¿Con Botín y los banqueros? ¡No, gracias!

Marco Lojo Jiménez | lacasademitia.es

No puedo compartir las declaraciones realizadas por Jesús Montero, miembro del Consejo Ciudadano de Podemos, que afirman que la familia Botín "quiere contribuir al bienestar social". Ni tampoco, que no sean casta.

Si hay alguna casta en este país, esta es la de los banqueros, que tienen secuestrado el crédito para las pequeñas empresas, autónomos, cooperativas y familias y ponen y disponen de los gobiernos a su antojo -mediante los créditos a partidos políticos, mediante la emisión de deuda, mediante las "puertas giratorias".

En el caso de la familia Botín, ya el fallecido Don Emilio afirmó el 17 de octubre de 2013, con una total insensibilidad a la realidad social del país en el que las hacía, que "Vivimos un momento fantástico, llega dinero de todas partes".

De entre los sitios que les llegaba el dinero, estaba el comercio de armas. Según noticia publicada en La Marea, publicada seis días antes de dicha declaración de Emilio Botín, el Santander "calculan [los investigadores] que tiene un total de 1.014 millones de dólares (750 millones de euros) invertidos en ocho empresas con negocios de armamento nuclear que son: Boeing, EADS, Fluor, General Dynamics, Honeywell International, Rolls Royce, Safran y Thales". El negocio de la muerte, parece que sigue siendo rentable.

Tampoco se libra, obviamente, del drama de los desahucios, frente al que no realizó ni una sola autocrítica. Ante el Decreto andaluz anti-desahucios, en mayo de 2013, afirmaba "Ese tipo de medidas no ayuda en absoluto a la economía española (...) Los bancos han hecho una labor absolutamente encomiable, sin pedir ayuda al Estado para nada".

Y es que los desahucios son un buen negocio. Como apunta el artículo de El Confidencial de 14 de noviembre de 2012, la banca SÍ hace negocio con los desahucios: "los expertos señalan que cuando la entidad se adjudica el inmueble de un particular, consigue un doble beneficio: la deuda de su cliente crece –intereses de demora, costas judiciales y gastos- mientras que el valor de la vivienda baja –si es la vivienda habitual, el banco se la adjudica por el 60%". Con datos de un muestreo de 6.000 ejecuciones, la plataforma anti-desahucios (PAH), afirmaba que un 10% de los desahucios correspondía al Banco Santander. Desde la crisis a 2012, ya eran 350.000 ejecuciones hipotecarias...y subiendo...

No era cierto, además, que no hubieran tenido "ayudas públicas". Ellos se han beneficiado del "Fondo de Adquisición de Activos Financieros": "Mediante este instrumento el Tesoro Público adquiría activos con un pacto de recompra a las entidades financieras que se presentasen a diversas subastas. (...) [De los resultados de la subasta] la entidad Banesto a la que se le han adjudicado fondos por importe de 1.301 millones de euros, siendo la tercera entidad con mayor número de fondos adjudicados con un 6,73% del total. Debemos recordar que Banco Santander, es propietario del 88,44% de la entidad".

Para muchos de nosotros que queremos un gobierno que plante cara a la corrupción y saque de una vez al país de esta estafa bancaria llamada "crisis", no podemos estar de acuerdo con semejantes afirmaciones hechas por un representante del Consejo Ciudadano estatal de una fuerza política que afirma que "otra política es posible".

No podemos afirmar alegremente que la familia Botín "contribuye al bienestar social" mientras que hace tan sólo dos días, a José y Petra, de 80 y 78 años respectivamente, les han anunciado el desahucio por no pagar la deuda que tenían contraída con el Santander, como publica El Mundo en su edición de 1 de febrero de 2015.

Por José, por Petra, por todos y todas nosotras y nosotros. Por el rescate a las personas, no de los centros financieros. Por una política de crédito para las personas, por una banca pública. Contra el negocio de la guerra, por la paz. Por el derecho de vivienda. Ya lo dijeron las plazas: "No queremos ser mercancía en manos de políticos y banqueros". Eso para mí es Podemos. Y seguiremos luchando porque Podemos sea así: un instrumento de la ciudadanía, por el empoderamiento de los de abajo, para echar a la casta, a la oligarquía, a los caciques. Para ganar, por fin la democracia que nos merecemos.

* Publicado con autorización del autor