Ante la constitución del nuevo gobierno andaluz: construir desde ya la oposición de izquierdas en la calle a la austeridad de Rajoy y de Griñán.

Viernes 4 de mayo de 2012, por Mar

"Apelamos a estos sectores para impulsar ese referente de izquierda combativa en la calle y para recuperar la legitimidad que sólo puede dar ahora la independencia de las siglas vinculadas al socialiberalismo y a los futuros recortes en Andalucía".

Derrota electoral de la derecha. Los resultados electorales han supuesto un jarro de agua fría sobre las expectativas del Partido Popular, que incluso ha perdido votos en relación a las últimas elecciones andaluzas (más de 160.000) y a las últimas elecciones generales (más de 400.000). Esto demuestra que la derecha no acaba de ganar terreno gracias a la movilización social de los últimos meses contra sus recortes, especialmente gracias a la toma de conciencia que precedió a la Huelga General del 29 de marzo. El PP sólo es capaz de ponerse ligeramente por delante del PSOE debido al descalabro de este último partido que ha gobernado desde la crisis contra su propia base social y electoral. La abstención ha sido el principal destino que ha recogido el descontento de los votantes del PSOE, pero también Izquierda Unida ha ganado una parte de ese descontento.

Una acumulación de fuerzas por la izquierda fruto de la oposición en las calles a Zapatero y Griñán. Durante estos tres años el espacio para la concertación y el acuerdo con la patronal y el gran capital se ha evaporado. La crisis ha pulverizado los espacios intermedios en los cuales el antiguo gobierno de Rodríguez Zapatero se movía cómodamente manteniendo las líneas de las políticas neoliberales, pero aplicando algunas medidas sociales con los réditos de la burbuja inmobiliaria. Con la crisis, el PSOE se tuvo que posicionar y gobernó contra la clase trabajadora, desmoralizándola; desorientándola con el discurso de la inevitabilidad y de las responsabilidades compartidas; y allanó el terreno al retorno del PP legitimando las políticas de ajustes, privatizaciones y recortes de derechos. Frente a ello, y no con dificultades por los fuertes lazos con el PSOE de las direcciones sindicales de CCOO y UGT (especialmente con la dirección de este último), el proceso de movilización de estos tres años ha ido acumulando fuerzas en el campo de la izquierda y ha ido ayudando a crear un sentido común alternativo al dominante, extendiendo la idea de que la crisis no debe pagarla la clase trabajadora. Toda la izquierda con posiciones más combativas ha ido desplegando su potencial y aportando en esta línea.

Izquierda Unida: una orientación oportunista que lleva a la movilización al callejón sin salida del institucionalismo.

Para que la unidad en la lucha deje de ser una simple consigna y se convierta en victorias de l@s de abajo no existen atajos. La removilización social es el mejor aliado. La orientación de IU de cogobernar con el PSOE deja claro cuál es su prioridad. Antepone la gestión de las instituciones a la construcción de la movilización en la calle. No se puede estar en ambos lados. O se justifican y apoyan las medidas de la Junta, y por tanto se contiene la respuesta en la calle, o se construye ésta desde abajo y de forma unitaria.

La lucha contra la reforma laboral, contra el tijeretazo, contra el rescate bancario, contra la privatización de las universidades, contra el pensionazo, contra las privatizaciones...todas esas luchas en las que se ha acumulado la masa necesaria para ir tejiendo una alternativa no puede llevarse ahora a un gobierno con el mismo actor que puso en marcha todas esas agresiones. La salida a estos tres años de lucha no puede ser un gobierno socialiberal sino una estrategia de movilización y desobediencia civil continuada en el tiempo, desde donde construir una alternativa política. No hay espacios intermedios ni posibilidad de pacto social, una verdadera guerra social se ha lanzado contra l@s trabajador@s y l@s de abajo, el conflicto está abierto.

IU da con esta entrada en el gobierno andaluz un discurso que desorientará aún más a toda la gente que participa de las resistencias cotidianas contra los ataques a los derechos conquistados. Ni siquiera sirve a las bases críticas del PSOE que han participado de las movilizaciones contra su propio gobierno. Aún más, cuando Cayo Lara en la víspera del 1º de mayo hablaba un pacto de estado por el empleo y se lo ofrecía a Rajoy vuelve a despistar y a desorientar a los millones de trabajadores y trabajadoras que se preparaban para tomar una vez más las calles. No hay margen de negociación ni con la patronal ni con los gobiernos, y menos con Rajoy. Sólo desde la calle, con un discurso claro y coherente, haremos peligrar sus políticas y cuestionaremos sus instituciones y estaremos en condiciones de imponer una salida al sufrimiento de millones de trabajadores y trabajadoras asfixiad@s por el paro, los desahucios y la privación de derechos laborales, sociales y democráticos.

