Ell@s o nosotr@s, una lucha que va para largo
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En Italia los estudiantes han logrado dar marcha atrás a la reforma al grito de ¡¡si nos bloquean el futuro, nosotros bloqueamos la ciudad!! En Londres los estudiantes han respondido acorde con el ataque del capital. Tomemos ejemplo: ¡BASTA YA DE PRECARIEDAD!
Dinero hay, en las cuentas de la patronal. Repartid las riquezas, o nosotros nos serviremos. Cánticos como este son los que entonan los jóvenes franceses en las manifestaciones masivas contra la reforma de la edad de la jubilación de 60 a 62 años (que en la práctica aumenta la edad hasta los 67). Y es que en las mayores movilizaciones sociales desde 1968 (con una huelga de varias semanas del servicio nacional de ferrocarriles, y con bloqueos de las refinerías, dos ejemplos significativos, que han supuesto la casi-paralización del país), los jóvenes han tenido una implicación muy importante. Han demostrado que la cuestión de la jubilación también es un asunto de la juventud (todos queremos tener el derecho a jubilarnos algún día).
Dentro de la participación de los jóvenes hay que destacar a los estudiantes (y de entre ellos a los estudiantes de institutos), que tuvo como efecto el bloqueo de cientos de institutos y 19 universidades de todo el país, y que tuvo que resistir una fuerte represión policial.
La sociedad francesa sabe en esta lucha que se trata de una cuestión de reparto de riquezas, de un “ellos o nosotros” (o trabajamos más o las empresas harán menos beneficio). Y aunque ahora las movilizaciones estén recuperando fuerzas después de una lucha muy intensa, aún quedan muchas empresas y centros de trabajo que siguen luchando, que siguen en huelga. Y en el pensamiento colectivo de la población no hay un sentimiento de derrota ni de desmovilización, sino de saber que habrá que seguir luchando. Porque las reformas que se están aprobando son injustas, no obedecen a las necesidades de la sociedad sino a necesidades de los “mercados” (Patronal, FMI…).
¡LA UNIVERSIDAD NO PAGA SU CRISIS!
La aplicación del Plan Bolonia sigue su curso en el Estado Español... ahora le toca el turno a la Estrategia Universidad 2015. La EU 2015 sigue la misma línea de poner a la Universidad a merced del mercado. El fin es desarrollar una sociedad y economía del conocimiento, donde la Universidad juega un papel crucial, al generar conocimiento, del que se benefician las empresas. Se trata de reforzar la vinculación entre la empresa y la Universidad, de valorar la competitividad a través de rankings, y de comercializar la investigación desarrollada en la misma a través de medidas como la apuesta por un sistema de financiación mixto público y privado.
El cambio de financiación, que incluye una subida de tasas, también viene acompañado de una serie de reformas institucionales, entre las que se destacan:
- La presencia de empresarios en los órganos de gobierno universitarios
- Elección de rectores, decanos, directores... por sus méritos en gestión empresarial, o en su defecto, con un equipo asesor con esta formación a su lado;
- La eliminación del poder de decisión de los órganos representativos de todos los sectores de la comunidad universitaria, ya que éstos pasan sólo a ser órganos consultivos.
Ante la consecución de los atentados que padecemos los y las estudiantes en forma de la imposición de este tipo de planes y estrategias, es necesario retomar los encuentros del movimiento estudiantil tanto a nivel de comunidades como a nivel estatal para coordinar una lucha conjunta que vele por una universidad pública y de calidad, y por nuestros derechos como estudiantes y futuros trabajadores. Una lucha en forma de puño cerrado que frene el agresivo avance del neoliberalismo como única forma de sistema.
Tras el 29-S, es la hora de luchar…
Después del éxito de la Huelga General del 29 de septiembre, varias son las lecciones que hemos aprendido. Certificamos, por un lado, que el movimiento sindical en el Estado Español aún tiene hueso, pero que ya no le queda músculo. Así, nos encontramos ante un momento en el que los sindicatos demostraron que aún son capaces de parar un país, pero, por otro lado, nos vimos en muchas ocasiones con piquetes raquíticos y muy militantes, con mucha gente que se sumó a las manifestaciones del 29 en todas las grandes ciudades del Estado pero con poco participación en el trabajo para construir la Huelga.
En este contexto, certificamos también la ruptura del diálogo social y la defunción de la concertación. Ya no hay espacio para el diálogo. Vemos como tanto en el Estado Español como a nivel europeo los Gobiernos se han cerrado en banda y no están dispuestos a ceder ni un ápice ante las fuertes movilizaciones que con cada vez frecuencia se producen en Europa.
Como ya demostramos en la Huelga General del 29-S, los/as estudiantes jugamos un papel importantísimo de cara a radicalizar el discurso de los sindicatos mayoritarios. Venimos la mayoría de la lucha contra Bolonia, es decir, de la lucha contra la privatización del conocimiento, de la lucha en defensa de lo público frente al beneficio empresarial y privado. Con este discurso, los/as estudiantes debemos irrumpir en las próximas movilizaciones llamando a una nueva Huelga General.
El 29-S las octavillas de los diferentes sindicatos inundaron las calles con las razones por las que nos movilizamos. La lucha es contra:
- La reforma laboral que facilita el despido, vacía de contenido los convenios, incentiva la temporalidad y favorece a las empresas privadas de colocación.
- El tijeretazo y los recortes presupuestarios.
- La modificación del sistema de pensiones y su congelación efectiva.
Nos movilizamos porque vemos en estas medidas la miseria de los trabajadores de hoy y nuestra futura esclavitud. Rechazamos una concepción del trabajo y un modelo socioeconómico que nos condena.
Mientras los bancos perciben miles de millones para salvarse de la crisis que ellos mismos han causado, mientras se elimina el impuesto de patrimonio para favorecer a los más ricos, la precariedad en nuestras condiciones de vida comienza a hacerse insoportable para la mayoría de nosotros/as que, al mismo tiempo, constatamos indignados que el gobierno de la paridad se ha quitado de en medio el ministerio de igualdad para ahorrar costes, y que sigue apostando por una economía guiada por el crecimiento irracional que nos lleva a una desastre medioambiental y humano definitivo.
Los jóvenes hemos sido socializados en la precariedad y respondemos de forma individual a las agresiones que, muchas veces, interiorizamos. Bolonia convierte a la universidad en una fábrica de precarios, echando sobre la espalda del estudiante todo el coste de su educación y destruyendo la Educación Pública. Ha llegado el momento de plantearnos la necesidad de luchar junto a los movimientos sociales que denuncian este tipo de situaciones, aglutinando las distintas sensibilidades presentes, uniendo voluntades con criterios de lucha y no de pasteleo. ¡La crisis que la paguen ellos!
¡El 18 de Diciembre todos a la calle!