Imponer silencio a gritos. El linchamiento de Willy Toledo

Viernes 23 de abril de 2010

El pasado lunes, el conocido actor español Willy Toledo declaró públicamente su desasosiego por la muerte del preso cubano Orlando Zapata y censuró al gobierno cubano por no haber sabido salvar una vida que, privada de libertad, estaba bajo su responsabilidad. Pero Willy Toledo tuvo también el atrevimiento de referirse al fallecido como a “un delincuente común” y a algunos de los así llamados “disidentes” como a “terroristas”, reproduciendo la información de las autoridades de Cuba, e inmediatamente los mismos medios, los mismos políticos y los mismos intelectuales que aceptan con naturalidad las versiones oficiales del gobierno israelí, colombiano

o afgano se han lanzado, henchidos de indignación, a romperle figuradamente los huesos al tiempo que autoproclamaban su limpieza de sangre democrática.  

Contra Willy Toledo se ha desatado una unanimidad oceánica, un tsunami de pulgares boca abajo y moralizantes azotes perdonavidas. Como de un apestado, los 9000 actores, bailarines, directores de escena y dobladores de España representados por Pilar Bardem se han desmarcado de su audacia declarativa y lo han dejado caer solo en el abismo. Decenas de portadas, columnas y tertulias se han rasgado las vestiduras contra la “abyección moral” del actor. 

Es en las cuestiones pequeñas donde se revela el estado de salud de una democracia. No es muy grave que se calle la boca a un actor, mutilando y criminalizando sus declaraciones, en un país donde se amenazan las pensiones, se persigue a los inmigrantes, sigue habiendo torturas, se cierran periódicos, se obstruye la memoria, se protege a criminales de guerra y se mandan soldados a invadir y matar

civiles en otras tierras. Algunas de las voces de este coro marcial reflejan la calidad ética de un medio periodístico y cultural en el que el desprecio por la verdad es inseparable de la idea de que la democracia consiste en imponer a gritos silencio a los demás y de la seguridad de que el intimidado no podrá responderles. En España hay tres o cuatro temas que no pueden discutirse en público y Willy Toledo se ha atrevido a rozar uno de ellos.  

Un periódico digital decía que Willy Toledo se había quedado, lo habían dejado “más solo que la una”. No es verdad. Si aún no sabe que no lo está, sirvan estas líneas de apoyo y solidaridad para recordárselo. 

Santiago Alba,

Belén Gopegui, Pascual Serrano y Carlos Fernández Liria /Rebelión

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0