Debates y reinicios anticapitalistas

Viernes 16 de enero de 2015

Brais Fernández y Raul Camargo || Público.es

Militantes de Izquierda Anticapitalista.

Este próximo fin de semana (17 y 18 de enero) Izquierda Anticapitalista celebra su II Congreso Confederal. Es necesario no sólo porque toque desde un punto de vista estatutario, sino porque durante el último periodo muchas cosas han cambiado en el panorama político. En primer lugar, nuestro propio rol como organización; hemos pasado de ser una organización activista, animadora de muchos movimientos sociales y movilizaciones, a una organización que tras participar en la fundación de Podemos, se ha situado en el centro del mapa político, con todo lo que eso supone.

Pero esto no nos provoca amargura en absoluto: que una organización revolucionaria, cuyo objetivo es una democracia socialista en donde los de abajo lo posean y decidan todo, haya sido capaz de vincularse al cambio político, de aparecer como una herramienta útil, hace que lleguemos a este congreso llenos de ganas y energías. Y de retos.

¿Qué retos tenemos a corto plazo? Marx y Engels decían que los revolucionarios no tienen intereses al margen de los oprimidos y explotados. Todos y todas tenemos que remar juntos para acabar con las políticas de austeridad, echar a los que han saqueado a las clases populares, ocupar de nuevo lo común, apoyar todos deseos democráticos (incluido algo muchas veces tan incómodo para la izquierda española como es el derecho a decidir de los diferentes pueblos del Estado Español), apoyar los procesos transformadores en otras partes del globo (¡No podemos dejar de mirar expectantes a Grecia!), contribuir a frenar los recortes en los derechos de las mujeres y la destrucción del planeta por parte de una lógica de acumulación suicida.

Siempre hemos creído que la izquierda política debe vincularse a la gente, participar y aprender de los procesos populares, sin tener miedo al mestizaje y a contaminarse. El 15M y Podemos han sido escuelas de aprendizaje tremendas, acontecimientos en donde las palabras se convertían en hechos; como diría nuestro añorado Daniel Bensaid, una “profanación de la política”. Las renovadas formas de auto-organización experimentadas en las plazas, la democracia consensual entre iguales, el uso de las nuevas herramientas comunicativas; mucho nos han enseñado los movimientos durante estos años. Y lo que nos queda por aprender.

Creemos que hoy por hoy Podemos es la mejor herramienta electoral para echar a los partidos del régimen pero apostamos por ir más allá de lo electoral. Ganar en las calles, cambiar la correlación de fuerzas en los centros de trabajo, construir un movimiento popular capaz de ganar las elecciones, sostener el gobierno y gobernar transformando la sociedad son el horizonte que queremos contribuir a construir. No negamos que nuestros objetivos son ambiciosos. Frente a la doctrina de la derrota, que dice que para conseguir casi nada hay que renunciar a casi todo, nosotros no renunciamos a nada, ni a las pequeñas cosas que mejoran la vida de la gente ni a la transformación social que sólo puede ser realizada desde abajo y por las de abajo: nuestro lema para estos tiempos sería un “sí se puede” con mayúsculas, sin renuncias, desde la apertura y la innovación permanente.

También creemos que tocan cambios en Izquierda Anticapitalista. Por eso hemos propuesto a la militancia de Izquierda Anticapitalista que nos transformemos en un “Movimiento”, un espacio asambleario que busque impulsar los planteamientos anticapitalistas en todos los rincones de la sociedad y que nos permita contribuir mejor a esa oleada de cambio e ilusión que representa Podemos. Es obvio que nosotros no aspiramos, como viejos partidos estalinistas totalitarios, a auto-proclamarnos “los únicos legítimos representantes de las aspiraciones populares”. Nuestra apuesta es la unidad popular y el pluralismo, es decir, la búsqueda de nexos entre los diferentes sujetos que componen el campo de los que quieren cambiar el mundo de base.

Este congreso tendrá también un punto triste pues no estará en él Miguel Romero, “Moro”, editor de Viento Sur y militante de Izquierda Anticapitalista hasta su fallecimiento. Lo añoraremos, pero queremos recalcar esto por su simbolismo. Walter Benjamin decía que las derrotas del pasado son una fuente de energía para los vivos; nosotros no nos sentimos herederos de una historia de derrotas, sino que reivindicamos el legado de todas las personas que lucharon por una sociedad igualitaria y libertaria y gracias a las cuales tenemos los derechos que hoy las élites nos arrebatan para engordar sus beneficios. Por eso, porque nuestro congreso es un punto de apertura sin renuncias ni hipotecas; es un “seguimos”, aprendiendo, construyendo y debatiendo.

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