Pasar a la ofensiva, seguir avanzando y construyendo movimiento popular.

Lunes 4 de mayo de 2015, por Jesús

Anticapitalistas

Las próximas elecciones municipales y autonómicas son unas elecciones claves en el actual ciclo político. El movimiento popular que nació el 15M y sus múltiples expresiones electorales tienen una oportunidad única para seguir avanzando en la conquista de espacios institucionales que nos sirvan como palanca para recuperar derechos y construir democracia. Lo hacemos en un escenario complejo, volátil, con las clases dominantes en plena ofensiva, combinando ataques mediáticos con la profundización y el desarrollo de medidas anti-populares que combinan austeridad, precariedad, recortes y autoritarismo.

Por eso los objetivos para estas próximas están claros: derrotar al PP, impedir que el PSOE se reconstruya como referencia de “izquierdas” cuando sólo es la otra cara de la moneda del régimen, neutralizar el recambio que representa Ciudadanos y conquistar posiciones para que el movimiento popular pueda organizar el cambio político, social y económico que necesitamos contando también con palancas en las instituciones.

El régimen es consciente de que el bipartidismo ha entrado en una aguda crisis. El Partido Popular es identificado por la mayor parte de la población como una organización mafiosa y corrupta, que sólo responde a sus propios intereses y a los de unas élites egoístas y avariciosas, que no han tenido ningún límite en saquear la riqueza colectiva que genera la sociedad, gobernando para unos pocos mientras la mayoría de la población de empobrece. El Partido Popular aparece así como el principal enemigo a batir, ya que es el representante más “puro” de un modelo de gobernabilidad que sólo trae paro y pobreza. Sus intentos de vender una recuperación económica, eso sí, sin recuperación de derechos ni mejoras para los trabajadores, demuestran que viven fuera de la realidad de la mayoría de la gente. Sin duda, derrotarlos en las urnas será una gran victoria del movimiento popular.

El PSOE busca jugar el rol de “alternancia” que tradicionalmente ha jugado en durante los últimos años. Sin ideas propias, sin una practica en la política económica que se diferencie lo más mínimo de la ortodoxia neoliberal, el PSOE busca que nada cambie para que todo siga igual. Su fraseología izquierdista combinada con una práctica de derechas no ilusiona a nadie, aunque haya algunos sectores de las clases populares que lo sigan viendo como el freno más eficaz frente al PP. La tarea fundamental es sumar a estos sectores al proceso rupturista que representa Podemos y las candidaturas municipalistas que han surgido en múltiples pueblos y ciudades y el movimiento popular, haciendo pedagogía de forma paciente dejando claro que el cambio no pasa por lo viejo.

Ciudadanos representa la baza de la clase dominante para frenar a Podemos. Como hemos dicho una y otra vez, no representa ningún cambio, sino una operación de recambio impulsada por los grandes grupos financieros y apoyada en los sectores más conservadores de las clases medias para frenar el cambio político y social. La regeneración democrática que proponen sólo se traduciría en una degeneración de la democracia que debilitaría aun más a las clases populares.

En el campo popular, Podemos y las candidaturas municipalistas representan la mejor opción para la gente que ha sufrido la crisis, el paro y la austeridad. Los poderes económicos llevan meses orquestando una campaña de miedo frente al cambio porque temen perder sus privilegios sostenidos con el esfuerzo de la mayoría social trabajadora. No es momento de amilanarse. Hay que pasar a la ofensiva, apoyándonos en los elementos y en la potencia social que hemos acumulado estos años. El programa de ruptura y defensa de derechos que el movimiento popular ha defendido en las calles puede tener a través de estos instrumentos su reflejo en las instituciones: defender lo público, parar los desahucios, no pagar la deuda ilegítima, socializar los bienes estratégicos comunes y ponerlos al servicio de una democracia económica, acabar con la corrupción desde lo local y también desde las autonomías. Medidas concretas perfectamente alcanzables con voluntad política: los de arriba quieren hacernos creer que el cambio es imposible, pero estamos demostrando que sí se puede. Una campaña electoral a la ofensiva, auto-organizada desde abajo, en cada barrio, que se vincule a las luchas de los que están demostrando dignidad como los trabajadores de Telefonica, es fundamental para echarlos en estas próximas elecciones municipales y autonómicas y llegar en las condiciones apropiadas para derrotarlos en las próximas elecciones generales.

Hemos forjado algo muy valioso en Podemos y en las candidaturas municipalistas: instrumentos para la unidad popular, plurales, listos para que los y las de abajo asalten también las instituciones. Combinadas con acciones y movilizaciones en las calles y centros de trabajo, el movimiento popular es imparable.

Vamos a por todas. Nos lo quieren quitar todo, nos toca seguir organizándonos y avanzando para echarlos y recuperar lo que nos pertenece.

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