Guillermo Toledo: “La movilización es la única manera de poner en jaque al sistema”

Martes 11 de octubre de 2011, por Mar

L’informatiu

El actor está de gira presentando, esta vez, su primer libro. En ’Razones para la rebeldía’ Toledo pone el pensamiento político y Pascual Serrano la pluma. De Lenin a Allende, de Ken Loach a Naomi Klein: referentes y motivos para la rebelión.

El actor y el equipo de promoción de su primer libro están agotados. Están en Valencia para presentar Razones para la rebeldía (Ed. Península), donde Toledo habla de su compromiso político. Es la sexta–y última- entrevista del día. “Que yo cante solo en mi casa ‘¡Libertad, libertad!’ no sirve de nada, estas cosas son parte de mi trabajo”, dice mientras aguanta la puerta del hotel donde se hospedan. “Avant, endavant”. Sonríe. Nos invita a pasar y comienza a explicar, con entusiasmo, cómo pasó encerrado durante cinco días junto a Pascual Serrano, referente periodístico del actor, para parir el libro. A medio camino entre el panfleto político y el libro de memorias, Razones para la rebeldía es una declaración de intenciones “a pecho descubierto” de alguien que se considera a sí mismo un “enfermo de la información”. “Simplemente he dicho lo que pienso, sin ningún tipo de miramiento”. Y lo deja por escrito, por si aún no había quedado claro.

P: El libro se llama Razones para la rebeldía. Dígame sólo tres de ellas.

R: La primera, que los pueblos han perdido la soberanía política y económica puesto que de lo que se trata ahora –lo ha dicho Zapatero textualmente- es de tranquilizar a los mercados, o sea los bancos. Otra; nos cuentan la película de que vivimos en un sistema democrático cuando la ley electoral reduce la posibilidad de participación ciudadana en la democracia a ir a votar cada cuatro años y cada vez que vamos a votar participamos en un fraude electoral, porque ni todos los partidos ni todos los votos valen lo mismo. Otra razón: seguimos saltándonos la legalidad vigente participando activamente en la OTAN, cuando lo que se firmó -o por lo menos eso nos contaron- es que solo íbamos a participar en la estructura política y no en la militar. Hoy amanecemos con que vamos a participar y gastar miles de millones en eso que llaman el escudo antimisiles.

P: Aznar no le gustaba, ¿Zapatero le gustaba y le ha decepcionado?

R: De un socialdemócrata no se puede esperar otra cosa y menos si está escorado a la derecha como lo está Zapatero. No me fío de ningún alto cargo del PSOE porque trabajan en beneficio del capital, de los grandes intereses multinacionales y de las guerras imperialistas. Si alguien llega al poder en un sistema capitalista es porque está dispuesto a participar de las políticas neoliberales.

P: Su compañía teatral, Animalario, estrenó en 2003 Ana y Alejandro, sobre la boda de la hija de Aznar. ¿Han pensado en hacer alguna obra sobre Zapatero?

R: Nuestro próximo montaje es una obra de Harold Pinter, El montaplatos. Es una comedia política. El siguiente proyecto es una obra sobre el capitalismo tomando como referencia el libro de Naomi Klein La doctrina shock. Nada de Zapatero en concreto.

Tradicionalmente los intelectuales son gente de izquierdas que han puesto en riesgo su estatus, pero en este país de repente han desaparecido del mapa. Y los que están, están con el capitalismo

P: Dice en el libro que echa de menos en la televisión y el cine españoles el conflicto social. ¿No necesitamos una película que refleje la podredumbre política española?

R: Sí. El cine, la televisión y el teatro españoles no reflejan la realidad social, no hay obras a pie de calle: no aparece el paro, la marginación social, las torturas policiales, la falta de derechos laborales, la privatización de la salud o de la educación.

P: Cuenta que se partió la cara, sin éxito, por conseguir un papel en Tierra y libertad. ¿En qué otra película le hubiera gustado participar?

R: En La chaqueta metálica, Los Santos Inocentes o La Vida de Brian, que es mi película favorita. Cualquiera otra película de Ken Loach o de Robert Altman. O en Aterriza como puedas. No me gusta que las películas tengan un contenido absolutamente vacío, pero también me encanta el entretenimiento por sí mismo. El sentido del humor me parece un arma política muy poderosa y un elemento fundamental para la vida. La gente que carece de sentido del humor me parece altamente peligrosa: el señor Aznar es una muestra.

