Para reforzar la lucha contra el Covid 19, levantemos el bloqueo a Cuba

Declaración del Buró Ejecutivo de la IV Internacional

El embargo decretado por Estados Unidos contra Cuba es un acto criminal puesto que busca obstaculizar la libre cooperación sanitaria entre Cuba y los diferentes países que han pedido su ayuda o que quieren reforzar la colaboración con la isla caribeña.

Con el acceso a la educación (pública y gratuita desde la guardería a la Universidad), la atención sanitaria es una de las grandes conquistas de la Revolución cubana que, a pesar de las dificultades, los errores y los retrocesos, sigue vigente y ha constituido un auténtico símbolo. Para hacerse una idea de la solidez del sistema sanitario cubano no hay más que comparar unos datos bastante concluyentes. En Estados Unidos, un país con un PIB per cápita de 58.469€ anuales y una inversión en salud del 14,32% del PIB, se está viviendo un auténtico colapso sanitario que no es difícil de entender: tiene una ratio de 3 médicos por cada mil habitantes (lo cual da una idea cabal de la desigualdad social brutal que caracteriza a esa sociedad). En Cuba, un país con una PIB per cápita que no supera los 7.470€ y que invierte el 10,92% de su PIB en salud y dispone de 9 médicos por cada mil habitantes, según datos oficiales de 2019, no sólo es capaz de hacer frente a la pandemia en su propio país, sino que presta ayuda en el exterior.

A fecha de 19 de abril de 2020, en Cuba se han contabilizado 1035 casos de coronavirus. Desde el principio de la epidemia en Cuba, 34 personas han fallecido víctimas de la enfermedad. Las autoridades alertan sobre el peligro de expansión de la epidemia y no adoptan para nada una actitud triunfalista.

Es probable que el número de muertos aumente de manera significativa y el bloqueo que sufre Cuba es un factor agravante porque obstaculiza la importación de equipos y medicamentos necesarios para responder a la epidemia.

Pero es claro que en Cuba se realiza una asignación de recursos mucho más igualitaria y eficaz que en otros países. Es más, la tradición de solidaridad internacionalista del pueblo cubano ha tenido como uno de sus puntales su apoyo sanitario, gracias a un sistema 100% público. Determinados países europeos han tenido que recurrir a la ayuda de Cuba para combatir la pandemia. Italia, que cuenta con aproximadamente 4 médicos por cada mil habitantes y dispone de un PIB per cápita de 29.610€ anuales, o Andorra, con un PIB per cápita de 35.975€, se han visto obligados a pedir ayuda al país caribeño por la incapacidad de los países de su entorno y la parálisis de la UE.

Según datos oficiales, en 2019 el personal sanitario cubano en el extranjero superaba las 28.000 personas en 60 países.

Hasta el momento, Cuba ha enviado 21 brigadas de profesionales sanitarios para sumarse al esfuerzo nacional y local de 20 países que recientemente han pedido ayuda médica cubana para combatir el coronavirus. Estas 21 brigadas se añaden o refuerzan a las brigadas de colaboración médica en 60 los países en los que ya prestaban servicios.

En los últimos 50 años, personal médico cubano ha cumplido misiones en 164 países de África, América, Oriente Medio y Asia.

La experiencia de sus trabajadores/as de la salud contra el dengue que sacude periódicamente la isla, la epidemia de ébola en Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia (2014-2015) y la de cólera en Haití; en los terremotos de ese país caribeño, Pakistán (2005) y Nepal (2015); en las inundaciones y huracanes en Centroamérica y el Caribe… es muy valiosa en la situación actual, algo que reconoció la propia Organización Mundial de la Salud.