Lamentable también nos parece el apoyo externo ofrecido por Equo a esa decisión, aunque la historia de sus referentes internacionales no lo hace sorprendente (sus partidos hermanos franceses que son socios preferenciales del Partido Socialista Francés o alemanes, que incluso gobiernan con la derecha en algunos estados y municipios). Estas orientaciones no favorecen la construcción de la removilización social en la calle.

El engaño de la muralla frente a Madrid y el falso discurso del mal menor. Andalucía tiene una especial situación de vulnerabilidad frente a la crisis que tiene que ver con su punto de partida. Durante estos años la política socialiberal del PSOE no ha permitido construir una muralla de defensa de derechos y de la situación económica y social en la que viven las gentes trabajadoras de nuestra tierra. Muchos afiliados de Izquierda Unida utilizan el discurso del mal menor para referirse a este nuevo gobierno, mientras su dirección se compromete en el mismo avalando las políticas actuales y pasando por encima de las resistencias sociales que se han venido dando contra las políticas de la Junta. Así IU ningunea al movimiento estudiantil apoyando explícitamente el campus de excelencia en el pacto con el PSOE o pasa por encima de la lucha contra la reordenación-privatización encubierta-de la administración pública andaluza. IU mira a otro lado en el proceso masivo de privatización de servicios, extensión de la precariedad, externalización y subcontratación que la Junta de Andalucía ha desarrollado en los últimos años, proceso que el sindicalismo de base ha intentado frenar. La muralla que hay que construir frente a los recortes del PP no puede basarse en la austeridad de “izquierdas” de Griñán ni del anterior gobierno de ZP. Cuando Diego Valderas afirma que los despidos en la administración pública se van a hacer con la antigua indemnización anterior a la reforma laboral pasa por encima de las luchas de todos aquellos sectores que hemos dicho que los recortes son injustos y evitables.

Ni siquiera en el estricto marco de competencias de la Comunidad Autónoma el acuerdo es capaz de arrancar avances contrastables y posibilistas como la reducción de los conciertos educativos y sanitarios con empresas y con la Iglesia católica. Además, no hay que perder de vista que desde la Junta de Andalucía les tocará gestionar y aplicar las grandes contrarreformas del PP como el copago farmacéutico, la negación de la asistencia sanitaria a los y las inmigrantes, el aumento de la ratio en la escuela, el desmantelamiento definitivo del famélico sistema de atención a la dependencia y otros ataques con los que el gobierno de Rajoy nos amenaza cada viernes.

La muralla frente a los recortes va a depender de que la clase trabajadora, las mujeres y la juventud amplíen su capacidad de movilización y de organización y haya un salto cualitativo en los métodos y formas de lucha. Con este discurso de IU se generan falsas expectativas que pueden desmovilizar a amplios sectores.

Construir desde ya la oposición de izquierdas a la austeridad de Madrid y la de Andalucía. No dejar que retorne el pesimismo ni la despolitización. Izquierda Anticapitalista, tomando en cuenta todo lo anterior, tomará la iniciativa en estas semanas de reunirse con toda la izquierda que quiere construir una alternativa independiente del socialiberalismo. Con toda la izquierda que quiere coordinarse para seguir construyendo ese escudo social a partir de movilizaciones masivas, con un salto cualitativo en su organización y en sus métodos, como la necesaria huelga general rotatoria por sectores, con el objetivo de ir preparando una nueva Huelga General. Se trata de desobedecer las políticas injustas. Es posible vencer, pero para ello es necesario otra izquierda y otra orientación. Este gobierno de PSOE-IU sólo provocará desmovilización, derrota y pesimismo. Este gobierno, que cogestionará los futuros recortes, ahondará más en la desconfianza y en la despolitización de la clase trabajadora ante una nueva decepción de sus referencias. Y lo hará cuando necesitamos lo contrario: aumentar el nivel de discusión, combatitividad y participación de las gentes trabajadoras. Por eso llamamos a construir una oposición de izquierdas en la calle al gobierno de Rajoy y de Griñán desde ya. Apelamos especialmente a la responsabilidad de la CUT. También a la de los cientos de militantes del Partido Comunista de Andalucía que hoy son más fieles a una oposición frontal a este sistema depredador que a unas siglas y a su dirección. Apelamos a estos sectores para impulsar ese referente de izquierda combativa en la calle y para recuperar la legitimidad que sólo puede dar ahora la independencia de las siglas vinculadas al socialiberalismo y a los futuros recortes en Andalucía.

Éste es nuestro tiempo y comienza ahora

Izquierda Anticapitalista-Andalucía

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