P: ¿Es más difícil, siendo actor, que le tomen en serio a uno como activista político?

R: Me da la sensación de que ser actor me ha salvado más de una vez de que no me hayan dado un puñetazo por la calle. He sido capaz de llevar un poquito de cachondeo a los ciudadanos y eso siempre se agradece. Más que un hándicap es una ventaja, porque la gente tiene menos prejuicios para acceder a tu manera de hablar y de pensar.

P: Dicen que para usted es fácil mantener su discurso porque es un privilegiado –hijo de médico y de buena educación- y rico –porque es actor-. ¿Qué contesta a eso?

R: Lo fácil cuando tienes mucho dinero es juntarte con la gente que tiene el mismo nivel cultural y económico que tú y que crees que van a pelear también por esos privilegios que tienen la camarilla. Eso no es precisamente lo que estoy haciendo yo, sino más bien todo lo contrario.

P: ¿Cuántas veces le han preguntado en los últimos tiempos si se va a meter a político?

R: ¡Muchas! Y algunos cabrones , me lo han sugerido en serio. Pero de momento no va a suceder.

P: Le podría pedir consejo a su compañero Toni Cantó, que va de candidato en Valencia por UPyD. ¿Qué le parece?

R: (Risas). ¡Hostia, es verdad, además va de número uno! Pues le mando un abrazo porque nos conocemos desde niños y aparte hicimos Siete Vidas juntos. Creo que es bastante buen actor, pero UPyD es un partido de derechas, entonces yo no puedo compartir sus opiniones políticas en ningún caso. Le deseo suerte aunque me joda, aunque es proporcionalmente opuesta a la suerte que correría el pueblo valenciano si saliera elegido. Le deseo lo mejor, aunque evidentemente está en las antípodas de lo que yo creo.

P: ¿En las antípodas?

R: Bueno, no sabría decírtelo porque es que no sé cuál es la ideología de UPyD, no sé si alguien la sabe. Es un partido y una señora cuyos intereses no conozco, imagino que serán los de la burguesía, pero me resultaría muy aventurado decir que no tengo nada que ver con ellos porque no sé cuál es su programa electoral.

P: ¿Ya sabe qué hará el 20-N?

R: No sé si voy a votar. Me jode participar voluntariamente en un fraude. Mucho. Pero, si tuviera que votar, del arco parlamentario elegiría a Izquierda Unida. Pero hay otras opciones si es que la Ley electoral no lo impide. De esas, Anticapitalistas es la que más me atrae.

P: ¿Necesita el 15M un manifiesto de intelectuales que digan ‘no’ a este gobierno por las decisiones político-sociales que está tomando, como ya hicieron en el No a la guerra?

R: Ya ha habido uno, que firmaron muchos intelectuales presuntamente de izquierdas, no sé con qué intención. Hombres y mujeres muy conocidos cuya ideología no comparto. Tampoco me mandaron el manifiesto para firmarlo; me imagino que sabrían que no lo haría. Tradicionalmente los intelectuales son gente de izquierdas que han puesto en riesgo su estatus, pero en este país de repente han desaparecido del mapa. Y los que están, están con el capitalismo. Y los que son, no están porque se les veta en los medios de comunicación de masas. Tienes que acudir a Internet para que te puedan contar su visión del mundo. Se les echa de menos, porque proponen alternativas reales que se pueden llevar a la práctica.

P: ¿Está pensando en alguien en concreto?

R: En Santiago Alba Rico, el propio Pascual Serrano, Vicenç Navarro, Carlos Fernández Liria, Belén Gopegui, por ejemplo.

P: ¿Qué les diría a sus colegas de profesión para que se movilicen?

R: No creo que un actor tenga que implicarse más en política que un conductor de autobús. Pero como ciudadanos que son, sí les pediría, puesto que somos las víctimas del sistema, que nos levantemos a luchar contra él.

P: En todo el estado, casi cada día, hay una protesta diferente: educación, sanidad, transporte, funcionariado, cultura... ¿No cree que sería más efectivo ponerse de acuerdo y fusionar las movilizaciones?

