“Lucrecia murió asesinada por ser pobre y negra”

Martes 13 de noviembre de 2012, por Mar

Redacción web | Diagonal

A las nueve de la noche del 13 de noviembre de 1992, el guardia civil Luis Merino Pérez acabó a tiros con la vida de Lucrecia Pérez y trató de hacer lo mismo con César Augusto Vargas, otra de las personas que dormía entre las ruinas de una discoteca en Aravaca. Asociaciones de este barrio madrileño agrupadas en la Plataforma Ciudadana contra el Racismo y la Xenofobia han recordado con un documental y una serie de actos el que fue considerado primer asesinato con un móvil claramente racista en la España postfranquista.

La asesinada llevaba tan sólo un mes y medio viviendo en España, a donde había llegado desde República Dominicana con 33 años para ahorrar algo de dinero que permitiera pagarle unos estudios a su hija. Aravaca, un barrio residencial de la zona noroeste de Madrid, concentraba una población inmigrante que, como Lucrecia Pérez, trabajaba en el servicio doméstico. En el momento de su asesinato, no obstante, Pérez no tenía trabajo y se veía obligada a vivir entre las ruinas de la discoteca Four Roses después de haber sido despedida de su empleo como interna en un domicilio del barrio.

Fue allí donde, según destacan las asociaciones, toda una campaña de los medios de comunicación locales se dedicó a señalar este punto de paso de la población inmigrante después de un pequeño enfrentamiento entre éstos y la policía durante una redada de identificación en la que trataron de llevarse a dos ciudadanas dominicanas que no tenían ’papeles’. Esto ocurría el 1 de noviembre. "Una parte de la prensa jugó un papel muy importante en lo sucedido, señalando a los migrantes como delincuentes. La mecha estaba encendida", señala la Plataforma.

Luis Merino Pérez y sus cómplices Felipe Carlos Martín, Víctor Julián Flores y Javier Quílez serían condenadas a 126 años de cárcel en un juicio que demostró el móvil exclusivamente racista del asesinato de Lucrecia y de la tentativa de homicidio contra César Augusto Vargas, planeado en la plaza de los Cubos, conocido centro de reunión de la extrema derecha en Madrid. Según señala la plataforma, "Lucrecia murió por ser pobre y ser negra", una interpretación que fue la dominante también en su momento y alertó al gran público sobre la existencia de grupos organizados de extrema derecha que actuaban con la connivencia o colaboración de los cuerpos de seguridad del Estado.

Lejos de remitirse a un pasado superado, una de las vecinas que ha participado en los actos explica que "el aniversario de la muerte de Lucrecia, con toda su importancia, es la forma de hablar de un tema actual como es el aumento del racismo y la xenofobia ante el intento de eliminación del Estado de bienestar". Medidas como la exclusión de las personas sin tarjeta de residencia de la atención sanitaria universal o el internamiento de muchas de ellas en los Centros de Internamiento de Extranjeros son para la plataforma dos ejemplos actuales de ese racismo institucional.

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