Declaración de la Campaña por una Auditoría de la Deuda Griega

Lunes 20 de febrero de 2012, por Mar

12 de febrero de 2012

http://auditoriacidada.info

El nuevo tratado internacional y el memorándum que acompañan a la «reducción» de la deuda pública griega empujan al pueblo griego rumbo a aún más pobreza. Su implementación implicará, inevitablemente, una caída dramática en la calidad de vida y en las condiciones laborales y nos convertirá en esclavos de los acreedores del Estado. La reducción de pensiones y salarios, la revocación de la legislación relativa a la negociación colectiva (violando lo dispuesto en el art. 22 de nuestra Constitución) y el despido de 150 mil funcionarios públicos tendrán como consecuencia el hambre generalizada y salarios de 300 o 400 euros mensuales. El desempleo, ya en níveles históricos, alcanzará el 30 por ciento. Esta nueva reducción del gasto público, sobre todo en la sanidad, hará disminuir la esperanza media de vida y los índices de mortalidad alcanzarán niveles semejantes a los de África. La próxima ronda de privatizaciones va a dejar la salud del pueblo griego en manos de empresas privadas, negando al Estado una fuente de ingresos en el futuro. El art. 13 del nuevo acuerdo determina que la emisión de obligaciones sea hecha en consonancia con la legislación británica y luxemburguesa, lo que constituye un insulto y una humillación para un Estado soberano e impone el cautiverio virtual de todo un pueblo, al intentar impedir cualquier renegociación de la deuda. Ya ahora, también protege a nuestros acreedores del impacto de una eventual salida de Grecia de la Zona Euro.

Por todos estos motivos, la Campaña por una Auditoria de la Deuda Griega, conjuntamente con el pueblo griego, exigió que el Parlamento rechazase tanto el nuevo Tratado como el nuevo Memorándum, que intentan apenas reforzar la Implicación de Actores Privados [Private Sector Involvement, PSI]. Exigimos la suspensión inmediata e incondicional de los pagos a los acreedores del Estado y la disponibilidad de los registros de la deuda, para que puedan ser auditados. Finalmente, tiene que ser oído nuestro llamamiento de hace largo tiempo para que Alemania pague los créditos exorbitantes que extorsionaron a Grecia durante la ocupación nazi (entre 1941 y 1945) y haga la debida compensación por los daños catastróficos provocados por la ocupación.

Es necesario suspender inmediatamente los pagos y posponer el intercambio de obligaciones previsto por el acuerdo PSI. En caso contrario, nuestros fondos de pensiones, que pierden 12 mil millons de euros con este acuerdo, entran en bancarrota, en cuanto se paga, escandalosamente, de forma íntegra, el primer préstamo de rescate de la Troika, de 110 mil millones de euros (que ni siquiera llegó a ser votado en el Parlamento). La suspensión de pagos a los acreedores del Estado es, además, una exigencia constitucional, porque estamos en pleno estado de emergencia, no siendo posible reembolsar a los acreedores y, al mismo tiempo, financiar sectores públicos esenciales (como la sanidad, la educación y la seguridad social). La Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de La Haya reconocen, ambos, que el estado de emergencia es una razón legítima para anular obligaciones internacionales, particularmente a través de la suspensión de pagos. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoció este mismo principio en relación a la deuda rusa, decretando que el interés público es superior a cualquier exigencia financiera de los acreedores.

El gobierno de [Lucas] Papademos y la Troika serán, en un futuro próximo, responsabilizados por las políticas catastróficas, inhumanas, ilegales e inconstitucionales que están implementando. El nuevo tratado internacional, y cualquier otro texto semejante que altere radicalmente las condiciones de vida de las personas, solo podría tener fuerza legal y legitimidad si hubiese sido refrendado; el pueblo griego considera nulos y sin efecto textos de esta naturaleza, que lo condenan a la esclavitud, así como los memorándums y las políticas subsiguientes, por no haber sido democráticamente validados a través de un referéndum.

Las decisiones de la reciente cumbre de la Zona Euro y los catastróficos paquetes de políticas del FMI que nos fueron impuestos por el gobierno de Papademos crean un cataclismo social, pero no llegarán a los objetivos que se proponen. No evitan el incumplimiento, antes lo tornan más inminente. Hasta los alemanes ya reconocen que, más tarde o más temprano, nos van a ser impuestos nuevos paquetes de austeridad, nuevos tratados expoliadores, y aún más empobrecimiento. No hay alternativa, dicen ellos.

Lo que el gobierno y la Troika están haciendo, de hecho, es imponer una violenta redistribución de la riqueza a favor de los más ricos, destruyendo la vida de los desfavorecidos, desmantelando el Estado del Bienestar (sanidad, educación, seguridad social y servicios públicos), y transformando a Grecia en una nueva colonia, gobernada por gauleiters [denominación nazi para líderes locales] alemanes. La Campaña por una Auditoría de la Deuda Griega, conjuntamente con otras organizaciones, denunció en su momento este puro ataque de clase, que tiene como objetivo hundir a la sociedad en la miseria, aboliendo derechos sociales conquistados a través de décadas de lucha.

Proponemos la estrategia opuesta: suspensión inmediata del pago de la deuda, auditoría a la deuda, prestaciones y subsidios efectivos, aumento real de los salarios, de las pensiones y del subsidio de desempleo, nacionalización del sistema bancario y fortalecimiento intensivo de las redes de apoyo social y del Estado del Bienestar. Es la única solución para el pueblo griego y está en las antípodas de lo que está siendo la propuesta por la Troika y el gobierno. Solo así conseguiremos redistribuir la riqueza a favor de los más pobres, reducir las desigualdades y democratizar las esferas política y social. Todo esto es posible y hasta generará crecimiento económico. Pero solo lo conseguiremos si la sociedad ocupa las calles y expulsa a los banqueros del gobierno. Papademos hizo aprobar en el Parlamento la progenie monstruosa del FMI, del BCE y de la UE, pero el juego empieza ahora. La lucha popular va a derribar, y en breve, a los bandidos y a sus leyes.

Traducción de Adrián Sánchez

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