricos han prometido una ayuda de 100.000 millones de dólares a los países más pobres para su desarrollo económico. Estas ayudas están condicionadas a que los países pobres pongan en marcha las políticas neoliberales preconizadas por el FMI o el Banco Mundial y que se comprometan a no contaminar. Es decir, que sus economías sean dependientes de los estados más ricos. 

Los analistas de los medios de comunicación han valorado positivamente este acuerdo porque arguyen que aunque no hay compromisos reales es la primera vez que todos los países han acordado algo conjuntamente sobre el clima. Pero esto encierra una falsedad: la respuesta que las potencias económicas occidentales más China han tomado ante este grave problema es la inacción total. Lo cual pone de manifiesto dos cosas: la primera de ellas es que los gobernantes son incapaces de tomar medidas eficientes porque eso supondría cambiar el modelo económico de producción basado en energías fósiles de hidrocarburos y de economía de mercado basado en un consumo desaforado con el que se obtiene grandes beneficios aunque están obligados a hacerlo; la segunda cosa es que un sistema basado en la rentabilidad a corto plazo es incompatible con la gestión sostenible del planeta y con la satisfacción de las necesidades de los pueblos del planeta porque su modelo está basado en el crecimiento imparable que derrocha los recursos para que una parte pequeña del mundo pueda vivir muy bien mientras la otra se ve sometida a la pobreza.

Los grandes perdedores: el planeta, los pueblos, las clases populares…

Pero los acuerdos de esta cumbre, la inacción ante el cambio climático para seguir manteniendo el modelo económico y energético tiene sus terribles consecuencias para los pueblos del planeta, las clases populares depauperadas del sur y las del norte: que continúen en su estado de pobreza y postración. Ellos son los grandes perdedores de esta cumbre porque de eso se trataba: que los más ricos del planeta sigan asegurando sus beneficios. La crisis ambiental es sólo una de las formas que se traduce la crisis de civilización que vivimos, consecuencia directa de esta guerra económica lanzada desde las instituciones financieras y el poder político para seguir reproduciendo este sistema injusto, pero es quizás uno de los grandes problemas que a los que la humanidad en su conjunto debe hacer frente. Por ello no deberíamos dejar en manos de quien ni puede ni quiere tomar decisiones a este respecto. Las manifestaciones populares de contestación a la cumbre de Copenhagen que se realizaron en la ciudad son de vital importancia porque muestran el camino que deberíamos seguir si queremos que algo cambie: la movilización en la calle que exijan tomar medidas consecuentes con la vida digna en el planeta para todos. Porque, como los manifestantes decían, los gobernantes mundiales sólo arreglarían el clima si fuera un banco. Aún a pesar de los impedimentos de las fuerzas de seguridad, con detenciones masivas preventivas y represión, los manifestantes fueron capaces de poner sobre la mesa el verdadero debate para arreglar la crisis ambiental: cambiar el mundo, no el clima. Desde este punto de vista, la única nota discordante en la cumbre la pusieron los países latinoamericanos englobados en el acuerdo antiimperialista del ALBA, gobiernos apoyados por la movilización popular de sus países, que dieron un portazo a la cumbre de la cumbre para no firmar un acuerdo que no comprometía a nada. El gobierno español quería hacer recaer en ellos la culpabilidad del fracaso de la cumbre.

El Consejo informal de la UE en Sevilla: la continuación de la representación…

Ahora la Unión Europea, una institución de carácter antidemocrático, viene a Sevilla a implementar los acuerdos de Copenhagen y buscar soluciones al cambio climático, es decir, viene a escenificar la pantomima que significó la cumbre. Está en discusión el compromiso de la UE para reducir los gases de efecto invernadero. Desde el Protocolo de Kyoto poco ha hecho la UE en este sentido. Ahora, con el impulso de la presidencia española quieren acordar el 20% de reducción de los gases de efecto invernadero en los países de la Unión con la posibilidad e llegar al 30% si existiese un mayor compromiso por parte de los demás países. Esta medida es insuficiente a los objetivos reales, pero es una meta mayor que lo acordado en Copenhagen.

