Hacer Anticapitalismo. Cambiar el presente

La juventud somos una generación que solo ha conocido “la crisis”, como les han hecho pagar los platos rotos a las de abajo. Hemos visto como los que han saqueado lo público pretendían echarnos el muerto a algunas de nosotras por nuestro origen o color de piel. Hemos crecido después de que explotara la burbuja y resultara que no era verdad eso de que todo el mundo era de clase media. Nos han machacado con que viviríamos peor que nuestros padres y que nos olvidáramos de un trabajo fijo, esa antigüedad. Mientras nos dicen que el machismo es algo del pasado, el acoso en las calles o las aulas nos recuerda cada día que es bien presente. Y en casa son nuestras madres y tías quienes están obligadas a hacerse cargo de los familiares que lo necesitan.

No creemos en un piso en propiedad, unas vacaciones en el Caribe y un coche de alta gama. Hemos crecido con despidos, paro, EREs en casa, desahucios… Malabarismos para llegar al final de mes. Somos la generación a la que ser mileurista le parece un chollo. Nuestras familias no se atreven a decirnos que estudiemos mucho y así encontraremos trabajo seguro. Da igual si estudiamos o queremos estudiar una carrera o formación profesional, a todas nos obligan a competir por unas becas insuficientes. Hemos visto como subían las ratios de las clases, como los institutos se caían a pedazos (las que no hemos estudiado en barracones) y cómo nuestras profesoras tenían cada vez peores condiciones. Desde pequeños nos han dicho que nos preparemos para ser emprendedores, es decir, aprender a darle codazos al de al lado. O que ahorremos para un billete de ida al acabar los estudios. Algunas estudiamos con la presión de saber que nuestra familia hace un gran esfuerzo. Otras con las energías y el tiempo que nos deja trabajar para pagar los precios desorbitados de las tasas. Nuestros institutos y facultades nos lanzan como carne de cañón, como mano de obra gratuita, en prácticas sin remunerar. Nos dicen que es la única forma de insertarse (algún día) en el mercado de trabajo. Que si trabajamos mucho, nos portamos bien y no protestamos, quien sabe… quizás nos hacen un contrato de tres meses.

Nos dicen que lo peor de la crisis ya ha pasado y que vienen tiempos mejores. Sin embargo, seguimos en curros de mierda o sin ellos, seguimos sin poder estudiar y sin poder irnos de casa. Su salida de la crisis es la guerra contra y entre los de abajo, la exclusión, el machismo, el racismo, el auge de la extrema derecha… Su salida a la crisis es que nos acostumbremos a esto, que lo aceptemos como normal. La nuestra: otra sociedad necesaria. Una sociedad nueva: feminista, diversa sexualmente, libre de racismo y dónde las jóvenes podamos emanciparnos. Para ello, no nos sirve sólo votar cada cuatro años. De nada sirve esperar al futuro. Si queremos vidas mejores tendremos que pelearlas. Aquí y ahora. Sabemos que la transformación social es una auténtica carrera de fondo, un triatlón, pero que será imposible sin las luchas cotidianas, sin la acción colectiva.

Las ideas no viven sin organización por eso llamamos a que participéis con nosotras en un proceso de discusión, formación y acción. Queremos agruparnos como jóvenes anticapitalistas para fortalecer el movimiento estudiantil, el movimiento feminista y LGTBI, así como las luchas contra el racismo y la precariedad en los barrios; para reabrir un ciclo de movilizaciones. Porque nuestras hermanas mayores abrieron la crisis de régimen volcándose en el 15M: ahora nos toca a nosotras no permitir que se cierre. Porque nunca hemos tenido esperanzas en este régimen, pero hemos crecido con las luchas por la dignidad: ahora nos toca a nosotras Hacer Anticapitalismo, cambiar el presente.