¡Insumisión feminista a la LOMCE!

Jueves 3 de abril de 2014, por Mar

Lucía Cayro | Viento Sur

A las invisibilizadas y a Esther, que fue la primera en hacer un análisis feminista de la LOMCE

El feminismo es un conjunto muy rico y variado de ideologías y movimientos políticos, culturales, económicos… que luchan por la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, esta igualdad no se construye en base a lo genéricamente masculino, que es como se configura la sociedad, sino que el feminismo se establece como una herramienta de lucha para invalidar la jerarquía de género con todas las transformaciones de la sociedad que ello requiere. Y es que, como dice Bensaïd: “¡Y viva la diferencia que sepa distinguirse! Pensar en una igualdad no homogénea, una igualdad que tenga en cuenta la heterogeneidad y la infinita singularidad, en eso consiste precisamente (…) la democracia por venir.” Para mí el feminismo, como versa la famosa cita de Angela Davis, “es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas” y como personas hemos de saber convivir con y apreciar la diferencia ya sea de sexo, raza, orientación sexual y un largo etcétera. Es esencial defender que ésta no se convierta en desigualdad. A esta idea de la diferencia volveré más adelante, porque es clave para un análisis feminista de la educación.

Esa profecía que le contaban a nuestras hermanas mayores y a nuestras madres de que alcanzaríamos la igualdad cuando lográsemos la misma formación que los hombres, esa concepción progresista de la historia, no se ha cumplido, y es que la historia no es gradual y la opresión de la mujer está atravesada por múltiples intersecciones en un tiempo quebrado. En el tercer trimestre de 2013 la tasa de actividad total era del 59,59%, siendo la tasa femenina del 53,13% y la de los hombres del 66,42%/1. Y sin embargo, el 54,3% del total de estudiantes en la universidad son mujeres y su presencia es mayoritaria en todos los niveles de formación universitaria. Lo que es más, la proporción de mujeres se incrementa entre las personas con título universitario hasta situarse en el 59,1% del total/2. El feminismo no es cosa del pasado, es necesario, vital, porque hoy día teniendo mayor formación académica que los hombres, nuestra tasa de actividad es menor (siendo nuestra inserción mayor a mayor formación). En la sociedad sigue habiendo un escalón entre hombres y mujeres que se acentúa con la crisis y nos condena a la sumisión, a la precariedad y al hogar, así que como bien dice Teresa Rodríguez, “Feminismo para ser felices”/3.

Es precisamente necesario porque envuelve todos los aspectos de nuestra vida, porque cosas que parecen normales y cotidianas tienen significado si se analizan desde el punto de vista de género. Como estudiante, feminista y activista estudiantil me parece esencial realizar un análisis violeta de la educación y de las reformas en el sistema educativo que estamos viviendo. Ponernos las gafas moradas y destapar lo “invisible” es hoy día una tarea necesaria a nivel transversal, a realizar desde el feminismo y el resto de movimientos sociales y organizaciones, para ser capaces de encontrar esas intersecciones que nos den herramientas para trabajar y unir las luchas.

No podemos olvidar que la educación legitima el orden social vigente, asegurando la permanencia de privilegios de clase, raza, sexo u otra condición. Los grupos en el poder dictan las normas escolares generando una violencia simbólica. Estudiando el sistema educativo, el aula y las relaciones cotidianas que allí se dan se constata que la imagen objetiva, neutra y aséptica que tenemos de la escuela, el instituto o la universidad se desmorona. Los conocimientos no se transmiten sin distinción de raza, clase social o sexo, sino que se reproduce el sistema de poder. En la escuela también nos enseñan a ser mujer en torno a una identidad de género determinada, porque como decía Simone de Beauvoir “No se nace mujer: llega una a serlo”.

El sexo no basta para determinar ser mujer u hombre, es necesaria una identidad genérica. Identidad que se construye en torno al espacio que ocupamos, los roles que se nos asignan, los contenidos que damos y otros tipos de violencia simbólica sutil también presentes en la escuela y el resto de niveles educativos. La historia y la ciencia se dan en las aulas desde una perspectiva androcéntrica con falta de referentes femeninos con los que construir una identidad de género distinta a la actual, que tiene una gran carencia de reconocimiento de la importancia de la participación de las mujeres en los procesos sociales, carencia que se acentúa con la desaparición de asignaturas que favorecen un espíritu crítico como Filosofía con la LOMCE, y con la financiación de centros que segregan al alumnado por género. Es importante comprender que, como defiende Freire, aceptar la diferencia, no como una carencia sino como una condición del ser, es algo esencial para defender una educación de calidad.

