20-N libre participación

Martes 6 de septiembre de 2011, por Mar

Jordi Calvo/Publico

Los partidos minoritarios y movimientos sociales, incluido el 15-M en los últimos meses, piden una reforma de la Ley electoral, porque deja fuera del congreso a una mayoría de partidos que representarían a millones de ciudadanos. Aunque es comprensible que haya ciertos límites a la entrada en el congreso, no es democrática ni la Ley d’Hont que a los partidos mayoritarios les concede prácticamente regalados los escaños a partir de un cierto número, ni los escandalosamente elevados porcentajes mínimos de votos para tener representación parlamentaria. En España el porcentaje de exclusión se aplica por provincias y es del 3%, en el País Valenciano este porcentaje alcanza el 5%. Todo ello por conseguir una mejor gobernabilidad, es decir, que haya alguien que tome las decisiones sin tener que dialogar mucho, o nada, como ocurre con las mayorías absolutas, que no son otra cosa que la dictadura del partido más votado, aunque a lo sumo suponga los votos de 1/4 de la población. Todo ello sin entrar a discutir sobre la legitimidad de esta representatividad.

Pero aquí no acaba la cosa, las elecciones del 20-N incorporarán una nueva restricción a la participación a nuevos partidos que pretendan pedir la confianza de la ciudadanía. Una reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) aprobada el 28 de enero, obliga a todos los partidos y coaliciones que no tengan representación parlamentaria a recoger el 0,1% de firmas de las personas con derecho a voto de cada circunscripción. De este modo, una candidatura que quiera presentarse en todas las provincias españolas debería recoger más de 35.000 firmas y presentarlas en el periodo comprendido entre el 27 de septiembre, fecha oficial de la convocatoria de las elecciones y el 17 de octubre, plazo límite para la entrega de las candidaturas. ¿Adivinan quién votó a favor de esta medida? Han acertado, PP, PSOE y sus más que ocasionales socios CIU y PNV.

La ley electoral española necesita muchos cambios, pero quien tiene que aprobarlos es quien más se beneficia de que esto no ocurra. Mal asunto. ¿Así quieren que vayamos a votar? Lo olvidaba, mientras votemos (y me incluyo, porque al final acabo votando) un número suficiente para legitimar el sistema “democrático” actual, no lo harán, aunque sepan que a la verdadera mayoría no nos representan. Lo peor de todo es que les da igual. Si no estás de acuerdo, puedes firmar contra la reforma antidemocrática de la Ley electoral en www.20nlibreparticipacion.org

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