Rajoy abre la puerta a la precariedad laboral con los polémicos minijobs

Lunes 4 de marzo de 2013, por Mar

daniloalba.blogspot.com.es

La pasada semana, el Telenoticias de La Sexta entrevistó a Daniel Albarracín sobre el nuevo plan de empleo juvenil anunciado por Rajoy. La noticia completa, conjuntamente con el vídeo de la misma, puede seguirse aquí, en la que sólo aparece un comentario menor sobre los efectos estadísticos del paro de un plan como este que promueve el empleo a tiempo parcial bonificado para personas menores de 30 años. El conjunto de la noticia muestra con un balance positivo algunos peligros de esta política de empleo, esto es, se trata de una buena noticia abordada con un buen enfoque de los periodistas.

Pongo a continuación en este post algunos primeros comentarios que pueden servir de andamiaje de interpretación del alcance de este tipo de plan, por si resulta de utilidad:

Aún no se conoce en detalle el plan. Se trata de un plan con 3500 millones, procedente de ayudas europeas, cuya distribución presupuestaría irá destinada a bonificaciones, formación e intermediación. En la distribución presupuestaría y en los grupos de trabajo han participado las grandes centrales sindicales, así bien no en el diseño del contrato, con el que están disconformes.

Debe señalarse, en base a la experiencia anterior de estas políticas de empleo que ¡Las bonificaciones no sirven apenas para nada!. ¡Y en los tiempos que corren no hay que formar tanto como invertir en creación de empleo en áreas con efecto multiplicador duradero de creación empleo y socialmente útiles!.

Hay que tener presente que:

  • Un plan de empleo basado en bonificar a unos colectivos y no a otros no genera empleo, sólo altera las prioridades de los empleadores a la hora de escoger entre colectivos.
  • Las políticas de empleo influyen en la calidad del empleo pero no en su cantidad, pues este último factor depende de las políticas económicas y su repercursión en la inversión, el consumo y la financiación del tejido productivo. Las politicas de empleo influyen en la calidad del empleo, pero la cantidad depende de la actividad del ciclo y la política económica. Lo que se necesitan son políticas de inversión directa financiadas con una reforma fiscal progresiva a las rentas del gran capital.
  • Esta iniciactiva arrastra reminiscencias del plan de empleo juvenil que condujo a la Huelga General del 14D de 1988. Posiblemente generará un efecto sustitución de empleo bien remunerado por otro que no lo será. al final acabarán trabajando dos chavales por mucho menos de lo que cobrará una persona antes a tiempo completo. Y lo harán en los momentos donde haya más actividad y puntas de trabajo, con una productividad mayor, y de manera más flexible para el empresariado.
  • Reducirá artificialmente las estadísticas de paro porque el empleo a bonificar será a tiempo parcial, que se contabiliza como un empleo al fin y al cabo cuando también podría entenderse como desempleo a tiempo parcial. Debemos enfatizar que para ver cómo y hasta qué punto se crea empleo debemos partir de estudios que refieran a creación de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, y, por añadidura, caracterizar la calidad del empleo refiriéndonos al nivel salarial mínimo, tanto por hora como por mes (este segundo es el que alude a la posibilidad de salir de la trampa de la pobreza de los working-poor, o a las posibilidades de desarrollar un proyecto de vida emancipado), la estabilidad del empleo y los derechos asociados. Estos tipos de empleo, conocidos ya en Alemania como minijobs, donde hay 7 millones y más de 4 millones de ese conjunto son empleos en exclusiva (no combinados con otros), impiden salir de la trampa de la pobreza, ligándose al fenómeno de working-poor.
  • Esto drenará los ingresos a la seguridad social, porque parte de sus recursos abaratará los costes laborales referidos a las cuotas a la seguridad social, poniendo en mayor riesgo a las pensiones.

En fin, un fracaso total de diseño.

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