Además, hay que ver la escuela y el instituto (e incluso el campus universitario) también como un espacio de socialización en el que se reproduce y construye el papel de género. Hace unos días una compañera de Marea Verde me comentaba que si se pinta el recorrido de las niñas de un color y el de los niños de otro en el suelo del patio de su instituto vemos que ellas ocupan una pequeñísima parte, un corrito, y ellos lo ocupan todo. Los niños ocupan el patio, hacen deporte en las pistas, por todo el recreo, mientras las niñas hablan entre ellas; y si no sigues este esquema, te queda la exclusión social, la “machorra” o el “afeminado” suelen verse desplazados en la sociedad. Si no se educa en la diferencia, se potencia que los niños practiquen deporte con las niñas, se deconstruyen esos roles de género marcados, y una larga lista de tareas que no pueden realizarse en centros que segreguen y sin asignaturas que potencien el pensamiento crítico y el respeto, este esquema se seguirá reproduciendo.

Así, habiendo analizado someramente el papel esencial de la educación en la construcción de la identidad de género, su relación con el heteropatriarcado y el rol que juega en la reproducción de la ideología dominante, me dispongo a analizar la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa –LOMCE-/4, centrándome en una perspectiva feminista, dado que largo y muy rico se ha escrito ya desde una perspectiva de defensa de la pública, de los pueblos o de clase.

Para empezar, la LOMCE permite conciertos con centros que segreguen por sexos para que reciban financiación pública, siempre que lleven a cabo las medidas establecidas contra la discriminación, parece ser que recibir una educación diferente según sea tu sexo no es discriminación (sic):

«En ningún caso habrá discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. No constituye discriminación la admisión de alumnos y alumnas o la organización de la enseñanza diferenciadas por sexos, siempre que la enseñanza que impartan se desarrolle conforme a lo dispuesto en el artículo 2 de la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO el 14 de diciembre de 1960.»

Volviendo a la idea que comentaba antes de que la diferencia no es una carencia, sino algo esencial en tanto que condición del ser, y por tanto una parte vital de la defensa de una educación de calidad, ¿si el estudiantado del centro no convive con el otro sexo, qué educación en el respeto de la diferencia de sexo van a recibir? ¿Cómo van a desarrollarse medidas contra la discriminación de seres que en uno de los principales lugares de socialización de la infancia no están presentes?

No es solo el concierto con centros que segreguen por sexo, es también el hecho de que la oferta existente de centros públicos y privados concertados variará según la demanda social, desapareciendo así el compromiso del Estado de garantizar una plaza en un centro público en Primaria/ESO/FP (las 3 enseñanzas gratuitas) con el cambio del artículo 109. Además, también se podrán “convocar concurso públicos para la construcción y gestión de centros concertados sobre suelo público”. No podemos olvidar que la mayoría de centros concertados y privados pertenecen a órdenes religiosas o tienen relación con la Iglesia, promoviendo una moral conservadora en la que el papel de la mujer es de sumisa y que suele condenar o reprochar derechos reproductivos como el aborto. Si además el centro segrega por sexo y así también la manera en la que se lleva a cabo la enseñanza, la identidad de género allí reproducida y enseñada reforzará aún más las actuales, que favorecen la desigualdad. Además, mencionar sin analizar en profundidad que el director y el Consejo Escolar tendrán un mayor papel en la elección del profesorado, lo cual puede permitir que se produzca discriminación por razón de sexo u otros motivos en la contratación, afectando en la docencia. La escuela debe ser un lugar en el que se fomente el respeto, la igualdad real y la tolerancia y la LOMCE nos aleja de esto, si no educamos en la variedad, no aprenderemos a apreciar la diferencia.

Lo que es más, esta ley incluye la Religión como asignatura evaluable y que contará en el expediente académico, con los valores que la enseñanza de esta asignatura implica: la familia tradicional, la sumisión, el rechazo al aborto, todos ellos devuelven a la mujer a su lugar tradicional, al hogar, y favorecen que se enseñe una identidad de género sumisa y atenta. La Iglesia católica ha ejercido y ejerce gran poder en la preservación de la opresión machista. La religión será evaluable y contará para las becas, o en su defecto, Valores Sociales y Cívicos en Primaria y Valores Éticos en ESO, a lo que yo me pregunto, dado el papel de reproductor de ideología del centro de estudios, ¿qué valores éticos vendrán en el currículum de la asignatura? A la vez, ya no habrá Educación para la Ciudadanía para el estudiantado y Filosofía ya no se cursará en segundo de bachillerato, con lo cual el pensamiento crítico, el cuestionamiento del orden actual (incluido el patriarcal) y una educación integral quedan muy lejos de la educación que plantea la LOMCE.

