Reventamos las fronteras. Ni racismo institucional ni extrema derecha.

El 21 de marzo de 1966 una manifestación contra el apartheid en Sudáfrica fue tiroteada en Sharpeville por la policia que asesinó a 69 personas negras e hirió a 180 más. Este es el origen del “dia internacional contra el racismo”: una lucha popular contra la opresión y una matanza como respuesta. El autoritarismo, la vulneración de derechos y la deshumanización continua siendo la respuesta de las élites a la exigencia de igualdad de derechos. Lo es en esta Europa Fortaleza que convierte el Mediterráneo en una tumba con más de 5.000 muertes en 2016. Lo es en la Frontera Sur dónde la Guardia Civil dispara contra migrantes o practica sistemáticamente devoluciones en caliente ilegales. Lo es en nuestras ciudades con redadas racistas para llenar vuelos de deportación semiclandestinos o para encerrar a personas por una falta administrativa en CIEs, esas cárceles encubiertas y ópacas. Además, nos encontramos ante el auge de una extrema derecha xenófoba en toda Europa capaz de contagiar su política de odio a los partidos de régimen como respuesta a la llegada de miles de personas que huyen de guerras provocadas por el imperialismo o con organizaciones neonazis y fascistas que intentan hacerse fuertes con experimentos caritativos “solo para españoles”. Intentan potenciar la desconfianza entre las de abajo, que responsabilicemos a la de al lado de las miserias provocadas por el capitalismo y que compitamos por trabajos precarios y recursos públicos menguantes. El protagonismo de la lucha antiracista debe ser de quien lo sufre en primera persona (migrantes, gitanas, personas afrodescendientes, latinas, etc) pero es una tarea de todas las clases populares y la manera de dirigir el conflicto contra los auténticos responsables de la precariedad. Dentro de la campaña “Hacer Anticapitalismo, cambiar el presente” las Jóvenes Anticapitalistas vamos a dedicar el mes de abril a denunciar el racismo y la creciente islamofobia, a desmontar tópicos y a combatir desde la solidaridad al fascismo en cada instituto, cada facultad y cada barrio.

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