Sin Justicia No habrá Paz, ¡Solidaridad con la rebelión antirracista en Estados Unidos!

El asesinato policial de George Floyd en Minneapolis (Estado de Minnesota) el pasado 25 de mayo, ha detonado una nueva ola de protestas antirracistas que, de manera espontánea, se han extendido a 140 ciudades de los Estados Unidos e incluso han llegado a Europa.

Esta muerte se suma a una larga lista de asesinatos racistas a manos de la policía y es la punta del iceberg de un sistema racista y violento, donde la población obrera afrodescendiente ha sido históricamente más explotada y oprimida que otros grupos empobrecidos, lo que ha llevado a que la lucha antirracista tenga una centralidad fundamental. Cuando el pueblo negro se mueve, obliga a moverse a toda la sociedad norteamericana. Cuando el pueblo negro se rebela, todo el sistema entra en crisis.

Entendemos que toda esta violencia histórica está plasmada en las movilizaciones y la desobediencia masiva en curso, en un contexto en el que EEUU también se enfrenta a la pandemia global del COVID-19, que ha afectado a la población negra de forma desproporcionada debido a la pobreza y la falta de asistencia médica. La indignación no es solo por la muerte de George Floyd sino por 300 años de racismo acumulado.

Nos solidarizamos con la legítima lucha del movimiento antirracista en EEUU y en todo el mundo. Nos solidarizamos con el movimiento antifascista en momentos de especial auge del neofascismo, su presencia en las instituciones estadounidenses y la criminalización del antifascismo. El movimiento negro estadounidense encabeza hoy una revuelta que impugna a un sistema en profunda crisis (ya hay más de 42 millones de personas desempleadas desde marzo), a la que se está sumando la juventud blanca, latina y asiática, el movimiento sindical, feminista, ecologista y asociacionista. Una gran alianza de clase que se enfrenta a las profundas desigualdades y a la injusticia de un sistema decrépito y en decadencia, encabezado hoy por un tirano sin escrúpulos como Donald Trump, incapaz de ofrecer una vida digna a la gente trabajadora. Estamos ante un hecho de gran trascendencia global, que puede marcar el inicio de un nuevo ciclo de movilizaciones y luchas en el corazón del sistema capitalista.

En el mundo que aspiramos a construir, el racismo tiene que desaparecer junto con el sistema capitalista que lo engendró,

¡Justicia para George Floyd!
¡Las vidas negras importan!
¡Sin Justicia, no habrá paz!