R: Mucho más. Lo que tiene que haber ya es una huelga general, independientemente de lo que se vaya a conseguir o no. Si yo aparezco en una huelga de maestros, me dicen ‘¿qué coño haces tú aquí?’, porque el objetivo del capital es dividir y lo está consiguiendo: se trata de defender la educación pública, en beneficio de todos, no sólo de los maestros, ni de los alumnos si quiera. Las movilizaciones colectivas, la organización y la unión son las únicas maneras de conseguir poner en jaque al sistema.

P: Hablábamos antes de referentes intelectuales, ¿cuáles son sus referentes políticos?

R: ¡Son tantos! Lenin, Marx, Fidel Castro, Mandela, Ho Chi Minh… Julio Anguita, Salvador Allende, Che Guevara, Patrice Lumumba. Esos y más.

P: ¿Alguna mujer?

R: Rosa Luxemburgo, Clara Campoamor... es difícil encontrar… Vandana Shiva es un gran referente actual. Aminatu Haidar, Ghalia Djimi -que es otra activista saharaui-, Naomi Klein, la joven chilena Camila Valleja. Y en Anticapitalistas está Esther Vivas.

P: Habla en el libro del conflicto que le supone entre ser uno más o poner la cara conocida a una causa. ¿Ya lo ha solucionado?

R: Con el tiempo me he dado cuenta de que al final la noticia no es que hay más de 5oo saharauis desaparecidos por causa de la represión del rey marroquí, sino que Guillermo Toledo da una rueda de prensa o lo que sea: se diluye todo mucho. La fama es contraproducente. La próxima vez que participe en una acción como activista, no voy a ser yo el portavoz. La decisión la tomé en la Puerta del Sol.

P: ¿No se cansa de defender tanta causa perdida?

R: De momento sigo, aunque a veces digo ‘ya está, no estamos consiguiendo nada’. Mis amigos me dicen ‘cállate ya, pesado, no me des la brasa’. A veces llego a casa y digo ‘abandono’. Pero al día siguiente abro un periódico y digo “me cago en la…” y entonces siento la necesidad de continuar.

P: La semana pasada arrestaban al rapero Pablo Hasél por apología del terrorismo. Usted dijo que la condena a Otegi es “pura y dura persecución política” o que el cubano Orlando Zapata era “un delincuente común". Como siga diciendo esas barbaridades, va usted a ser el próximo…

R: No parece una barbaridad decir que Arnaldo Otegi es un preso político, es que lo es. De momento no ha cometido ningún delito y todos los presuntos delitos por los que se le ha juzgado en España han sido revocados por tribunales de la UE. Repito: Otegi es un preso político igual que Hasél es un detenido político. Otra cosa es que yo esté de acuerdo con lo que dicen. ¿Es peor delito la apología del terrorismo, si es que es apología del terrorismo lo que hace Hasel, que el terrorismo en sí? Los que tendrían que estar en la cárcel son Zapatero, Merkel, Sarkozy, Berlusconi, Obama… por delitos de lesa humanidad. Hemos llegado a un punto en que decir es peor que hacer. Yo lucho por la libertad de expresión, sea de quien sea. Que Pablo Hasél diga lo que le dé la gana. Cuando le meta un tiro en la nuca a un concejal del PP, entonces habrá que ir a por él. Los delitos de opinión no me entran en la cabeza. Lo que me entra en la cabeza es el terrorismo, el de estado fundamentalmente.

P: ¿El escándalo de la SGAE es un argumento a favor de quiénes criticabais la Ley Sinde?

R: En el libro hago una crítica brutal a la SGAE y algunos compañeros me dijeron ‘tío, te has pasado, ten cuidado’. Pues, mira ahora: ¡todos a la cárcel! Era obvio que esta gente se estaba llevando el dinero crudo. La SGAE ha sido, es y espero que deje de ser, una mafia con sus sicarios y matones que van a las fiestas patronales a amenazar a los ciudadanos. La Ley Sinde ha sido redactada por dos asociaciones de empresarios norteamericanas: la Oficinia para la Defensa de los Intereses Comerciales de Estados Unidos y la Alianza Internacional de Propiedad Intelectual.

P: ¿Cuándo cree que le volverán a llamar para presentar la gala de los Goya?

R: Nunca.

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