Por ello debemos presionar a cumplir con este compromiso porque ya algunas potencias de la UE ya han declarado que adoptarán medidas reales si otros lo hacen, esperando que EE.UU. o China tomen la iniciativa. Pero todo parece indicar que los poderes económicos de China o EE.UU. no están nada convencidos de reducir sus emisiones porque eso supondría un gasto excesivo en cambiar el modelo energético basado en los hidrocarburos. Habrá que ver en qué medida la UE es capaz de cumplir con sus compromisos auto adquiridos. Es claro que sin la presión en la calle no lo hará.

Plan de Acción Energético europeo 2010-2014. Objetivo: no cambiar el modelo…

Pero no sólo se hablará en Sevilla sobre los acuerdos de Copenhagen. En esta reunión informal los ministros del ramo elaborarán un Plan de Acción Energético 2010-2014 para Europa donde buscan una mayor eficiencia energética, asegurar el suministro de energía y aplicar las técnicas más innovadoras y eficientes en tecnologías de generación energética bajas en emisiones de dióxido de carbono (CO2). En la encrucijada que vive el capitalismo de cambiar su modelo energético basado en los hidrocarburos caducos por otro modelo energético que le sea igual de eficiente en la producción de mercancías y de transporte, la UE trata de adelantarse con la búsqueda de nuevas tecnologías que extraigan las energías de otros recursos: la nuclear o las energías renovables. La energía nuclear ha demostrada ya lo altamente perniciosa y contaminante que puede ser, así que la apuesta se inclina, aunque sea de cara a la galería, por las energías renovables. Parte de la comunidad científica reconoce que, a día de hoy, se podría poner en marcha un plan más ambicioso sobre energías renovables que fuera sustituyendo gradualmente al carbón y al petróleo. El problema que no al nivel de eficiencia que las élites económicas desearían. Por ello el quid de la cuestión está en la búsqueda de nuevas tecnologías que mejoren el rendimiento de las energías renovables para mantener el alto nivel de consumo de nuestras comunidades. Propuestas como el ahorro de energía construyendo casas con materiales que guarden el calor, la descentralización de la energía, el uso eficiente de la red eléctrica, sustitución d el transporte privado por uno público… no son tenidas en cuenta porque ponen en cuestión el modelo de economía de mercado que obtiene sus beneficios en la compra-venta masiva de bienes de consumo y mercancías en un sistema de consumo desaforado.

Los intereses imperialistas de la UE

Podría parecer que las proclamas del 20% o 30% de reducciones de gases de efecto invernadero o la decidida apuesta por las políticas de energías renovable de la UE son medidas reales para salvar el planeta. Pero la UE no es ecologista, sus posturas frente al cambio climático y su propuesta de modelo energético están condicionadas por el peso desigual que tiene como potencia en la producción de petróleo frente a potencias como EE.UU., China o los países emergentes como Brasil o India. En la lucha por la hegemonía mundial, la UE lucha por tener un sitio de privilegio para salvaguardar los intereses de sus clases pudientes. Por ello Izquierda Anticapitalista denuncia a nuestros gobernantes del Estado, de la Junta de Andalucía y de la UE que nos hacen creer que vienen a reunirse a Sevilla para arreglar nuestros problemas sobre el clima y la crisis energética. Estos nos son los objetivos reales de esta cumbre. Vienen a salvar a un sistema en declive que nos pone en riesgo. Sus propuestas por el cambio de modelo energético están encaminadas a sólo aquellas que les reporte pingües beneficios.

