El entusiasmo del 15-M sigue vivo y se expande por el planeta

Domingo 16 de octubre de 2011, por Mar

Jaime Pastor/Viento Sur

¡Qué increíble y qué gusto!” Ése fue uno de los mensajes que me llegaron anoche después de vivir y compartir con centenares de miles de personas una jornada inolvidable en la que “Unid@s por un Cambio Global” salimos a la calle para gritar bien alto que esas elites políticas y financieras que “no nos representan” están saqueando a los pueblos con la coartada de “la crisis”. Pero, como también gritamos ayer, “no es la crisis, es el sistema”...capitalista.

De nuevo la enorme alegría, las extraordinarias imaginación y creatividad que han ido manifestándose en este 15-O, en suma, el entusiasmo colectivo que hemos compartido en la jornada de ayer, han superado las previsiones más optimistas y han demostrado que no sólo está muy vivo el movimiento que emergió hace sólo cinco meses sino que ahora está adquiriendo una escala global.

¿Alguien puede dudar todavía de que este movimiento ha llegado para quedarse y de que su indignación colectiva frente a todo tipo de injusticia es capaz de ir contaminando a nuevos sectores sociales no sólo en el Estado español sino también en el planeta entero? Recordemos, sin embargo, que el inicio de este ciclo rebelde tuvo lugar en las revueltas de Túnez y Egipto y el simbolismo de la plaza Tahrir de El Cairo (si bien tuvieron su antecedente en las protestas en los campamentos saharauis en noviembre de 2010) y que, luego, fue el 15-M español el que irrumpió en el Norte con tal fuerza que ha ido extendiéndose como un referente mundial en pocos meses hasta llegar al corazón del gigante imperialista y financiero, como bien se expresaba en esloganes como el que decía que “nuestro Mubarak global son los bansksters de Wall Street”.

Muchos son los retos de este nuevo movimiento, pero su conversión en actor político global que toma el relevo de otro precedente que no llegó a cuajar –el que protagonizó la movilización también global del 15-F de 2003 contra la guerra de Irak- le augura un futuro esperanzador frente a esta crisis también global y sistémica. Porque si ni siquiera la salida a esta crisis se vislumbra en el horizonte de los mismos que la han generado, hoy sí empieza a emerger la posibilidad de que desde este nuevo movimiento global se pueda ir construyendo otro mundo posible. Por eso el grito de que “De Norte a Sur, de este a Oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste” es quizàs uno de los más emblemáticos de una movilización que se sabe dura y difícil frente al autismo de las elites, pero que no por ello va a desfallecer.

En ese camino el simbolismo de las movilizaciones en lugares tan emblemáticos como Nueva York y Bruselas ha sido reconocido incluso por algunos grandes medios de comunicación y deberá verse reforzado en los próximos tiempos. Porque el “gran rechazo” en construcción tiene en esas ciudades globales a los principales enemigos a los que deberemos enfrentarnos, especialmente los pueblos de ese “Occidente” hoy cada vez más “provincializado” y en declive. Por eso no podemos dejar de lado la centralidad que ha de tener la lucha contra esa “deudocracia” que se nos está imponiendo a unos ya de forma drástica, como Grecia, Portugal e Irlanda, y a otros como el nuestro con la reforma golpista del artículo 135 de la Constitución.

En nuestro caso, además, las elecciones del 20-N nos obligan a tener en cuenta que si bien el movimiento 15-M mantiene una legitimación social enorme entre amplios sectores de la población, la temible victoria del PP también vendrá a recordarnos que otras capas de la población apuestan por una fuerza política ultra-neoliberal y conservadora como “alternativa” frente a un PSOE al que consideran corresponsable de la crisis y de los recortes sociales que están padeciendo. Por eso el movimiento debería esforzarse por ir ampliando alianzas con otras organizaciones sociales y ciudadanas y por participar activamente durante la campaña electoral, como hizo en las jornadas que precedieron al 22-M. El objetivo durante esa campaña debería ser denunciar no sólo las grandes coincidencias entre los dos grandes partidos en su fiel obediencia a la “dictadura de los mercados” sino proponer una agenda política alternativa que le permitiera ir deslegitimando las políticas que el nuevo gobierno quiera emprender.

Entraríamos así en una nueva etapa en la que la tendencia al choque entre la legitimidad del movimiento 15-M y sus aliados, por un lado, y una legalidad electoral que se puede ver pronto erosionada por el servilismo del nuevo partido gobernante hacia “los mercados”, por otro, conduzca a una dinámica de confrontación probable a medio plazo.

Dentro de ese panorama no deberemos olvidar que el también probable ascenso de la nueva formación electoral Amaiur ha de obligar, más pronto o más tarde, a que el movimiento asuma la necesidad de reconocer la realidad plurinacional y pluricultural del Estado español y a reivindicar el respeto al derecho del pueblo vasco a decidir su futuro. Una demanda que sin duda hará más necesaria si cabe, frente a un régimen en crisis, la apertura de un nuevo proceso constituyente superador de aquella “Inmaculada Transición” que sólo ha sido cuestionada recientemente para contitucionalizar el neoliberalismo.

16/10/2011

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