Cuba también ha desarrollado una producción de medicamentos y tratamientos muy eficaz contra varias epidemias. Aunque por el momento no existe una vacuna preventiva o tratamiento específico para el nuevo coronavirus SARS–CoV–2, causante de la COVID–19, la industria farmacéutica cubana garantiza la producción de fármacos ya probados y con alta eficacia como el interferón alfa 2b humano recombinante, además de otros medicamentos que forman parte del protocolo para atender a pacientes con esta enfermedad y las complicaciones que pudieran derivarse. El embargo decretado por EEUU contra Cuba es un acto criminal porque intenta obstaculizar la libre cooperación sanitaria entre Cuba y los diferentes países que pidieron su ayuda o quieren fortalecer la colaboración con la isla caribeña.

Las autoridades cubanas, en un comunicado del Ministerio de Exteriores emitido el 16 de abril de 2020 afirma acertadamente que “si no se garantiza para los países en desarrollo el acceso a la tecnología que suele concentrarse en los países más industrializados, incluyendo especialmente en el ámbito de la salud, y si estos no se disponen a compartir sin restricciones y egoísmos los avances de la ciencia y sus productos, la inmensa mayoría de la población del planeta quedará tan o más expuesta que hoy, en un mundo cada vez más interconectado ».

También tiene toda la razón cuando afirma que : « Si no se eliminan las medidas económicas coercitivas motivadas por razones políticas contra países en desarrollo y si a estos no se les exonera la agobiante e impagable deuda externa y se les libra del tutelaje despiadado de las organizaciones financieras internacionales, no se podrá confiar en la ilusión de que habrá una mejor capacidad de respuesta a las desigualdades económicas y sociales que, aun sin pandemia, matan cada año a millones, sin discriminar niños, mujeres o ancianos »1

En general, con la crisis del coronavirus se ha demostrado que la espina dorsal de la respuesta ha sido la sanidad pública de los países y que las políticas neoliberales de los últimos 40 años en general, y los 10 últimos años de austeridad en particular, las están pagando ahora los pueblos con miles y miles de vidas. Donde los recortes han sido más fuertes, más dramático ha sido el colapso del sistema sanitario. En Estados Unidos el caos es superior al de otros países, no sólo por la naturaleza ultraclasista y ultrarreaccionaria del gobierno, sino debido a la inexistencia de nada que se parezca a una sanidad pública, universal y gratuita.

Estados Unidos no sólo ha rechazado la ayuda cubana en un gesto criminal -que costará centenares o miles de vidas-, sino que está presionando a los países que han pedido ayuda a Cuba para que renuncien a ella. Los gobiernos reaccionarios de Brasil, Ecuador y Bolivia también han repatriado a las misiones médicas cubanas.

Por si todo esto no fuera suficiente, Trump decidió el 15 de abril 2020 poner fin al aporte de EEUU a la OMS en un momento en el cual esta agencia de NNUU cumple con un papel importante en la lucha contra el coronavirus.

Frente a esto Cuba sostiene que es de necesidad absoluta un esfuerzo internacional y y sin prejuicios políticos para desarrollar y compartir la investigación científica y para intercambiar las experiencias de diversos países en la labor preventiva, la protección de los más vulnerables y las prácticas de conducta social. Esto ayudará a acortar la duración de la pandemia y a reducir el ritmo de las pérdidas de vidas.

Por todo lo cual, desde la IV Internacional hacemos un llamamiento a todas la fuerzas revolucionarias, progresistas y democráticas a reforzar la lucha contra el bloqueo a Cuba y a intensificar la solidaridad con el pueblo cubano. Apoyamos totalmente la ayuda exterior de los sanitarios cubanos. La única salida a la crisis es la solidaridad internacional y el desarrollo del internacionalismo de los pueblos. Abajo los gobiernos reaccionarios que desprecian la vida de sus propios pueblos y promueven el nacionalismo, el racismo y la guerra como salida a la crisis.

¡Intensifiquemos la lucha para levantar el bloqueo contra Cuba!

¡Solidaridad, autodeterminación e internacionalismo!

¡Nuestras vidas valen más que sus beneficios!