Andalucía: pionera en el desempleo, la especulación y la explotación agraria…

Vienen a Andalucía arguyendo que esta comunidad es pionera en la apuesta por las energías renovables. Pero aún siendo verdad esto, su modelo es la generación de energías en manos privadas que no satisface las necesidades del pueblo andaluz en esta materia y que pagamos con un alto desempleo, mayor que el resto del Estado y países de la UE. El modelo productivo andaluz basado en la economía de servicios para el turismo de calidad y la agricultura intensiva pone en jaque el sistema energético andaluz porque: se basa en la especulación urbanística que ha dañado ampliamente nuestro territorio, sobre todo en las zonas costeras, el uso indiscriminado del cemento y el ladrillo que no ayudan a ahorra energía con el consiguiente gasto en calefactores, aires acondicionados, el modelo de una agricultura intensiva de producción que esquilma los recursos del agua, en El Ejido ya se han gastado los recursos hídricos del subsuelo, el aumento de los campos de golf que despilfarran los recursos hídricos en sitios donde no los hay, la falta de la reforma agraria unida a la puesta en práctica la soberanía alimentaria haría más eficientes el uso de las energías porque se aprovecharían los recursos existentes, la falta de un plan de transportes públicos eficientes que promocionan el transporte privado… 

Por un nuevo modelo energético y productivo. Objetivo: cubrir las necesidades sociales

Es por ello importante que comencemos a reflexionar y apostar por otro modelo energético verdaderamente sostenible. Debemos apostar por un modelo productivo que cubra las necesidades sociales no las demandas del mercado. El hombre debe volver a situar nuestra relación con la naturaleza. Para ello, hemos de tener en cuenta que nuestro buen nivel de vida no debe estar directamente relacionado con el modelo de consumo capitalista. Vivimos en un mundo finito, la naturaleza no provee recursos ilimitados y para que vivamos todos dignamente los recursos deben ser repartidos. Para solucionar la crisis energética hay propuestas que podemos poner en marcha. Algunas de esas propuestas no forman parte de descubrimientos científicos complejos, sino que ya se pueden implementar: 1º la lucha contra el despilfarro y la eficiencia energética permite la reducción rápida de las emisiones de gases de efecto invernadero en una proporción muy significativa y a través del uso de técnicas perfectamente conocidas. 2º Las tecnologías existentes permitirían el reemplazo completo o casi completo de los combustibles fósiles por energía solar (y energía geotérmica como accesoria a la solar) en unas cuantas décadas. Se trata de implementarlas o perfeccionarlas, no de inventar tecnologías nuevas. Estas medidas son: poner placas solares fotovoltaicas en los tejados de las construcciones, el ahorro energético en materiales de construcción que guardan el calor, el doble acristalamiento, la descentralización eléctrica, la cogeneración de calor, el uso de la fuerza eólica y la de mareomotriz… La apuesta por implementar estas medidas darán más trabajo. EL cambio de modelo productivo y energético no pude pasar por dejar en paro a miles de trabajadores, despedidos de los sectores crónicos. 
 
Por una amplia movilización popular. Objetivo: parar el cambio climático y sus consecuencias

Los poderes internacionales nos venden que las medidas contra el cambio climático pasan por la aplicación de complejas tecnologías y por la asunción individual de cambios de comportamiento como el reciclaje, el uso racional del gasto de energía en las casa, apagar luces… Pero asumiendo que no hay cambio social sin cambio individual, no podremos parar el cambio climático sin una gran movilización popular y por la creación de espacios de debate y reflexión para impulsar medidas de cambio de modelo. Por ello, apoyamos las movilizaciones y mesas de reflexión previstas por distintas asociaciones ecologistas, movimientos sociales, sindicatos, colectivos y organizaciones políticas y Foro Social de la ciudad de Sevilla que tratan de ser una respuesta contundente en la calle a esta reunión informal sobre Energía y Medio Ambiente de la UE. Creemos que este es el mejor camino para impulsar un verdadero cambio y por ello trabajaremos por potenciarlas. Junto con todos ellos, Izquierda Anticapitalista exije:

Contra el cambio climático y por la justicia social.

¡Cambiemos el mundo , NO el clima!

 
SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0