1º de Mayo de 2021

Comunicado de Anticapitalistas

El primero de mayo es una jornada de celebración y reivindicación. Celebramos todas las victorias que las clases trabajadoras hemos traído a la sociedad y que hoy disfrutamos, revindicamos nuestro papel como auténtico motor de la sociedad y exigimos todas aquellas reivindicaciones y derechos pendientes de conquistar.

Y es que cada vez se le hace más difícil ocultar a los de arriba la evidencia que la crisis abierta por la pandemia del covid-19 ha puesto sobre la mesa, la sociedad se sostiene sobre las trabajadoras y trabajadores. Es nuestra labor diaria la que genera la riqueza que unos pocos acumulan, la que ha salvado vidas a través de un sistema sanitario público, nadie duda del papel imprescindible que vienen realizando las trabajadoras que asegura la educación de las más jóvenes y los cuidados que de las más mayores. Y sin embargo somos quienes ponemos el cuerpo para pagar el alto precio que impone el capitalismo a cambio de que una pequeña minoría de privilegiados goce de vidas llenas de tiempo y privilegios.

Pero quedarnos mirando nunca ha sido una opción mientras amargan nuestras vidas. Como protagonistas está en nuestras manos cambiar el rumbo que nos impone el capitalismo, un camino que nos lleva directos al precipicio. El covid-19 es solo una señal más de la insostenibilidad de un sistema basado en parasitar la vida de quienes habitamos este planeta, su otra cara nos la enseña una extrema derecha dispuesta a todo por asegurar los privilegios de quienes antaño con la fuerza nos humillaron, hoy nos explotan en el trabajo y nos insultan por nuestro origen en las calles, los mismos que se enriquecen a costa de especular con la vivienda, con la sanidad y la educación. Todo esto bajo el dominio de unas clases dominantes que, cada más, nos dirigen a la catástrofe climática y ecológica, a la crisis constante y a la reproducción de un sistema patriarcal que desprecia los trabajos reproductivos y no tiene alternativa para la crisis social. El capitalismo es cada vez más una vía muerta, un sistema sin nadie al volante.

Cabría esperar que ante tal situación el Gobierno de coalición no tuviera ninguna duda a la hora de ponerse del lado de las clases populares derogando las reformas laborales y reforzando la participación de las y los trabajadores en la negociación colectiva, asegurando el reparto del trabajo prohibiendo los despidos en empresas con beneficios, reduciendo la jornada laboral y adelantando la edad de jubilación; poniendo en marcha una renta básica de emergencia, regulando los alquileres e implementando en marcha un parque público de vivienda. Dedicando los fondos europeos a la necesaria reconversión industrial ecológicamente sostenible y no a financiar a las grandes multinacionales privadas. Frenando así el impacto que la crisis social y económica está imponiendo sobre nuestras vidas y deteniendo en seco el auge de la extrema derecha. Pero no es así. No podemos estar a la expectativa pasiva esperando la buena fe de un gobierno de coalición que no va a romper con el neoliberalismo. Es el momento de pasar a la acción.

Reforzar los derechos de la clase trabajadora no es un regalo, sino la condición imprescindible para salir de situación defensiva en la que nos encontramos. Sólo esa recuperación de la capacidad ofensiva del trabajo, de las trabajadoras, nos permitirá revertir la lógica suicida del capital y poner nuestra sociedad en el camino de la estabilidad ecológica, la distribución de la riqueza y el fin del patriarcado.

Desde Anticapitalistas seguiremos acompañando la autorganización de las trabajadoras y trabajadores como protagonistas de nuestro futuro, reforzando un sindicalismo que se asiente sobre la vida cotidiana de las clases populares. Esta es la tarea revolucionaria que este tiempo nos impone, pelear para levantar la bandera de la esperanza e imponerla sobre el miedo, luchar para conquistar una democracia socialista que garantice los derechos que nos corresponden.