Además, con esta ley orgánica aparece la Formación Profesional Básica para sustituir los PCPI. Según el artículo 30, el equipo docente podrá proponer a los padres, madres o tutores legales, en su caso a través del consejo orientador, la incorporación del alumno o alumna a un ciclo de Formación Profesional Básica cuando el grado de adquisición de las competencias así lo aconseje, siempre que según el artículo 41, se tengan cumplidos quince años, o se cumplan durante el año natural en curso, y no se superen los diecisiete años de edad en el momento del acceso o durante el año natural en curso. Se debe además haber cursado el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria o, excepcionalmente, haber cursado el segundo curso de la Educación Secundaria Obligatoria. Para analizar esta reforma necesito recurrir a la historia, en los años 70 cuando las mujeres seguíamos en el Estado español confinadas al hogar, los resultados académicos de los chicos eran mejores que los de las chicas. En los 80 (con el boom del movimiento feminista aquí) se igualaron; a partir de entonces, con la incorporación de la mujer al mundo laboral (obteniendo cierta independencia, pero siguiendo realizando el trabajo del hogar y dedicándose más a tareas de cuidados y sectores en general precarios), los resultados académicos son mejores en las mujeres y las tasas de abandono menores/5. Esto no es casual, ellos tienen mayor posibilidad de entrar en el mercado laboral antes, ya que a nosotras nos piden mayor cualificación para trabajar, mayor número de méritos y si dejamos de estudiar antes de los 16 quedamos muy probablemente confinadas al trabajo en el hogar. Por ello, si en el Instituto deciden que “no servimos para estudiar” (véase, que nuestro grado de adquisición de las competencias así lo aconseja) y nuestra familia lo aprueba, nos veremos confinadas a la Formación Profesional Básica o al hogar, y esa disyuntiva no lo es tanto, puesto que a menor formación, menor es nuestra incorporación al mercado laboral, que es lo que puede darnos cierta “independencia”. Así pues, si ya la Formación Profesional Básica condena en general a la precariedad, a nosotras, con menores sueldos y más dificultad a la hora de encontrar un trabajo, no solo nos condena a la precariedad, sino a la dependencia económica de otra persona, con la frustración y la violencia (simbólica/psicológica/física) que ello conlleva. A esto se le suma que en 3º de la ESO el estudiantado deberá elegir si quiere continuar sus estudios para cursar Formación Profesional Media o prepararse para la Universidad, con un análisis paralelo a lo expuesto anteriormente, potenciando la FP para obtener trabajadores técnicos precarios, dado que “sobran” universitarias, potenciándose la cualificación de trabajadores técnicos, más precarios, baratos y flexibles que una persona con título universitario.

Para concluir, las Universidades podrán determinar según esta ley la admisión a las enseñanzas universitarias, pudiendo fijar procedimientos de admisión a éstas, “debiendo respetar los principios de igualdad, no discriminación, mérito y capacidad”. Se han realizado numerosos estudios sobre la discriminación e invisibilización de las mujeres en la Universidad, algunos de ellos publicados en la revista Nature6/, así que queda demostrado que con esta reforma se corre el riesgo de que en los procesos de admisión se reproduzcan estas dinámicas, viéndose las mujeres con mayores dificultades a la hora de entrar a la Universidad y necesitando mayores méritos para garantizar su acceso.

Así, en conclusión, desde una perspectiva de género y como venimos coreando en el movimiento estudiantil, ¡Insumisión a la LOMCE! ¡Ni sumisas, ni pasivas, estudiantes combativas!

1/02/2014

Lucía Cayro es activista estudiantil, feminista y militante de IA-Sevilla

http://anticapitalistasevilla.blogs...

Notas

1/ http://www.ine.es/daco/daco42/daco4...

2/ http://www.mecd.gob.es/dms/mecd/edu...

3/ http://blogs.publico.es/dominiopubl...

4/ https://www.boe.es/diario_boe/txt.p...

5/ http://www.scholarum.es/es/contenid...

6/ http://www.nature.com/nature/journa...

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